Capítulo IV

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Para Hermione era verdaderamente estresante que Draco estuviera pegado a ella como una sanguijuela en busca de su preciada sangre, si ella nadaba en la piscina, el vampiro estaba sentado viéndola nadar. Si iba a jugar tenis con Luna, él estaba mirándola desde la sombra. Si iba al gimnasio Draco estaba como su entrenador.

Theo había tenido un par de diferencias con el rubio por cambiar el ritmo del entrenamiento. Luna solo le decía: "sé que es un vampiro porque cuando discute con Theo sus dientes crecen" "sería una hermosa historia de amor, hazle caso, amiga"

Hermione tomaba el té mirando con el ceño fruncido al rubio que estaba entretenido jugando con una cuchara de plata, podría usarla como una estaca y acabar con su suplicio.

Es guapo. —pensó. — pero es un arrogante posesivo. Si fuera más humano me gustaría.

Draco la miró — Me ves como si fuera un demonio.

— No estás muy lejos de serlo. — respondió y se llevó el té a la boca.

El vampiro soltó un largo suspiró. — Huelo aceptación en ti, creo que ya empiezas a gustar de mí.

— Vives en mi casa, comes mi comida, estás siempre cerca. Tienes que gustarme de alguna forma ya que no te vas. — Soltó un suspiro lleno de resignación — Además de que hace mucho que no...

Draco empezó a olfatear el ambiente como un perro— Si hasta aquí siento que necesitas sexo...

— ¿Entonces qué dices...? — preguntó Hermione.

— Acepto. —Draco la miró a los ojos. — pero serás mía siempre.

— Entonces no. — negó con la cabeza mientras dejaba la taza de té sobre la mesa. — No tengo deseos de estar bajo tu yugo.

El vampiro rio fuertemente. — Ya eres mía, lo fuiste desde que te mordí.

Hermione le lanzó la taza en la cabeza la cual se partió en dos. — al diablo. Ni siquiera me besaste para hacerlo.

— Bueno eso lo podemos arreglar. — a la velocidad de la luz Draco cruzó el espacio que los separaba.

El beso no fue tierno, fue apasionado y lleno de sangre, sus dientes crecieron y se mordían mutuamente, bebían la sangre del otro. Sus lenguas se acariciaron y Hermione de dejó llevar. Necesitaba ser de él. Así que le regresó la mordida en la yugular.

~°°~

Theo estaba mirando a Hermione como si fuera un bicho raro. Ya que está tenía la expresión de un cachorro mojado, lo que le hacía creer que hizo algo malo. ¿Pero qué?

— Bien, Hermione ¿qué sucede? — Theo decidió romper el hielo. — ¿Dónde está tu galán?

— Con Luna. — Respondió la castaña. — ellos están preparando todo para...

— ¿tu boda? —preguntó Theo. — ¿te vas a casar y quieres que sea el padrino de tu boda?

le miró asustada — Que Rocky me libre de esa desventura. No.

Jamás le daría tal poder sobre ella.

Theo rio al verla ofendida. — Entonces...

— Lunaestáenamoradadeti. — habló tan rápido que Theo no la entendió.

—¿Luna qué?

— Le gustas, deberías haberte dado cuenta, idiota, no somos un par de chiquillos. — Hermione le regañó enojada. — Ya vamos por los 30.

Theo puso los ojos en blanco. Era ella la que daba una noticia como si estuviera en la primaria. Soltó un largo suspiro — Lo sé, me gustaría salir con ella, pero está el hecho de que tus amigos encontrarán la felicidad antes que tú. — le tomó las manos. — si tu encuentras a quien amar me sentiré libre de culpa.

Culpa... Yo me siento culpable a causa de no eres feliz.

¡Eh! Yo estoy bien. Traigo loco al vampiro.... A Draco. — sonrió de manera nerviosa. Sí le gustaba, pero a veces sentía miedo de vivir eternamente o al menos pasar el resto de sus años con vida junto a él. Si lo detesto ahora, no me imagino que será dentro de 100 años

— Sal con él, no te reprimas, cabeza hueca. — aconsejó Theo.

— No puedo, él... Yo lo besé e hicimos algo más que me gustó y tengo miedo. — estaba nerviosa. — no quiero darle poder sobre mí.

Theo le sonrió. — Lo dudo, tienes mucha fuerza y sé que le darás una lección si él cree que te tiene en sus manos.

Era cierto, le golpearía... aunque él no era súper fuerte o al menos le gustaba que ella lo hiciera sentir dominado, lo supo en cuanto tuvieron sexo, fue placentero y le gusto dirigirlo. Podría convertirme en una dominatrix

~°°~

—¿Oye Malfoy los vampiros pueden tener hijos? — preguntó desde el sofá en el que estaba recostada.

Draco estaba veía Bob esponja mientras bebía una Pepsi helada mientras, se sintió tan sorprendido que lo escupió. — ¿me estas pidiendo uno?

— No te hagas ilusiones. — Hermione puso los ojos en blanco. — Solo que el período no me ha llegado.

— ¿Periodo? ¿De qué? — Draco dejó su Pepsi. — ¿de qué estás hablando?

— La menstruación. — Hermione tocó su vientre. — Tú y yo tuvimos sexo y no ha llegado mi periodo, tengo 30 años y era una mujer muy fértil antes de que me mordieras y me convirtieras en vampiro.

— Ya eras un vampiro, tu madre lo es, tú lo eras desde siempre. — Draco flotó hasta ella. — y aparte de eso, respondiendo a tu pregunta... Sí, Los vampiros podemos tener hijos, solo que podríamos tardar mucho. Sería una cuestión de milagro lograrlo a la primera.

— Pues has de haber rezado mucho Malfoy, que tienes tu milagro cumplido. — Hermione lo regañó tocando su vientre. — Cormac me dio la noticia esta mañana.

Él estaba mudo de la impresión, flotando sin dirección como si de un asteroide en el espacio se tratara. Incluso el gato de Hermione trató de atraparlo cuando pasó cerca de la cocina.

Hermione decidió que no sería saludable tener un marido como ese, así que nunca se casaría. Jamás lo haría. No podría hacerlo jamás. Podría vivir con Draco Malfoy por el bien su hijo, pero no estaba nada enamorada de ese idiota. En especial cuando ahora actuaba más idiota de lo normal.

Solo me gusta su compañía, solo eso. 

Thriller ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora