♤Parte 2♤

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Una vez más el móvil de Lisa comenzó a sonar, esta vez bufo molesta.
—Responde— le dije riendo mientras me daba la vuelta para comenzar a acomodar mis cosas.
—Esto no se queda así ¿estamos? — me señaló.
—Claro que no se quedará así— le sonreí y subí una de las maletas a la cama.
— ¿Diga? — Respondió no de muy buena forma — ¿Para qué? — Silencio. —Mierda, lo olvidé— dijo frotando sus ojos —Sí, sí ya— dijo con fastidio —En cinco minutos estoy ahí— colgó y el aparato regresó a su bolsillo. —Me tengo que ir a la tienda, ¿Vienes conmigo?
—Creo que me quedaré a limpiar el desorden de abajo— me acerqué a ella — ¿Está bien? — asintió con la cabeza.
—Nos vemos más tarde— unió nuestros labios —Te amo— susurró sobre estos y salió corriendo sin siquiera dejarme contestarle.

Terminé de acomodar todas mis cosas e incluso tomé una ducha y me cambié.
Bajé con pequeños saltos las escaleras, estaba más que feliz. Tomé una bolsa y comencé a echar los trozos grandes de cristal con cuidado de que no rompieran la bolsa. En una hora la sala estaba lista.
Lisa, Haru y Bobby no regresaban hasta dentro de casi dos horas. Y no tenía nada que hacer. Recordé lo que había dicho Lisa sobre su habitación. Muerta de la curiosidad, corrí escaleras arriba.

'Wow' fue lo que salió de mi boca al ver la habitación de Lisa. Era simplemente indescriptible el desastre. Vidrios rotos, cosas tiradas. Se me estrujo el corazón. Si la hice sufrir y mucho.
Bajé una vez más las escaleras para conseguir una bolsa y comenzar a limpiar semejante desorden.
La habitación quedó reluciente de nuevo, conecté el reloj -que también estaba tirado en el piso- y ya eran las 12:20. Rápido volví a mi habitación y saque mi móvil para llamar a Lisa.
—¡Lisa! — No la dejé hablar — ¿Puedo ir por Haru y Bobby? — soltó una carcajada.
—Claro que puedes— contestó —Las llaves de mi auto están en la entrada.
—Perfecto, oye... ¿Y a qué hora regresarás?
—No tardo, en diez, quince minutos estoy ahí.

El timbre sonó y de pronto una oleada de niños llenaba la explanada del colegio. Era más que difícil lograr encontrar a la pequeña Haru. Me ponía en las puntas de los pies para tratar de verla. Me imaginaba a Lisa en estas circunstancias con su poca tolerancia seguramente al inicio salía echando humo de aquí.
Hasta que finalmente vi esos inconfundibles rulos.
— ¡Haru!— llamé y las otras madres de familia voltearon a verme ¿Qué? ¿Todas se llamaban Haru? Estúpidas... — ¡Haru!— llamé una vez más y logró verme. Una enorme sonrisa se coló en su rostro.
— ¡Volviste! — Gritó corriendo hacia mí con los brazos abiertos
— ¡Sí! ¿Me extrañaste? — pregunté abrazándola y rió.
—¡Mucho, mucho!
—Yo también los extrañé mucho— rió de nuevo. —Vamos por tu hermano— aún faltaba Bobby.

— ¡Volviste! — al igual que su hermana me dio un efusivo abrazo. —Te extrañamos mucho, no era divertido sin ti— despeiné su cabello cariñosamente
—Pues ya no se aburrirán más.

Llegamos a casa, ambos corrían a mi alrededor de mi preguntándome a qué jugaríamos.
—Primero vamos a comer y luego jugamos— les dije abriendo la puerta.
—Lisa querrá que hagamos tarea— espetó Bobby y Haru lo secundo.
—Pues entonces comeremos, hacen tarea y después jugamos ¿está bien? — aceptaron no muy alegremente.
— ¿Cómo les fue? — Preguntó Lisa bajando las escaleras.
—Bien— contestaron seriamente a coro y subieron corriendo las escaleras.
—¿Lo ves?— hizo una mueca extraña —Me odian.
—No seas tonta— besé su mejilla y subí detrás de ellos.

— ¿Por qué están enojados con Lisa? — les pregunté y ambos se sentaron frente a mí en la cama, ninguno hablo sólo miraban hacia abajo. —Ella está triste, dice que ustedes están molestos con ella ¿es verdad? — Haru respondió que sí con la cabeza.
—Nos gritó muy feo— una lágrima resbalo por su mejilla.
—Nosotros solo queríamos saber dónde estabas— agregó Bobby.
—Ay, pequeños— sabía que era mi culpa —Lisa los quiere mucho, y le duele demasiado que ustedes no le hablen— ambos se miraron con arrepentimiento. —Si les gritó fue porque tal vez no se encontraba bien en ese momento... así que— canturreé —Quiero que bajen y le den una sonrisita a su hermana ¿está claro? — ambos rieron ante mi tono militar al terminar la oración.
—Está claro— dijeron ambos con el mismo tono haciendo un saludo con la mano tal y como los soldados.

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— ¿Qué les dijiste? — jugaba con el lóbulo de mi oreja.
—Qué te importa Lisa— le dije riendo.
—Está bien, no me digas, sirve que continuamos con lo que dejamos pendiente— bajó a mi cuello, donde comenzó con pequeños besos.
—Lisa...— alargué girándome hacia ella — Podrían subir en cualquier momento— ambos hacían sus tareas abajo en la sala. Rodó los ojos, me soltó y se giró en la cama dándome la espalda. Reí. — ¡Porqué me das la espalda! — le reclamé.
—Porque podrían subir en cualquier momento— dijo imitando mi voz.
—En primera ¡Yo no hablo así! — dije riendo — Y en segunda... — me hinqué en la cama para después sentarme sobre ella poniendo mis piernas a sus costados. Una vez más se giró pero se quedó de frente al techo para poder verme — Si me detengo, es por tus hermanos— dije — Claramente no es porque yo no quiera— sonrió pícaramente. —Además tenemos mucho tiempo— ahora yo comencé a besar su cuello — Si quieres podemos faltar a clases mañana— susurré en su oído sensualmente.
—Has faltado tres días seguidos, te quitaran el derecho a presentar con una falta más— sus manos se posaron en mi cintura y rápidamente giro haciéndome quedar debajo de ella.
—Valdrá la pena— mordí su labio inferior provocándola.
ㅡ No, no te retrasarás ㅡ me retó.
ㅡ Está bien, está bien ㅡ le dije riendo y la tomé de la barbilla atrayéndola a mis labios. Me besaba con esa forma tan única y especial que hace que todo a nuestro alrededor se desvanezca. Cómo pude ser tan estúpida al creer que amaba a Nayeon. Cómo fue que llegué al límite de jugar con los sentimientos de alguien más. En fin ya era pasado. Había que vivir el presente. Nuestro presente. Mis manos subieron hasta su cabello, enrollé mi dedo índice en uno de sus preciosos mechones de cabello, sin que el acompasado ritmo de nuestros labios se detuviera. Mientras que sus manos compartían suaves pero a la vez provocativas caricias por debajo de mi blusa. Con un rastro de besos fue bajando por mi mejilla hasta mi cuello dónde comenzó a succionar de este.
ㅡ Me dejarás marca ㅡ reí y me estremecí por todas las sensaciones que producía en mí.
ㅡ ¿Y? ㅡ preguntó y regresó a succionar ㅡ eres toda mía ㅡ sonó tan posesiva, pero a la vez tan tierna que sentí desfallecer.
ㅡ Toda. ㅡ Le confirmé e hice mi cabeza hacía atrás dándole a entender que podía hacer conmigo lo que fuera su voluntad.
ㅡ Lisa, ya termina... ㅡ que quedé claro que yo le advertí que esto podía pasar. Lisa se separó de mí.
ㅡ Haru...ㅡ dijo pasando con nerviosismo su mano por su cabello.
ㅡ ¡Ew! ㅡ arrugo la nariz ㅡ se dieron un beso ㅡ con su índice señaló hacía su boca como si se produjera vomito.
ㅡ Sí, si ㅡ Lisa se puso de pie ㅡ Ew ㅡ la imitó ㅡ Espero y pienses hasta los 40 de esa forma acerca de lo besos ㅡ Celosa ㅡ Vamos a ver tu tarea ㅡ ambas salieron de la habitación y yo simplemente no podía dejar de reír.

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Me, Myself  & IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora