-no sé por dónde iniciar...-murmura Will, con la mirada perdida en la alfombra.
Suspire cansada.
-Gerard... Will, - él sonríe- solo di lo que creas posible, no te estoy obligando.
Él me mira como un niño.
Inicio a jugar con el borde del camisón, me sentía nerviosa sin razón alguna. Lo miro por las pestañas, esperando a que hable, pero solo mira mi agenda.
- ¿no era de la señorita Angarita? – pregunto elevando las cejas, como si me acusara de algo.
Fruncí mi ceño.
-para que te tranquilices, ella me lo regalo, no me lo robe.
Will intenta sonreír, pero no lo logra.
Me acomode mejor en el sillón, el sueño me estaba dominando, pero aun así mantenía los ojos bien abiertos a cualquier movimiento de este principito. Aun no confió en él, pues no me ha dado motivos y tampoco me los debe quedar, es un príncipe está por encima mío.
Bostezo.
-es mejor que descanses, vine demasiado tarde... -intenta escapar.
Lo tomo del brazo, él se tensa haciendo que automáticamente le suelte.
- ¡espera! Creí que querías hablar.
-pero...
-es difícil, lo sé, el alma no es fácil de abrir, pero aquí estoy, te puedo oír. -sonreí- tomate tu tiempo.
Él se tomó el cabello. Su cabellera es una perfecta expresión del desorden, adoraba ver su perfil, sería un dibujo perfecto para mi agenda. Si tan solo pudiera dibujarlo sin que se diese cuenta, pero eso sería tomado como acoso.
-mi padre... él es el tirano... el causante de todo...-soltó de un momento a otro, sin tomarse la molestia de ocultar su miedo.
Fruncí el ceño.
Sus ojos dejaron de emanar furor, solo dejaban a la vista un genuino pavor, como si estuviéramos hablando de un monstruo... un escalofrió me recorrió desde el final de mi columna hasta el cuello.
Su mirada estaba perdida.
Su vida era un torbellino de dilemas, el cual necesitaba encontrar una ayuda, alguien que le oyera y pudiera desahogarse. Sin pensarlo dos veces, le abrazo... él se tensa, le molesta mi tacto, pero lo mejor en estas situaciones no son las palabras. Tan solo es necesario un abrazo. Luego de unos segundos me corresponde, los hombres son todo un misterio.
-Zafiro...-susurra.
-shhh, las palabras sobran. - lo libero de mis brazos- si no quieres decir nada más, lo entenderé.
Will se separa de mí y me mira fijamente a los ojos.
-eres muy valiente, una persona muy calmada a pesar de todas las imprudencias que haces... -solté una risita- en serio, solo llevas dos días y has hecho una lista interminable de disparates.
-no soy igual a las damas con las que procura relacionarse.
Will frunció el ceño.
- ¿a que se refiere? ¿con que clase de damas cree que procuro relacionarme? - murmura con cierto toque de enojo.
¡volvió el príncipe Gerard!
Suspire.
-ese no es el punto. Usted vino a ser escuchado, no a oírme.
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al otro lado
RomanceLa guerra es una jaula que nos encierra, nos asfixia y atormenta. Pero, entonces llaga na luz para salvarnos, mas tras la luminosidad también hay oscuridad. Para Zafiro la vida nunca ha sido fácil, ha pasado hambre, escasez y desfortuitos. Para Wi...