No es que Miriam tuviera muchas cosas en ese pequeño apartamento, pero una mudanza, aunque fuera desde un piso tan minúsculo como el suyo, siempre suponía trasladar un buen montón de cajas. Además teníamos que catalogarlo todo, lo que estaba demasiado estropeado para salvarse, lo que tenía un pase y lo que no se había visto afectado por el agua.
-Voy a tener que comprarme ropa nueva. Todo esto huele a moho.
-No te preocupes eso se va en cuanto lo lavemos Miri -Comenté cogiendo el jersey que tenía entre las manos.
-Joder, no habéis empezado a follar y ya parecéis un matrimonio -Yo me puse roja pero la leona miró a Juls con cara de asesina y le espetó:
-¿Y cuando dices que te largabas?
-Sé que ahora mismo te sobro mucho amiga pero me voy en un par de días. Hasta entonces vais a tener que conteneros.
-Tú eres imbécil. Lo decía para que hiciéramos una fiesta de despedida. -Me estremecí un poco, las imágenes de lo que pasaron la última vez que hubo una fiesta en casa vinieron a mi mente. La leona pareció intuirlo -Algo tranquilo, invitamos a Mary, Sam y Kibo y cenamos algo para celebrar que no vemos tu jeta más.
-Sí, eso estaría bien. Bueno ya tenemos todo. ¿Ana, puedes ir llevando alguna caja al coche?
Cogí una de las cajas y la cargué antes de dirigirme a la puerta. Sabía que estas dos iban a hablar a mis espaldas así que me desplacé mucho más despacio para oír lo que decían.
-¿Miri, quieres que pase estos dos días en casa de Mary?
-No seas idiota, es tu casa.
-Pero tendrás que invitarla a una cita o algo. Ana es demasiado tímida para eso.
-Juls, me he propuesto hacer las cosas bien. Esta es la primera vez de Ana y va a ser mucha presión para ella que se dé por hecho que estaremos juntas desde ya. Vamos a ir a su ritmo. -Julia se llevó las manos a la cabeza y puso cara de asombro. Debía ser por algo que a mí se me escapaba porque lo que había dicho Miri era de lo más lógico. De hecho, yo se lo agradecía.
-¡No me lo puedo creer! ¿Tú? Yo lo flipo, quien eres tú y qué has hecho con Miriam.
-La gente madura Juls.
-No sabes cuanto me alegro de esto. Por fin te estas dando una nueva oportunidad.
-Bueno, ya veremos. Nunca sabe lo que va a pasar.
-¡Por favor!, hacéis una pareja ideal. Guapas, talentosas, potentes. Sois mi pareja favorita.
-Ejem -Interrumpí la conversación porque me sentí demasiado incomoda escuchando-¿Hay más cajas?
-No te preocupes por las cajas Ana -Comentó la leona-. Ve subiendo maletas que pesan menos y Juls y yo nos encargamos de esto.
A los 5 minutos todas las cosas de Miriam estaban cargadas en el coche. Juls astutamente había dejado el asiento del copiloto para que yo me sentara junto a la leona. La verdad es que los esfuerzos de casamentera de nuestra amiga no eran nada sutiles, tampoco efectivos, al menos por ahora. Lo que sí es cierto es que su bronca nos había servido para entender que, aunque nos negáramos a creerlo, las dos estábamos en el mismo punto de partida. Bueno casi en el mismo, porque yo dudaba que la leona estuviera tan nerviosa como yo por el hecho de compartir cama esta noche. Y, aunque había oído de su propia boca decir que seguiríamos mi ritmo, yo no tenía claro cual ritmo tenía que ser ese. Al fin y al cabo, Miriam parecía haber estado con bastantes chicas y yo, como única experiencia contaba con un par de ex capullos.
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Tu compañera de piso (wariam)
Fiksi PenggemarAna es una chica española que se muda a Canadá para probar suerte como diseñadora de moda. Recién llegada y con poco dinero, Ana se encuentra alojada en la casa de Julia, una chica Canadiense hija de uno de los mejores amigos de juventud del padre...