Give Yourself a Try

30 Tony

Tony se moría por que terminara la fiesta. Mirar a Peter desde el otro lado de la habitación era una tortura. Se alegró de ver que Peter se llevaba bien con la gente más cercana a su edad, pero su sonrisa nunca llegó a sus ojos. Tony estaba haciendo todo lo posible por ser educado porque una gran parte del apoyo de la empresa dependía de su presencia social. Solo esta fiesta había hecho rodar las bolas, y tres de sus organizaciones benéficas ya tenían sus cuotas de donación llenas. Era un mal necesario para ser famoso.

Tony sabía que Peter estaba llegando al final de su cuerda física y emocionalmente. El niño se veía tan cansado que Tony no se habría sorprendido si se hubiera desplomado. Sin embargo, lo que más preocupó a Tony fue la decepción escrita en la cara de Peter. Sus ojos buscarían en la habitación a Tony, y cuando lo encontraran, la cara de Peter se iluminaría. La expresión nunca duró más de un momento porque la mirada de Peter pasaba a quien estaba parado junto a Tony, y luego se daba la vuelta.

Quería a Peter en su brazo toda la noche. Hubiera hecho que la experiencia de la fiesta fuera infinitamente más soportable, pero Tony no podía hacer eso todavía. No era que le importara lo que la gente pensara de él o de la compañía; él estaba protegiendo a Peter. Una vez que los tiburones olían la sangre en el agua, atacarían. Peter habría presionado a la prensa y los miembros de la sociedad lo perseguirían para obtener más información sobre Tony Stark. Tony no quería hacerle eso al niño. Ya era bastante malo que periodistas creíbles quisieran hablar con él sobre la beca. Tony tenía la sensación de que no iba a poder aguantarlo más, y Pepper lo estaba acosando. Él necesita ponerse en el ojo público ahora antes de que esto explote en tu cara. Él necesita tener la primera palabra. Tony lo sabía, pero no le gustó.

Todo lo que quería era llevar a Peter a casa con él. Una noche con Peter había sido lo único que había logrado que Tony pasara la semana.

Tony decidió que lo llamaría a las doce. Era su fiesta, y podía irse cuando quisiera. Escudriñó la habitación en busca de Peter. Lo vio junto a la barra. Estaba preocupado de que el niño estuviera borracho, pero cuando se acercó vio que solo tenía un vaso de Coca Cola en sus manos. Peter Parker era un tesoro. Tony sabía que, si hubiera estado en la posición de Peter, se habría emborrachado. Estar fuera de juego era una mierda, y Tony lo sabía. Se comprometió a compensar al niño.

"Oye", saludó Tony. Se sintió aún más culpable por dejar a Peter solo toda la noche cuando vio lo feliz que estaba el niño al verlo.

"Señor Stark," sonrió Peter. "¿Es hora de ir?"

"Sí", respondió Tony.

"Bien. Solo tengo que agarrar mi mochila del coche de Happy."

Tony asintió. "Nos vemos en el frente en diez".