•Capítulo 10.

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(Narra Sebs)
—¿Qué me harás?— Me acerqué aún más a ella, nuestras respiraciones volvían a mezclarse.
—Iré a contarle a la prensa acerca de esto.— Ella aún sostenía mi corbata con fuerza y me miraba fijamente.
—Es algo tonto, ¿No te parece?— Me soltó con brusquedad y me pisó el pie muy fuerte.
—¿Esto tampoco es lo suficientemente fuerte para ti?— Yo comencé a contener la respiración para no soltar un quejido, sin embargo sentía mi rostro tenso. Levanté la vista y le sonreí desafiante, en ese instante retiré con velocidad mi pie de abajo del suyo y ella estaba por caer, la agarré en mis brazos y me reí.
—¡Estás loco! ¡Suéltame!— Ella me daba leves golpes en el pecho, agarré sus dos manos para que no pudiera pegarme.
—Te dejo ir si me prometes que te calmas.— Intentó librarse de mi agarre pero fue inútil, me miró y asintió con la cabeza.— Bien tenemos un trato.— Ella refunfuñó y anotó sus datos en un post-it, luego me lo pegó en el traje. La miré confuso.
—Me iré en una semana. Envíame mi deposito de seguridad a esa cuenta. Después de eso espero que no nos veamos nunca.— Escupía con rabia y me empujó al irse, me daba ternura verla enojada.
Estaba en mi oficina riéndome a carcajadas por toda la secuencia ocurrida hace instantes, miré mi zapato, el que ella había pisado y la risa aumentó. Desvié mi vista unos instantes a la puerta y estaban Tomas y mi secretaria espiando, inmediatamente me puse serio hasta que ellos cerraron la puerta nuevamente.
(Narra Sofia)
Estaba furiosa por todo lo ocurrido, ¿Quién se cree que es?. Luego de salir de su edificio debía ir a encontrarme con Erika. Prendí el GPS de mi celular para buscar el lugar al que me había citado, ¿Erika en un estudio de baile de Tango? ¿Desde cuando se había interesado en el baile, y en la cultura Argentina?
—¡Sofia!— Dijo alguien cerca mío. Me levanté de golpe y vi a Erika junto a otra persona más
—¿Daniel?— Era él... —¿Cuando regresaste?
—Hace poco, estuve ocupado con mi trabajo en el laboratorio pero también decidí meterme en el mundo del baile y enseñar.—Mientras él explicaba todo eso yo no dejaba de pensar en el pasado, él se me había declarado y luego me traicionó...   

Tenías que ser tú... [Sofia Castro & Sebastian Silva/Sofistian]Where stories live. Discover now