Give Yourself a Try

11 Peter

Peter se despertó el sábado sintiéndose como una princesa de Disney. Sentía que el sol era más cálido y que los pájaros que estaban afuera de su ventana estaban más alegres que de costumbre. Cena con Tony.

"¡May!" Llamó Peter, saliendo de su habitación.

May frunció el ceño, "Peter. Son las 8:30. ¿Por qué estás despierto?"

"Porque esta noche es la noche. Con el Sr. Stark. ¿Recuerdas? Me está llevando a cenar. Para la beca."

May asintió con escepticismo, "bien".

"Creo que está realmente interesado en mi propuesta de proyecto. Probablemente quiera hablar de compras o algo así", sonrió Peter.

Peter se relajó cuando vio que los rasgos de su tía se iluminaban.

"Entonces", sonrió ella. "¿A dónde vas? ¿Algún lugar lujoso?"

"Creo que sí", chilló Peter. “Se supone que debo usar un traje, pero sabes el problema con eso. El Sr. Stark dijo que mi pantalón y mi camisa de vestir estaban bien, pero creo que simplemente estaba siendo amable".

"¿Es esta tu forma de pedirme que te lleve a la tienda de segunda mano?" May levantó las cejas.

"Tal vez, tía", sonrió Peter.

"Está bien", sonrió May, "dame media hora".

***

Peter se desanimó cuando él y May visitaron la tercera tienda de segunda mano. El recorrido no había sido completamente infructuoso. Había comprado un conjunto de gemelos, una camisa negra brillante con botones y algunas piezas de tecnología antigua que serían útiles cuando volviera a actualizar su computadora. Lo mejor que había encontrado era probablemente un par de gafas de sol de color amarillo. Le recordaron al señor Stark, así que los compró. Todo el viaje había costado menos de $20, por lo que no se quejaba, era solo que el propósito era encontrar un traje. Cada traje que se probó era demasiado grande o demasiado fuera de moda, o de lana. Picaba.

"Peter, no me preocuparía por eso", ofreció May. "Tony Stark sabe de dónde vienes. Ha recorrido nuestro apartamento, por el amor de Dios. Llevar una camisa y pantalones regulares delante de él no va a ser el fin del mundo. No es que vaya a revocar tu beca solo porque no tienes un traje de cinco mil dólares ".

"Sí, lo sé", murmuró Peter. "Sin embargo, solo quiero impresionarlo".

"Peter, ¿te gusta?" Preguntó May.

Peter se sonrojó, "No lo sé. Tal vez."

May resopló: "Peter, sabes que eso es inapropiado, ¿verdad?"

"No lo creo", Peter se encogió de hombros. "Sé que es mayor, y esas cosas, pero, sí. No lo sé, May. Estoy fuera de su liga, de todos modos."

"Sabes, estoy tentado de mantenerte en casa después de la cena".

"¿Qué? No no no. Por favor, no hagas eso," Peter suplicó.

"Incluso si él no tuviera mi edad", May comenzó con una expresión puntiaguda, "Te está dando miles de dólares. Quiero decir, después de un tiempo, ¿tendrías que preguntarte si él espera que hagas esto?"