Vete

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Era una tarde de otoño. Una tarde monótona en la que predominaba el silencio en las calles. El cielo estaba cubierto por nubes que dejaban entre ver los rayos del sol que en cuestión de tiempo desaparecería, creando así un hermoso paisaje anaranjado que hacía contraste con los tonos ocres y marrones de los árboles. El sonido de la cámara capturando la escena rompió el silencio de la atmósfera. El joven pelinegro dejó ver una sonrisa satisfecha tras comprobar el resultado de aquella fotografía. Sin embargo, aquella sonrisa desapareció cuando lo escuchó.

El suave sonido del piano inundaba toda la sala y los pasillos de la academia que ahora se encontraban vacíos. La melodía, aparentemente improvisada, no seguía una sinfonía fija pero era agradable en sí misma. El pelinegro caminaba por los pasillos sigilosamente, evitando que el ruido de sus pisadas perturbara aquella armonía. Sin embargo, la música dejó de sonar por unos breves instantes para que, poco después, iniciara de nuevo. El joven pelinegro avanzó lo antes posible hasta colarse en el aula de donde provenía la música y sus ojos encontraron a la persona que buscaba.

- Suena bien. - Se atrevió a hablar tras unos breves instantes en los que aquella persona no se percató de su presencia, rompiendo de ese modo el ambiente que allí se había creado. El chico sentado frente al piano dejó de tocar, para girarse hacia el pelinegro y regalarle una media sonrisa.

- Te estaba esperando, mocoso. - Con un movimiento de cabeza le invitó a pasar. - Ven aquí, Jungkook.

Con grandes pasos, Jungkook tomó asiento rápidamente junto a él. El mayor, Yoongi , retiró algunos de sus mechones verdes que caían sobre sus ojos y con sumo cuidado colocó sus manos sobre el teclado, que se fueron moviendo hábilmente creando de nuevo la melodía anterior. El joven quedó hipnotizado y cerró sus ojos dejándose acariciar por cada una de las notas que le llegaban con dulzura. Perdió la noción del tiempo por un momento, sin percatarse que poco a poco los últimos rayos iluminaban apenas aquella sala, al piano, a ellos. Una sensación ya conocida le invadió por completo, sin poder evitar que sus ojos se perdieran en el perfil del mayor y sentir un pellizco en el abdomen provocado por los nervios que le causaba estar cerca de Yoongi. Éste se percató de ello y dejó de tocar para girar su rostro y enfrentarlo.

- ¿Te ocurre algo? - Preguntó inclinando un poco su rostro como muestra de curiosidad.

Jungkook sintió como se le cortaba la respiración por unos segundos. Aquellos ojos felinos que le miraban esperando una respuesta le hacían sentir débil, pero fue en el momento justo que desvió su atención a sus labios cuando sintió morir allí mismo. El corazón le bombeaba frenéticamente e intentando recobrar la compostura tragó con dificultad, reteniéndose así mismo a no dejarse guiar por un estúpido impulso puntual del momento del que más tarde se arrepintiera.

Desvió la mirada al piano prefiriendo guardar silencio, pues las palabras se quedaron atoradas en su garganta, y posó sus manos sobre él, comenzando a tocar algo simple, sin sentido. Escuchó una risa floja, sin gracia e irónica y en cuestión de segundos, el autor de esa risa tomó su mano y tiró de ella para acercar al pelinegro sin controlar la distancia, quedando sus rostros muy cercas el uno del otro.

- ¿Acaso crees que soy idiota? - Yoongi susurró con voz grave. Aquello estremeció todo el cuerpo del joven, quien parecía temblar ante la simple cercanía. Jungkook intentó hablar, excusarse, cualquier cosa que le permitiera escapar de ese momento pero simplemente no pudo, sus palabras seguían acumulándose formando el nudo en la garganta.

Yoongi llevó una de sus manos a la barbilla de Jungkook sosteniéndola suavemente para garantizar que no se alejara, mientras la otra sostenía su muñeca. - ¿Crees que estoy ciego? - Sonrió. - ¿Qué no puedo ver la forma en que me miras?

Hold Me Tight - YoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora