Llega el momento.

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Darien no quería perder la cercanía que estaban compartiendo en ese momento. Él necesitaba que ella confiara.
Todo lo demás vendría después. —Estoy seguro que es lo que pensaron en ese momento, también.
Serena rompió su mirada y miró hacia abajo.
— Debiste ser muy joven.
— Supongo que sí, sólo un cachorro.
Ella lo miró a través del velo de sus pestañas. — ¿Y desde entonces has estado buscándome? "
— Todo comenzó un par de años más tarde, al madurar. La necesidad de encontrarte me consumía. Tu olor me convirtió en un esclavo. Me quito cualquier interés de estar con otra persona.
La correa de su traje se deslizó por el hombro mientras ella se sentaba, permitiéndole dar una mirada de su pecho hinchado. Una dulce tortura.
— ¿Quieres decir que nunca has tenido relaciones sexuales?
Él se encogió de hombros. — Me he guardado para ti, no es alguna cosa romántica o algún acto absurdo por amor, simplemente no tuve la necesidad de encontrar a alguien.
La sonrisa de ella iluminó la cabina. — Espera, en serio, ¿No has tenido relaciones sexuales todo este tiempo?
Era evidente que la idea le gustaba y él contestó con orgullo — Yo me he... encargado de mí mismo cuando la necesidad se ha convertido en demasiada tortura.
Ella dio una palmada en la rodilla y soltó un bufido. — Irreal. Tienes que ser el más comprometido hombre que he conocido. ¿Sin embargo te las arreglas?
Él no quería decirle lo difícil lo tenía algunas noches, cuando el deseo amenazaba con eclipsar su racionalidad. Al final decidía que era un riesgo de perder su esencia, gracias a otra mujer, no valía la pena. — Por amor y respeto personal he esperado. Es mi forma de honrarte.
Un toque rosa se propago a través del puente de la nariz de ella. — Bueno, obviamente yo no he esperado por ti, por lo que veo, no soy buena.
A Darien no le preocupaba con quién se había acostado. Él le daría placer, como ninguno se lo hubiera dado jamás. — No te pedí que esperaras.
La forma en que ella se mordió el labio inferior era entrañable. — No quiero decir que he estado con muchos hombres, claro está. No estoy sugiriendo quesoy una cualquiera, pero estar sola no es algo que aya podido soportar. Tengo normas y límites claro esta.
Él hizo todo lo posible para suprimir una risa. — Nada de eso importa ahora que te he encontrado.
Espero que no te vayas a negar.
Ella apretó los labios sensualmente. Él estaba seguro que su sabor era dulce. — No voy hacer promesas. Esto es lo más loco que he escuchado en mi vida, pero no voy a negar que has despertado mi curiosidad, entre otras cosas.
El corazón de él tronó con fuerza en sus oídos. La desconfianza de ella se había desvanecido. — Voy a recurrir a cualquier táctica necesaria para estar contigo. Incluso si eso significa complacer tu cuerpo hasta que no puedas soportarlo más.
Los ojos de ella brillaban. — ¿Me secuestraste? ¿Usaras tu fuerza y me tomaras contra mi voluntad?
Darien negó con la cabeza. — Ya te lo dije, nunca te haría daño. Sin embargo, te aseguro, que no será una tarea fácil.

●●●

Serena lo estudio. Él hizo lo que ella pensó que sería imposible. Le había ganado. De alguna manera sus palabras calmaron sus dudas y la dejo con una fascinación terrorífica. Atemorizada si él no la tocaba y fascinada por la perspectiva de tener relaciones sexuales con alguien que se había guardado para ella.
Por supuesto, no podía pasar por alto las características que atrajo el hambre entre sus muslos, la mirada seductora, su físico fuerte y una verga que ella imaginaba que la llenaría por completo. ¿Y que era esa feroz determinación de su rol en la vida de ella?
Independientemente de la forma posesiva en la que hablo, su comportamiento se mantuvo extrañamente relajado, incluso suave.
— Tengo que manejarlo contigo. No hay escasez de juegos verbales contigo. Se me hace curioso.
Darien hizo un círculo con sus manos y se reverencio dramáticamente. — Una mujer linda como tú debe rechazar muchos pretendientes.
Ahora había una palabra.
- ¿Pretendientes? Más bien vagos. Yo solo atraigo hombres con problemas con el compromiso y fobias a las relaciones.
— ¿Y este hombre que te hizo daño esta noche?- Serena frunció el ceño al pensar en Yaten.
— ¿Cuándo te lo mencione?
Él le dio una sonrisa tímida. — Te escuche en el teléfono de tu coche.
Todos los pensamiento que antes se habían logrado escapar de su mente… — Oh bien, cuando tú eras un… lobo. Vaya, es más raro cuando lo digo. De
todos modos, Yaten es o era, la más larga y problemática de mis relaciones.
Su mano se posó sobre la cama junto a ella. Gran distracción.
— ¿Qué salió mal? ¿Te hizo daño?
Ella se hundió en la compasión de él. — Bueno, nos hicimos daño el uno al otro, pero el verdadero problema surgió por la falta de comunicación. Supongo que es por eso que no estoy tan molesta, ya que la separación era inevitable.
— ¿Qué te gustaría haber cambiado?-
Serena se preocupó por sonar egoísta. — Que prestara más atención a mí y mis… necesidades.
El semblante de él se volvió dominante y la atrapo con fuerza. — Nunca tendrías que pedirme esas cosas a mí.
Con los labios fruncidos, ella contuvo una risita.
— Ah, ¿no?
El acerco su cara cerca, su aroma almizcle la embriagaba.
— Cuando te toco, se todo de ti.
Ella trago saliva. Su legua se sentía como si se hubiera triplicado su tamaño.
— Oh.
— ¿Me dejas que te toque? ¿Qué te explore?
Claro que quería que la tocara, que la explorara.
Que la follara. Su sexo ofrecía escape. Tomo en su mente los problemas reales que tenía dando ilusión a la profundidad emocional. Solo por una vez quería creer que el sexo podía ser algo más, pero había aprendido a hacer frente a la decepción. Las expectativas eran peligrosas. Tener relaciones con un extraño no era un concepto nuevo no un hecho del que estaba orgullosa, pero este hombre era completamente diferente. Sus palabras de lealtad eran atractivas. ¿Cómo se había reservado el para ella? La seducción sonaba como la mejor invitación que ha tenido en años. Serena estaba dispuesta a creer en la ilusión por un tiempo. ¿Qué es lo que tenía que perder?
— No sé si tus palabras suenan bien, porque me estoy recuperando de una separación o si estoy excitada porque tu trasmites increíbles vibraciones sexuales. No preguntes porque tu comportamiento controlado me excita, pero lo hace. Podría encerrarme contigo una semana y probablemente estaría bien con ello. Una vez que saliéramos, sin embargo, todo volvería a ser como antes. Yo no te voy a dar ninguna garantía.
El sudor brillaba en su pecho, provocándole deseos de tocarlo.
El acerco sus labios a la oreja y la acaricio con la voz.
— Las cosas no serían las mismas, estaríamos más cerca y no me voy sin ti.- El cuerpo de ella estaba en llamas. No veía como pudiera negarle nada, pero no lo demostraría, aun.
— ¿Qué pasa si no quiero ir contigo?
Darien no vio su cara para que sus ojos se encontraran.
-Lo dejo en tus capaces manos. Estoy dispuesto a perder todo por ti, pero si eso significa tu felicidad, entonces es un pequeño precio que hay que pagar.
Oh, él se manejaba de manera extraña y misteriosa.
— Demonios, ves. Eso es a lo que me refiero.
Aparezco como la mala si digo que no y no es justo. Yo no escojo el amor a la primera como tú lo haces. He vivido mi vida, tratando de averiguar qué es lo que quiero. De repente te apareces y todo lo que escucho es como has sufrido. Como te has ido y sacrificado. Como me necesitas. No sé qué hacer con todo eso.
— Todo lo que te puedo ofrecer es honestidad.
Lealtad. Amor. No tengo nada que ocultar. No quiero que te sientas culpable. Déjame darte lo que quieres.
Sus palabras fueron como golpes furiosos contra su clítoris, enviando calor entre sus muslos.
Darien se inclinó hacia adelante y puso sus manos a ambos lados de sus mejillas. Su cálido aliento acariciaba su rostro. Calmaba la ansiedad que ella contenía. Ella sonrío ante su mirada depredadora.
— Te deseo. ¿Puedes decirme que no quieres tener esta experiencia conmigo? — su profunda voz hizo que lanzara un suspiro de sus labios. La humedad se formó entre sus muslos cuando las manos de él recorrieron su piel. La mirada de ella parpadeaba con su impresionante cuerpo. Hombros anchos. La forma de los músculos de los brazos flexionados, sus duros músculos hacían que ella deseara recorrerlos con sus manos. La mirada caliente de él la hizo mojarse como nunca. Una mirada como si le perteneciera a él.
— ¿Cuál es tu respuesta? — la preocupación se reflejó en su entrecejo.
¿Cómo podía ella evitar eso? Por supuesto que ella lo deseaba.
— Todo esto es muy repentino. ¿No crees?
Las puntas del cabello le hicieron cosquillas cuando el negó con la cabeza.
— No cada día ha sido un paso más para encontrarte. A menos que te opongas, voy a tocarte. — su voz se volvió dura y exigente.
Antes, ella hubiera discutido con un hombre que quería tomar el control, pero ahora voluntariamente había aceptado. Él la devoraba con la mirada. Le encantaba la forma y lo bien que se sentía. No la incomodaba. De alguna manera el borraba con facilidad sus dudas y temores. Un silencio íntimo creció entre ellos. Serena bajo los parpados contemplándolo con deseo desenfrenado almacenado en su interior. Él quería su permiso.
Descaradamente ella abrió los muslos. — Tómame.
Ayúdame a aclarar mi mente.
Los ojos de él ardían. — Vas a sentir mi amor por ti en lo más profundo de tu núcleo.
Las palabras de promesas tiraron fibras de su corazón. ¿Amor? Ella podría amarlo con el tiempo. Dios, si, que fácil sería enamorarse de él. El deseo carnal en los ojos de  él, le atrapo tan fuertemente que podrían haber sido centenares de dedos sobre su cuerpo. Este hombre quería que fuera suya. Exclusiva de el. Sin preguntas, sin mentiras y sin expectativas.
Sus pechos se volvieron pesados ante su mirada.
— Voy a saborearte, ahora.
El atrapo sus labios con los suyos. Lento y tierno, su lengua se deslizo sobre su labio inferior y empujo dentro de su boca.

Luna Llena en Halloween +18 (FINALIZADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora