La clase era interesante, pero mi mente divagaba en otro lugar... Gerard. Sus cambios de personalidad eran como cuchillos enterrándose en mí, una encrucijada. Mi mirada viajó hacia la pizarra, la profesora Angarita, hablaba y hablaba. Arthur tomaba notas atentamente, mientras Dan solo miraba al techo, como desperdiciar las oportunidades, ese era el claro ejemplo.
Ojee el libro que nos dieron.
La historia de la consolidación de Argon, la guerra de traición y como se estableció el gobierno en la actualidad. Me masajeo las cienes levemente, es mucha información para un solo día.
Tan solo había logrado retener en mi mente la historia de cómo nació el reino. Tras una crisis en el siglo quince en las potencias del continente europeo, un señor...del cual no recuerdo el nombre, llego a las tierras raras tomándolas como dominios de la corona española, pero dos siglos después el extenso territorio por problemas de comunicación con el gobierno y el pueblo, además de los exuberantes cargos fiscales, desataron inconformidad en el pueblo dando como fin diversas movilizaciones. La corona española tras arduas batallas se retiró, reconociendo que ya no eran parte de las colonias del continente de tierras raras. Los diferentes gobernantes de las colonias tomatón la decisión e dividirse para poder tener mejor dominio. El reino de Argon se posiciono en toda la parte costera del sur hasta llegar a la selva.
-señorita Zafiro, - me llamo la profesora Angarita. Eleve mi vista hacia ella- la clase ha finalizado, todos ya han salido.
Mire hacia mi alrededor. No había nadie. Volví a mirarla, sonreí apenada. De seguro ha de estar pensando que no coloque atención en nada de lo que dijo, y por lo contrario lo hice, pero, mi mente divago.
-lo siento...-me excuso.
Ella me sonríe. Me recuerda a mamá, sus cabellos son iguales a los de ella y su piel de porcelana a pesar de los años.
-no te preocupes, solo no te distraigas, sé que eres una gran estudiante.
Asentí.
Me levante, tome el libro junto a unas hojas y lápices. Camine con cierta lentitud, odio las faldas, les declaro la guerra. Salgo del salón, no hay rastro de Arthur o Dan, se fueron sin mí, me siento ofendida. Miro hacia la ventana, Katia tenía puesta una bata blanca, que cubría hasta su cintura, estaba revolviendo la tierra del jardín. Ella tomaba apuntes, sacaba muestras a la tierra y las flores, ¿Qué estaba haciendo?
Miro hacia un lado, hay una puerta de cristal. Camino hacia ella. Katia estaba tan concentrada que no atendía a nada de su alrededor. Me acerqué, me senté junto a ella. Tenía una sonrisa que no se podía remplazar con nada de este mundo.
-Katia...
Ella me mira, sigue sonriendo.
-hola, ¿la clase ha terminado?
Asentí.
-así es, Arthur y Dan salieron antes que yo... así que estoy perdida. - admití tras una risita.
Ella ríe.
-si no recuerdo mal, ellos tienen clase de esgrima, es un arte para los hombres, a ti no te hemos colocado ninguno... ¿Qué te gusta hacer?
Vacile ante su pregunta.
-no lo sé, en la prisión no hay mucho que hacer. - tomo su agenda, tiene imágenes acerca de cada flor- ¿Qué haces?
-ciencia.
- ¿Qué?
Ella deja de hacer lo que hace y su mirada se fija en mí.
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al otro lado
RomanceLa guerra es una jaula que nos encierra, nos asfixia y atormenta. Pero, entonces llaga na luz para salvarnos, mas tras la luminosidad también hay oscuridad. Para Zafiro la vida nunca ha sido fácil, ha pasado hambre, escasez y desfortuitos. Para Wi...