♤Parte 14♤

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ROSÉ POV:

-Hola- escuche detrás de mí ¿Qué Nayeon? ¿Ya comienzas a extrañarme?
- Hola - contesté sin importancia.
- ¿Cómo has estado?
- ¿Te interesa?
- Oh, vamos - alargó - No me trates así - dió dos pasos hacia mí - ¿O que tu nueva novia no te deja hablarme?
- No tengo ningúna nueva novia y si te trato así es porque se me da la gana. - Levantó las cejas.
- ¿Ah sí? y entonces esa...
- Mi amor - los tacones de Momo sonaban por todo el pasillo - ¿Qué haces hablando con... ella? - dijo con un gesto de repulsión.
- Nada cariño - le dio un beso en la mejilla y ambas se fueron. ¡Asco!

Terminé de guardar mis cosas en el casillero, y de sacar los libros que necesitaría para las siguientes clases. Me di la media vuelta y me sorprendí al ver a una chica frente a mí.

- Hola - sonrió tímida
- Hola - sonreí levemente
- Jiho - se presentó
- Roseanne Park
- Si lo sé - rió tímidamente – Oye, yo... Quería saber si tal vez tú y yo - tartamudeaba - bueno si a ti te gustaría salir conmigo - finalmente término la oración.
- Claro - contesté.
- ¿De verdad? - dijo sorprendida - ¡Genial! - sonrió de oreja a oreja - ¿Este viernes está bien?
-Sí, está bien- contesté tratando de sonreír, no me agradaba mucho la idea de salir con la tal 'Jiho' pero ya veremos cómo reacciona Jennie y por ende Nayeon.

Última clase, algebra. No había nada más aburrido que esto. El maestro simplemente no dejaba de hablar y no dejaba de escribir en el pizarrón, sin duda era un tormento esta clase.
Volteé hacia las últimas filas y ahí estaba Jennie, su mirada estaba enfocada en el pizarrón pero no estaba prestando atención, estaba más bien perdida.
Fui a las ultimas hojas de mi libreta para recortar un pedazo, tomé mi pluma rosa y escribí 'Am, ¿si me prestaras a tus hermanos?' volteé hacia el maestro para asegurarme de que no fuera a verme y lancé la pequeña bola de papel, logrando que golpeara su mejilla para después caer en el piso. Bajó su mirada para identificar qué era lo que le había golpeado. Lo tomó del piso y la extendió para poder leer el contenido. Escribió y me regreso el mensaje 'No queda de otra, y deja de llamarme Am'

Toqué el timbre y en menos de diez segundos se abrió la puerta dejándome ver la perfecta anatomía de Jennie.
- Wow - arrastré la expresión - Tú sí que eres bipolar. - le dije ya que apenas me vio y rodó los ojos como si mi presencia le había arruinado el día.
- ¿Pasas o te quedas afuera? - su tono de 'te detesto' había vuelto.
- Mejor espero afuera - contesté cambiando mi tono a uno más duro como el suyo.
- Como quieras - se dio la media vuelta pero al parecer se arrepintió y volvió a voltear hacia mí - ¿Por qué saldrás con Jiho?
- Pues porque...- Estaba por responderle pero no lo hice - ¿Tú como sabes eso? - dio un paso acercándose a mí.
- Ella me contó - contestó de mala forma. Rodé los ojos. El plan era que se enterara después de haber salido con Jiho.
- Pues sí... sí saldré con ella - le respondí y me di la media vuelta dándole la espalda.
- No respondiste lo que te pregunté - pensé muy bien lo que iba a decir y nuevamente gire hacia ella.
- Creí que no te interesaba lo que yo hacía.
- No me interesa - rió amargamente -Solo que creí que habías dicho que era más fácil contactar al presidente que obtener una cita contigo. - aún lo recordaba.
- Lo sé - contesté sonriente - Pero decidí tomar tu consejo - yo también recordaba sus palabras.
- ¿Qué consejo? - preguntó sin entender.
- 'Por qué no nos haces felices a las tres' - frunció su ceño - Así que no te molestaré más, terminamos el trabajo y ya no hay nada más que nos relacione - nada podía salir mal, estaba arriesgando demasiado al decir esto, cruzaba los dedos porque todo saliera como lo había planeado.
- Perfecto - ¡Mierda! ¿Así nada más? ¿Ni tantitos celos? Perfecto Rosé te tiraste sola a la hoguera.
- ¡Rosé! - se escucharon al unísono las voces de los pequeños - ¿A dónde iremos? - preguntó Haru mientras me rodeaba con sus pequeños brazos.
- A dónde ustedes quieran - le dije devolviéndole el abrazo.
- Por un helado ¿sí? - preguntó y su hermano la secundó con un 'Si'.
- Claro - levanté mi mirada y la dirigí hacía Lisa - ¿Un helado? - le pregunté y sus hermanos voltearon a verla.
- No - negó firmemente.
- Anda, yo invito - le dije sonriente acercándome a ella - De despedida... - susurré en su oído.
- ¿Segura? - al igual susurró entre dientes - ¿Después de esto finalmente me dejarás en paz?
- Tenlo por seguro.

Finalmente Lisa aceptó, pero se negó a ir en mi auto así que tuvimos que ir en el suyo. Llegamos a una heladería que los niños eligieron ya que tenía una enorme área de juegos.
Tenían cerca de veinte sabores, los cuales Lisa tuvo que mencionar al menos tres veces para que Haru y Bobby pudieran decidir, en especial Haru quien aún no sabía leer del todo bien.
— ¡Fresa!— dijo Haru quien estaba en brazos de su hermana
— ¡Vainilla! — se unió Bobby.
—Me hicieron repetir los sabores ¡tres veces! Para elegir lo mismo de siempre — les reclamó en juego y ambos rieron al igual que la cajera quien con una enorme y por supuesto estúpida sonrisa no dejaba de mirar a Lisa.
— Chocolate — dije de mala gana
como era de esperarse no me dejó pagar y no precisamente por amabilidad, si no por su actitud de 'No necesito nada de ti'
— Yo los había invitado — le dije molesta sentándome en uno de los cómodos y llamativos sillones del colorido lugar. No me respondió nada, solo recargó sus codos en sus rodillas y cubrió su rostro. — ¿Por qué me habías dicho que te 'comenzaba' a agradar si no era cierto? — tomé la cuchara para tomar un poco de helado y llevarlo a mi boca.
— Yo no mentí — dijo volteando hacia mí —Me agradaba la Rosé de ese día.
- ¿La Rosé de ese día? - pregunté entre risas.
- Sí - se recargó en el sillón y recargó su brazo en el respaldo de este quedando su brazo casi a la misma distancia de mi hombro. - Despreocupada, sin maquillaje, sin todos esos accesorios de sobra.
- Es lo mismo Lisa - le dije riendo - Con vestido, con pantalón, en short, con maquillaje o no soy la misma.
- Claro que no - dijo seria - Nunca eres la misma. - Aseguró - Eres una en el campus, eres otra en tu casa, eres otra con Jennie, eres otra con Nayeon, eres otra con mis hermanos - tenía razón. - ¿Y sabes que es lo malo?
- ¿Qué? - contesté intimidada.
- Que nadie sabe cuál es la verdadera - un silencio nos inundó, solamente entre nosotras ya que todo alrededor nuestro seguía su común ritmo, personas platicaban, niños corrían de un lado a otro.

- Entonces ya tenemos algo en común... - dirigí mi mirada hacía ella, quién sólo volteó y me miro esperando una explicación. - También en el campus eres otra, en tu casa eres otra, conmigo otra... incluso ayer eras otra. - regresé mi mirada al helado que comenzaba a derretirse.
- No es...
- No digas nada - la interrumpí, no le estaba pidiendo explicaciones.
- ¿Quieres? - le dije rompiendo el silencio.
- Odio el chocolate. - dijo negando con la cabeza.
- ¡Eres una mentirosa! - le dije riendo - Casi acababas tu sola con un pastel de chocolate y ahora lo odias - se unió a mis risas, no podía negar que no era otra.
- Sólo comí un poco - dijo frunciendo el ceño.
- ¿Un poco? Sí, claro - dije sarcásticamente, tomé un poco de helado con la cuchara una vez más y la acerqué a ella - Vamos solo un poco - me puse de rodillas sobre el sillón para acercarme sólo un poco más.
- No - Se negó nuevamente.
- Se derretirá y caerá en tu ropa - canturreé.
- Que no - dijo al mismo tiempo que me abrazaba por la cintura haciéndome quedar nuevamente sentada solo que nuestra distancia se había convertido a prácticamente nada. Levanté nuevamente la blanca cucharilla y la acerqué a ella quién finalmente abrió la boca. Sonreí victoriosa y esta vez yo tomé su mejilla con mi mano libre, no necesité guiarla y mucho menos acercarme, ella solo se dirigió hacía mis labios. Subió su mano hacía mi cuello, evitando que me separará pero era algo que ni de broma haría.

— Tu mano esta fría — dijo riendo entre besos, era lógico después de haber sostenido el vaso con helado por más de quince minutos. Le sonreí y volví a unir nuestros labios, solo que tomé su mano que estaba en mi cuello y la bajé para entrelazar nuestros dedos y que la temperatura de esta se regulara. Una vez más se alejó de mis labios y su mirada se enfocó en nuestras manos entrelazadas, levantó una de sus naturalmente bien definidas cejas.
— Ya no está fría — fue lo único que logré decir y negó con la cabeza riendo. Por un desconocido motivo giré mi rostro y me encontré con nadie más y nadie menos que Jennie y Jisoo quienes nos miraban más que sorprendidas. Jisoo reaccionó y sacudió un poco su cabeza y volteó a ver a Jennie quien seguía con los ojos como platos. Había ganado la apuesta.

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Reproduzcan "Solo" o los re cago a piñas, wacho no sean giles. Ahre se re sacaba jeje

Me, Myself  & IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora