Oportunidad

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Jungkook sintió el agua caliente recorrer todo su cuerpo, eliminando la espuma de su cuerpo. Apoyó uno de sus brazos sobre la pared y dejó reposar su cabeza en él, dejando que el agua cayera sin cesar. Las palabras de Hoseok quedaron grabadas a fuego.

"Te pareces a él"

¿Pero quién demonios era él?

Su mente volvió a retomar todo desde el momento en que interactuaron por primera vez. Intentando buscar un detalle, algún gesto, alguna frase, algo que le indicara que era lo que Yoongi escondía. Pero nada, la impresión que tuvo de Yoongi, fue la de una persona frívola, sin embargo, tras haberle visto sumido en la magia del piano pensó que aquello no era más que una máscara.

*Flashback*

En cuanto el peliverde dejó de tocar la pieza de música, se sobresaltó cuando Jungkook empezó a aplaudir con energía a sus espaldas. Yoongi le miraba con el ceño fruncido, extrañado por las acciones del chico, quien daba pequeños saltitos mientras seguía aplaudiendo.

- Eres jodidamente increíbl.  – No pudo evitar dejar ver su emoción. – Es preciosa, ¿la has compu-

- ¿Y tú eres? – El pelinegro se calló abruptamente en cuanto Yoongi formuló la pregunta de la forma más seca posible.

- Eh...bueno yo... - Se sintió avergonzado al instante. ¿Cómo podía haberse tomado tanta confianza en un momento? El leve rubor se expandió por sus mejillas mientras hablaba. – Soy Jungkook. Jeon Jungkook. – Extendió su mano para saludar al chico, rezando internamente para que éste no fuera a darle ningún corte.

El peliverde lo escaneó con la mirada de arriba abajo, notando al mismo tiempo cómo se tensaba todo su cuerpo. Esta situación le resultaba familiar, y eso le hizo sentir un escalofrío. Manteniendo la compostura, se levantó y se acercó al joven estrechando su mano con la de él.

- Min Yoongi. – Dijo con la mayor simpleza del mundo. El pelinegro le sonrió de tal manera que sus enormes ojos se escondieron un poco. La mandíbula de Yoongi se tensó y su mente empezaba a nublarse. Hacía todo lo posible por mantenerse impasible.

- Crees que... - comenzó a hablar el joven un tanto inseguro – ¿podrías tocarla de nuevo?

- ¿No deberías volver a clase? – Preguntó el contrario enarcando una ceja.

- No, hasta que no te pueda ver tocar de nuevo esa maravilla – Yoongi le miró con una cara de pocos amigos y Jungkook soltó una risilla nerviosa – ¿Por favor?

- Vete a clase.

- ¿No deberías hacer tú lo mismo? – El pelinegro cruzó los brazos sobre su pecho. En otra situación, ni siquiera se hubiera molestado en llevarle la contraria y se hubiera marchado para dejar de ser un incordio. Pero esa vez, era diferente. Sentía la necesidad de volver a revivir esa escena.

Yoongi suspiró con pesadez y pasó su mano sobre su pelo desordenándolo un poco. – Vas a ser un intenso y no me vas a dejar en paz hasta que la toque ¿verdad?

- Efectivamente. – Dijo con una leve sonrisa.

Yoongi murmuró algo inaudible que Jungkook no llegó a escuchar pero que interpretó como un sí en el momento en que el mayor regresó al piano. Parecía decidido a empezar, pero antes miró hacia atrás, mirando al joven que se encontraba a sus espaldas, separado unos metros de él.

- ¿Te vas a quedar ahí? Me siento acosado si te me quedas mirando por la espalda a tres metros de mi – Jungkook intentó responder, pero Yoongi habló de inmediato – No tengo todo el día mocoso, acércate de una vez que no muerdo...

El pelinegro, siendo consciente del carácter un poco agrio del mayor optó por no replicar y prefirió guardar silencio, y estar junto a él.

- ¿Puedo sentarme? – Preguntó esta vez un poco tímido. Yoongi simplemente se hizo a un lado, dejándole espacio. Una vez que tomó asiento, la música comenzó a sonar.

Pero la canción no era la misma de antes. 

Aún así permanecieron un rato sumergido en aquella sinfonía, que pronto alcanzó su fin.

El peliverde se giró y se quedó un poco sorprendido cuando su mirada topó con la de Jungkook. Sus ojos grandes, oscuros y profundos, que albergaban un brillo un tanto peculiar. Su pequeña nariz y su lunar bajo el labio. Tenía un rostro angelical y aniñado.

Igual que él.

La mirada de Yoongi se ensombreció y se mantuvo ausente. La voz del joven se escuchaba lejana, pese a tenerlo cerca. Y no volvió en sí hasta que Jungkook le dio unos leves toques en su hombro, lo que le obligó a dar un respingo y como consecuencia, Jungkook también lo dio.

- ¡Joder qué susto! Creí que te había poseído algo. ¿Sabes que das mucho mal rollo si te quedas mirando a la nada detrás de mi? Y ni siquiera me escuchabas. 

Yoongi sacudió un poco su cabeza para centrarse. – Lo siento, ¿qué me estabas diciendo?

Jungkook sonrió. – Da igual, olvídalo. – Miró la hora en su reloj de muñeca – Tengo que ir tirando para clase, las coreografías no se montan solas. – Dijo dando golpecitos con el dedo índice al reloj.

- ¿Coreografía? ¿Eres bailarín? – Yoongi sintió como le daba un vuelco al corazón.

Jungkook se puso de pie con ímpetu y sin borrar la sonrisa de su cara – Lo soy – Dijo mientras hizo un par de movimientos espontáneos. 

Yoongi simplemente dejó salir una sonrisa sin mostrar sus dientes – Ya veo...

Jungkook le sonrió de vuelta – Bueno, hora de irse – Se giró hacia la puerta, sin embargo, no tardó en dar dos pasos cuando volvió de nuevo a girarse para ver a Yoongi. – Quería preguntarte algo – Esta vez su tono de voz era tímido

- Adelante.

- Soy nuevo desde hace una semana y bueno, la verdad que estoy bastante solo aquí. – Su tono de voz iba cada vez disminuyendo más, en ese momento se sentía un poco patético – Quería saber si no te importaba que – bajó su cabeza y dirigió su mirada al suelo – me pasara por aquí estos días. Prometo que si molesto mucho te dejaré en paz, si es lo que quieres. A ver, lo que quiero decir, ¿sería mucha molestia si me paso por aquí en las horas de descanso? O bueno, donde estés claro, no creo que siempre estés aquí metido...

- Siempre estoy aquí. – Afirmó. – Y a tu propuesta de pasarte por aquí – Yoongi miró a su alrededor pensativo. Sin embargo, su mente no dejaba escapar la idea de que el chico había llamado su atención. Por una vez, se dijo a si mismo en intentar cambiar algo. La ocasión para saciar un poco ese vacío tan grande que sentía en esos dos años. Aceptaría. Definitivamente aceptaría. - Está bien.

La sonrisa de Jungkook se hizo aún más grande, dejando mostrar esa sonrisa risueña que Yoongi sintió que le faltaba el aire.

Otra vez esa sonrisa. Otra vez él.

- Genial entonces. – Movió su mano a modo de despedida – Nos vemos.

En cuanto el pelinegro dejó el lugar, Yoongi apoyó sus codos en las rodillas y enterró su rostro entre sus manos.

Los ojos le picaban. El nudo en la garganta le estaba asfixiando. Ese chico presentaba tantas similitudes a él que dolía.¿Cómo iba a decirle que no?¿Cómo iba a alejarle, si se sentía como si estuviera cometiendo el mismo error? Otra vez su recuerdo haciendo eco en su cabeza.

El pecho le quemaba con la sensación de que la historia volvía a repetirse.

Sin embargo, en ese chico vio el pequeño atisbo de esperanza para curar aquella herida profunda. La oportunidad de hacer las cosas bien.

Hold Me Tight - YoonkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora