Consumación.

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Finalmente, él tenía su oportunidad y como tonto casi dudo. Había enfrentado muchas noches, una cara que no podía ver, pero la esencia de ella la había querido sentir. Ahora estaba a su alcance. El aroma de el sentir sus pechos de satín contra el suyo mientras se besaban, lo acrecentaban, haciendo su erección casi dolorosa. Él se recordó tomar las cosas con calma y dejar que ella disfrutara.
Darien deslizo sus labios hacía bajo a lo largo del suave ángulo de su barbilla y a lo largo de su cuello de cisne. Los jadeos entrecortados de ella ayudaron a guiarlo, para hacerle saber que por el momento era de él. Hizo una pausa entre sus besos para mirarla. Para ver la confianza en su mirada. Una sorprendente libertad paso por él. Durante todo este tiempo, la búsqueda, la caza, el seguimiento el, dolor. Para finalmente tenerla. Para saber que estaba a salvo y que podía cuidar de ella hasta que muriera. Eso le hizo sentir más como hombre que nunca antes. Un objetivo cumplido.
— He soñado con nuestra unión. Mi verga empujando en tu humedad. Esas noches eran una tortura para mí.
Ella le pregunto sin aliento
— ¿Alguna vez has tratado de estar con alguien más?
Darien no quería que ella se preocupara por otra mujer nunca. Él siempre le sería fiel a ella.
— Ya te dije, estoy entregado. Me atengo a mis principios.
Ella le abrumaba los sentidos y su mente se volvía pedazos. Un gruñido emano de las profundidades de su pecho. Tenía que hacerlo ahora.
Darien se inclinó hacia adelante y le mordisqueo el labio inferior. Su sabor dulce. Miel. Adictivo. Su boca salió con fuerza. Muerto de hambre.
Ella movió su mano por su brazo hasta su cara.
— Tú eres diferente a cualquier hombre que haya conocido.
En la pausa, él dijo exactamente lo que había estado pensando desde que le dijo la verdad.
-¿Te hace disminuir el deseo el saber que soy mitad hombre y mitad lobo?
Los dedos de ella pasaron a lo largo de sus mejillas y su mandíbula.
— No. Me hace desearte más.
El pecho de él se llenó de orgullo y no podía dejar de sonreír.
— Porque el lobo es solo una parte de lo que soy, tengo los mismos principios en las dos formas. No
cambio porque mi cuerpo lo haga. — Darien hundió su cara en los pechos de ella, disfrutando cada centímetro de ella.
— Tu piel es tan suave. Bomboncito. Apuesto a que se cómo hacer que ronrones.
El aspiro profundamente, dejando que el aroma de ella lo embriagara llenándole los sentidos por completo.
Dejando que lo manejara a la necesidad salvaje de hundir su verga en su coño mojado. Al final, el quería mas de ella que solo someter sus anhelos. Él quería su corazón, quería que ella se preocupaba por el también.
El creía que con el tiempo ella lo amara.
Darien se paró cerca de la cama y se quitó sus pantalones, liberando su erección. Los ojos de ella brillaron en aprobación. Ella era una diosa. Él se movió a los pies de la cama y beso el tobillo sobre la media.
— ¿Te duele?
Ella ni siquiera se inmuto. — Ahora no.
Se movió dejando pequeños besos sobre sus pantorrillas y rodillas, finalmente se detuvo en la cúspide de sus muslos.
— Me gusta la manera en que te vistes.
Mostrando tanta piel.
Su risita de niña le calentó el corazón. — Es solo un disfraz. Yo suelo usar más que esto.
— Que pena. Lo que a mí respecta, tu puedes ir desnuda.
Los ojos de ella se estrecharon.
— El disfraz era para una fiesta de Halloween, iba como la caperucita roja.
Él se rió entre dientes. — Ah conozco bien la historia. Supongo que no pensabas que funcionaria con un lobo real.
Su impaciencia por verla desnuda gano. Darien extendió la mano y deslizo el traje de raso hacia abajo sobre sus pechos y medias y lo dejo caer en el suelo.
Ella contuvo el aliento. El no pudo pasar por alto el brillo en sus ojos.
— Tú no eres un lobo malo pero veo eres muy grande.
Con su verga en la mano, él se acarició lentamente.
— Me sentirás por días, solo espera.
Los parpados de ella temblaron. — No estoy segura de poder esperar.
— Entonces no te hare esperar. — Él se subió a la cama y se cernió sobre ella.
Los erguidos pezones pedían que sus labios los succionaran y de todo corazón se obligó. Su cuerpo se estremeció bajo el de él y su verga se agito en respuesta. Él no podía esperar para enterrarse en su dispuesto sexo. El calor envolvió el rostro de él como su cuerpo zumbaba con excitación pura. Sus pezones se sentía también en su boca y lengua. Aun más atractivo eran sus gritos de satisfacción cuando los chupo fuerte.
Con la boca atendiendo sus pezones, Darien deslizo su mano por su estómago y chasqueo los dedos contra su clítoris. Ella contuvo el aliento bruscamente.
— Oh dios.
El alzo su mirada para ver la cabeza de ella moverse de lado a lado. Sus labios se abrían y cerraban con gemido de placer.
— Mmm…, sí.
Para poner a prueba su disposición, el metió un dedo en su coño, gruñendo por el nivel de humedad que estaba ella. Había esperado tanto tiempo para estar con ella de esta manera. Una parte de él quería darse prisa, quería que durara esta noche para siempre.
— Eres hermosa.
Un segundo dedo se unió al primero y palpito adentro. Seria apretado entrar, pero a ella le encantaría cada minuto, al igual que a él. En primer lugar quería probar la crema de su coño. Se arrodillo entre sus muslos y abrió sus piernas muy separadas, con cuidado de no lastimar el tobillo. El acerco su rostro al centro húmedo, mareado por la necesidad.
— No Darien, no. — ella jadeo cuando su lengua lavo su clítoris.
— Si me vuelves a decir que no en unos segundos, voy a parar.
Con sus dedos, amplio su coño y precipito su lengua adentro. Ella grito, sus piernas temblaron a lado de su cara. Ella sabía exquisita. No oyendo más protestas, se ocupó con su lengua entre los muslos. Se turnaba dando vueltas con el pulgar en su clítoris y con su lengua, mientras sus dedos trataban de llevarla al orgasmo. Le intrigaba ver la forma en que respondía a sus caricias. Su cuerpo fluía como el agua, bailaba con su toque. Le conmovió que ella se entregara libremente.
Ella susurro. — Sí. — seguido por melodiosos gemidos que le indicaban que estaba cerca. El froto su clítoris más rápido, sus dedos encontraron el ritmo rápido.
— Si, ahora, si. — exclamó ella.
Darien vio su cuerpo convulsionarse, el coño se contrajo apretando a sus dedos envolviéndolos con sus jugos hasta que el temblor disminuyo.
— Oh dios, eso se siente tan bien. — ella gimió, quitando un mechón de pelo de su cara. — Lo necesitaba tanto o más de lo que yo pensaba.
Darien arrodillado entre sus muslos, inhalo su aroma, más estimulante, ya que ahora se mezclaba con sexo.
— No puedo esperar para estar dentro de ti.
Sentirte como lo he soñado.
— Tus palabras me seducen. — ella susurro.
Él se cernió sobre su cuerpo y acaricio su rostro entre sus pechos, encantado por la suave textura. Sus labio subieron por la curva de su cuello, a lo largo del lóbulo de la oreja y se puso a un milímetro por encima de ella. Los labios lo encantaron con su sonrisa, el ceño fruncido y los suspiros de placer. Incapaz de contenerse, su boca se cerró sobre la de ella, con un apasionado beso caliente. Los labios húmedos de ella se abrieron y él pudo saborear su cálido y dulce aliento.
Encerrados en un acalorado debate de sus lenguas, el deslizo una mano por el cuerpo de ella y separo sus pliegues. Sus jugos empaparon las yemas de sus dedos. Ella se apartó del beso y apoyo sus labios en su oreja.
— Te deseo.
Cuantas ganas había tenido de escuchar esas palabras, haciéndolo mejor con su tenue aliento.
Las piernas de ella se enrollaron sobre su cintura y ella lucho para atraerlo hacia ella.
— Por favor, ahora.
El agarro su verga con su puño y se detuvo en su entrada. Todo cambiaria después de esto. Todo.
— ¿Estas lista para mí?
Ella asintió con la cabeza, los ojos vidriosos entornados.
— Bien, porque te he deseado siempre.
Su mandíbula se abrió mientras empujaba su verga dentro de ella.
La estrechez de su coño le sorprendió. No queriendo hacerle daño, él lo hizo lento, gimiendo en su descenso. Esto era mejor que cualquier sueño. Su respiración se aquietaba mientras empujaba en ella hasta la empuñadura. Ella apretó sus piernas alrededor de su cintura y movió las caderas, la tela de sus medias le rozaba la piel. El golpeteo con su verga dentro de ella y observo en su rostro los suaves colores, los parpados caían más con cada empuje. Los gritos de placer le llenaban los oídos, alimentándolo. Lo único que le importaba a él era su placer.
Darien agarro sus nalgas y la acerco más a él.
Los brazos de ella se extendían alrededor de su cabeza, la expresión de ella era de contención. Tonos rosas salpicaban su nariz y mejillas cuando el aceleró sus embestidas, su verga pastoreo a lo largo de su hinchado clítoris. La forma en que lo miro, con tal confianza, que le hizo sentirse más posesivo.
Él nunca le haría daño a ella.
Ella se arqueo hacia él y él envolvió sus labios alrededor del pezón y amamanto con cariño.
La cabeza de ella colgaba de un lado, los parpados temblaban. Él podía decir que ella estaba cerca.
— Tu coño están estrecho. Ven a mí, Serena.
Quiero sentir como te vienes sobre mi verga.
Los dedos de ella se cerraron sobre la almohada mientras se movía con él, sus ojos brillaban con pasión.
— Si ya estoy allí. — ella suspiro y su cuerpo tembló bajo de él.
Fue increíble ser testigo. Sentir su liquido derramándose alrededor de él y la forma en que su coño le lanzaba espasmos a su verga rápidamente. El no podía detener su orgasmo por más tiempo. La liberación corría a través de él, solo el sonido de su pulso estaba presente en sus oídos. Darien aulló cuando se vino duro, gotas de sudor se arrastraban por su cara. Su corazón martillo hasta que sus empujes se desaceleraron hasta parar.
Él se estremeció cuando se retiró de ella. Ella yacía como un ángel. Sus ojos m reflejaban paz. Agotado, se dejó caer a lado de ella y la envolvió en sus brazos, escuchando los latidos de su corazón. Así que esto es como se siente. Estar con alguien que le m importaba más que su vida.
Ella dejo escapar un suspiro de satisfacción.
— Eres muy persuasivo.
Él se echó a reír y le acaricio el brazo con la nariz. — No lo olvides.

Luna Llena en Halloween +18 (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora