•Capítulo 5.

63 4 0
                                    

(Narra Sofia)
Se me habían antojado unos dulces, así que salí a comprarlos, ya era de noche y el clima estaba raro, se veía que se aproximaría una lluvia, lo cual no me agradaba porque eso implica truenos, me dan mucho pánico. Llegué a la tienda, y compré rápido, quería apresurarme antes de que empezara a llover, pero fue tarde. Iba a la mitad del camino y los truenos sonaban muy fuerte.
—¡Ay!— Grité y cubrí con mis manos mi cabeza al escuchar el estruendo. Decidí correr hasta que finalmente llegué a la veterinaria. Pero aquí no acababa todo, tuve un gran susto al ver a un hombre desmayado en la vereda, inmediatamente me acerqué.
—¿Se encuentra bien?— Empecé a mover su cara y a dar palmadas leves para ver si reaccionaba. Me encontraba desesperada, pero no era el momento de estarlo. Como pude lo entré y lo acosté en el suelo para revisarlo. Estaba herido y perdía mucha sangre, era un corte en su abdomen.
—Señor, necesito que preste atención, reaccione.— Volví a dar palmadas en su cara.— Yo soy veterinaria, y no estoy autorizada a realizar una intervención en usted, pero si no lo hago ahora no se salvará.— Él sólo me miró y asintió como pudo. Rápidamente utilicé de almohada una bolsa de alimento balanceado bajo su cabeza, era lo que tenía a mi alcance. Me puse unos guantes de látex, tenía que coser su herida, necesitaba puntos. Desabotone su camisa y tontamente me sonrojé, por unos segundos me quedé observando.
—Tonta Sofia, rápido.— Me dije a mi misma. Procedí sin más tardar, él se quejaba pero esto sería rápido sino su fiebre no bajaría. Al cabo de unos minutos finalicé, para concluir le puse alcohol etílico en la herida y así evitar infecciones.
Ya todo estaba más calmado, me dispuse a levantarme para ordenar el lugar, pero él inconscientemente me tomó del brazo. No pude evitar quedarme observándolo, a él y a cada facción suya, con mi mano libre comencé a acariciar muy suavemente su rostro.
—Sofia que te pasa...— Pensé.
Estuve un largo rato sentada a su lado mientras que me sostenía del brazo, que no noté cuando caí dormida.  

Tenías que ser tú... [Sofia Castro & Sebastian Silva/Sofistian]Where stories live. Discover now