- ¿me explicaras en este preciso momento porque le dijiste a Arthur que Will visitaba mi habitación? ¿Acaso me vigilas? -le reclame a Dan.
Él me miro inexpresivo, mientras seguía bebiendo de su trago. Me estresaba que no dijese nada, que fuera tan distante... ya no es el mismo de hace un tiempo. Dan aliso su chaqueta de una manera muy agraciada, parecía como si se hubiera criado casi toda su vida en este lugar.
- ¿tanto te molesta? De igual manera te reconciliaste con Arthur, lograste de alguna manera persuadirlo, como lo hiciste con el principito.
Mi mano impacto su mejilla.
- ¡no te permito que hables así de mí! - exclame molesta.
No hizo nada.
De un momento a otro se levantó, me miro fríamente, casi haciéndome helar. Se dio vuelta y como una rápida corriente de viento me miro. Me tomo de una muñeca, haciéndome dar un giro, parecíamos bailar, me acerco a su pecho, sentí su aliento sobre mí nuca. Mi estómago se revolvió.
-no somos amigos, tampoco conocidos, eres una necia... -susurro.
Me soltó en un abrir y cerrar de ojos. Sentía centenares de sentimientos dentro de mí, peleando en un ring. Lo mire llena de enojo, eso había sido una amenaza muy explícita. Dan salió del salón. Me quede meditando unos segundos, no permitiría que alguien volviese a limpiar el suelo conmigo de la manera que hizo el rey el día anterior.
Salí del salón.
Los rayos de la tarde que entraba por los ventanales, alejaban cualquier rastro de oscuridad del pasillo. Vi a Katia y a Arthur caminar por el jardín.
Sonreí.
Su cercanía me inquietaba, pero debía ser consiente que algún día esto ocurrirá, aunque aún ponía en duda. Considero a Katia como una amiga, pero Arthur es mi hermano, siempre lo apoyare y cuidare de la misma manera como él lo hace conmigo. Aunque si él es feliz con la compañía de ella, yo también lo soy. Sin darme cuenta choque con alguien.
<<te pasa todo por distraída.>>pensé.
Eleve mi vista, haciendo que una involuntaria sonrisa se formara en mi rostro. Will me sonrió. Le di una vista rápida, como siempre su uniforme estaba perfecto, sus rizos bien peinados y con la espalda erguida. Lo mire a los ojos, su visita está perdida en los míos.
-necesitamos hablar. -dijo serio.
Asentí.
Él camino por el pasillo, lo seguí a una distancia prudente. Entre a su oficina, estaba un poco más organizada que la última vez que la vi, los libro organizados, las hojas en pequeños bojotes. Me hizo un gesto para que me sentara en una silla en frente de su escritorio, aunque quería sentarme en la de él, porque giraba.
Will se sentó enfrente mío, respiro hondo, casi tomando aliento para darme una mala noticia. Mi corazón empezó a sentir un vacío. Algo está mal.
- ¿de que quieres hablar? - pregunte, sin poder ocultar mi curiosidad.
-mi padre quiere devolverlos a la prisión. -soltó sin sentir algo.
Mi corazón se encogió. Durante este corto tiempo había descubierto la manera de querer todo. Arthur y Olivia tenían nuevas aspiraciones en este lado del reino... esto no podía ocurrir. Baje la mirada hacia mis zapatos. Volveríamos a la prisión, pues el rey es el gobierno, él nunca oiría, solo busca su bien propio.
-entonces este es el fin... -susurre con la voz ahogada, casi inaudible.
Will golpeo la mesa con el puño cerrado, haciendo que diera un respingo en el asiento. Lo mire por las pestañas, su rostro estaba cargado de ira, pero me mira con esperanza, algo que nunca había visto en él.
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al otro lado
RomanceLa guerra es una jaula que nos encierra, nos asfixia y atormenta. Pero, entonces llaga na luz para salvarnos, mas tras la luminosidad también hay oscuridad. Para Zafiro la vida nunca ha sido fácil, ha pasado hambre, escasez y desfortuitos. Para Wi...