Un día libre

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-Yes, I don't know she is just not feeling well. She's been vomiting. Of course, I will tell her, I think she'll feel better tomorrow. Thanks.

El puto sueño que tengo no es normal. ¿Pero qué hora es? Todavía temprano, tenemos aún tiempo para dormir un rato. Miré a mi lado y abracé más fuerte a Ana, ella se acurrucó en el hueco de mi cuello, yo besé su cabeza y olí su pelo mientras me quedaba de nuevo dormida.

-¡Lo sabía! ¡Lo sabía! Soy tan fan de esto -Cogí uno de los cojines del suelo y lo tiré a la cara de Juls.

-Cállate perra que me la vas a despertar.

-Por lo que veo todo bien. Bastante bien, de hecho, si no te has vestido y salido corriendo.

¿A dónde me iba a ir? Y sobre todo ¿Por qué me querría largar? -Abrí un ojo y me di cuenta de lo surrealista de la situación. Ana estaba boca abajo, completamente desnuda con medio cuerpo encaramado sobre el mío. El edredón estaba caído en el suelo y ninguna de las dos estábamos como recibir visitas. Cuando vi a Juls sonriendo a los pies de la cama quise morirme de la vergüenza. Me incorporé buscando algo con lo que tapar el cuerpo de Ana y oí el gruñido de Ana.

-Como la hayas despertado te mato -Susurré mientras le hacía señas para que saliera de la habitación. Cogí una camiseta ancha y me puse unas bragas antes de salir para encontrarme con una sonriente Julia en el sofá.

-¡Estoy tan emocionada! -decía mientras daba palmas- ¡Por fin! Cuéntamelo todo nena. -Sonreí y me rasqué la nariz antes de sentarme a su lado -¡Wow! ¿Tanto?

-Es perfecta Juls, simplemente perfecta.

-¿Entonces en la cama fenomenal? Lo digo por los chupetones. No me extraña, con esa boca...-Golpeé su pierna.

-Mira que eres bestia tía. No voy a hablar de eso. Solo voy a decirte que no se le notaba nada que era hetero.

-No te había visto así desde que...

-Conocí a Paula, puedes decirlo. Ya no me afecta.

-Eso es bueno.

-Es que no es sólo el sexo Juls. Qué sí, que me pone y mucho, pero no es sólo eso. Sabes cuanto tiempo he pasado huyendo de todo, controlando como me sentía, escondiéndome. Con ella simplemente no tengo ganas de hacerlo porque sé que es verdad, que ya sabe lo malo y no se ha ido.

-Pues tendrás que enseñarle lo bueno también. Eres una buena novia.

-Por supuesto. En cuanto por fin dejes de dar por culo. ¿Acaso no sabes llamar a la puerta? A quién se le ocurre entrar así.

-Y yo que sé. Lleváis tanto tiempo que si sí que si no, que lo mismo esta vez tampoco pasaba nada. No me he dado cuenta hasta que he entrado y he visto la escena. Además, tenía que entrar para contaros una cosa. Tú prepara café.

Me levanté del sofá y me dirigí a la cocina justo en el momento en el que una dormida Ana salía por la puerta rascándose la cabeza.

-¿Qué hora es? -dijo antes de coger mi cara con las manos y tirar de ella para besarme. El movimiento nos desequilibró ligeramente y tuve que agarrarla por la cintura para evitar que nos cayéramos.

-Ana.

-Sí, café. Yo lo preparo -Volvió a besarme esta vez de modo más pausado. Iba a hacerle notar que no estábamos solas pero Juls lo hizo por mí.

-UUUUUUUU, de película, es que sois una pareja de película -Ana se apartó de mí algo ruborizada.

-Buenos días Julia ¿Qué haces aquí tan pronto?

-¿Pronto? Son las diez y media -Ana pareció despertarse de golpe.

-¡Ostia! Qué tengo que trabajar. Miri el café, voy a vestirme. -Tuve que cogerla por la muñeca antes de que echara a correr.

-Ana, tranquila. He llamado, hoy estas enferma. No tienes que ir a trabajar.

-Me cago en todo qué me iba a dar un infarto. Gracias -Volvió a besarme.

-Eh, qué estoy aquí. ¿Podéis parar? No se mienta el pan en la casa del pobre.

-Tú no has sido pobre en tu vida, Julia. Además ayer te fuiste con Mary a ver si te crees que me he vuelto idiota.

-¿Estas liada con Mary? -Comentó Ana sorprendida.

-Hala. Ella, que se entera a la primera. Cariño, eres preciosa pero estas en la parra.

-¿Ya hemos llegado a los cariño? Si que va rápido esto. Pues sí pencas, Mary y yo estamos. Más o menos y por eso he venido.

-A restregárnoslo.

-A deciros adiós. Que tendré que despedirme antes de que nos vayamos.

-¿Y si hacemos la cena que al final se canceló? Yo preparo el sushi y nos despedimos en condiciones.

-¿Una cita doble? -Cuestioné- ¿No es demasiada presión para ti tan pronto?

-Bueno, son ellas. No es que sean dos desconocidas. Y seguro que ya lo saben.

-Pues no se diga más. Cena esta noche. Pero ahora lárgate que quiero estar a solas con mi novia.

-Vale leona, me voy, pero que sea la última vez que me echas de mi propia casa.

-Te quiero Juls. Cierra la puerta al salir.

La puerta se cerró tras ella y yo me quedé embobada viendo a Ana preparar el café detrás de la barra.

-¿Quieres que haga tortitas?

-Si te apetece.

Al verla ponerse de puntillas para alcanzar un vaso una imagen cruzó mi mente. La del día en la que Ana nos preparó el desayuno. Recuerdo que aquella vez me acerqué demasiado para ponerla nerviosa, ahora iba a acercarme porque ver como la camiseta dejaba a la vista su precioso trasero cada vez que se estiraba era más de lo que podía aguantar y para ponerla aún más nerviosa, a quién quería engañar. Retiré su pelo y mordí su cuello mientras mis manos rodeaban sus glúteos.

-Amor, por favor que si haces eso...

-¿Qué?, si tenemos tiempo hasta la cena.

-Tienes razón. Tenemos tiempo -Dijo mientras se quitaba la única prenda que cubría su cuerpo. Yo sonreí y pensé: Leona, eres una tía con suerte.

Hoy uno cortito porque no tengo tiempo para más. Ya sabéis que podéis comentar que siempre hace ilusión y nos ayuda a saber si va por buen camino.

Tu compañera de piso (wariam)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora