🍁Siete🍁

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Se le hizo costumbre ver a YoonGi cada vez que llegaba de la academia, le gustaba verlo ya sea con su bebé en brazos o cocinando.
Pero mas aun le gustaba, las veces en que lo abrazaba y le decía lo bonito que se veía...

Si se ponía a pensar en las cosas que estaban sucediendo, todo había dado un giro inesperado, quizá pensó que terminaría sumido en su tristeza y dolor, no entendía como YoonGi había cambiado eso...
Sus pesadillas lo habían abandonado.
La pesadez que sentía en las mañanas se fue.
Y la culpa se iba yendo poco a poco.
YoonGi se encargaba de decirle todo lo que su mente no podía...

Todo había cambiado, tal vez no eran días completamente alegres, pero podía divisarse un ambiente cálido, esa sensación que creía había perdido...

🍁

Ese día salió mas tarde de lo normal.
En cuanto llegó a casa, unos brazos lo rodearon.

- Amor, ¿dónde estabas?, me tenias preocupado, ¿que haría yo si mi bebé no esta conmigo?

- Lo siento, me quede sin carga y fue de imprevisto...- tenia lágrimas en los ojos, se sentía mal...- No me dejes, yo no sabía...

YoonGi se sorprendió, JiMin lloraba y se aferraba a él, como si llegara a irse.

- No mi amor, no me iré...

- ¿De verdad?- preguntó con la voz rota.

- Claro que no, eres mi bebé, todos los días termino enamorado de ti...

- ¿Siempre?

- Siempre....

JiMin beso a YoonGi, lo tomó del cuello de su camisa y lo haló para así poder unir sus labios...
YoonGi lo recibió gustoso, era un beso en el cual JiMin quería hacerle saber que lo necesitaba.
YoonGi lo tomó de las caderas y se inclinó levemente para profundizar mas el beso.

- No me dejes YoonGi....- dijo JiMin tomando respiración

- Claro que no, amor...- le respondió YoonGi frotando sus narices, creando un beso esquimal.

JiMin se separó y lo llevó a la habitación, hace una semana habían trasladado a Kookie a su propio cuarto, estaba próximo a cumplir un año y aunque no quería, lo hicieron.

En cuanto llegaron, JiMin volvió a juntar sus bocas, en un beso más intenso.
La ropa poco a poco fue siendo inútil, hacia ya meses que no había ningún tipo de contacto íntimo, pues el trabajo los tenia ocupados a ambos, y hasta hace un mes y medio, YoonGi había comenzado a prestar mas atención a su familia, no es como si fuese a olvidarse de ellos pero, sentía que no había estado cumpliendo bien su papel de pareja y padre.

- Yoonie...

- JiMinie...

- Tomame... hazlo...

YoonGi paso sus manos por el cuerpo del menor. Acariciando su piel, iba a tomar a su esposo, quería que JiMin grabara cada toque. Quería hacerle saber lo hermoso que era no sólo con palabras, sino que con una mirada entendiera lo valioso que él era para su vida. Sin prisas y de manera lenta, se dedicó a besarlo y amarlo. Su unión no era de forma desesperada, mas bien YoonGi degustaba el cuerpo de su esposo...

- Eres hermoso... ¿Lo sabes?- dijo el mayor mientras sus labios descendían por el cuello de JiMin.

- ¿Podrías repetirlo?- le respondió el menor mientras se aferraba al cuerpo que lo cubría y le hacia sentir amado...

- Eres hermoso, demasiado hermoso...

JiMin sonrió, pequeñas lágrimas de escaparon de sus ojos...

- ¿Podrías decírmelo todos los días?

- Las veces que quieras amor...

JiMin gimió bajito, al verse envuelto en el amor que YoonGi le proporcionaba con cada toque.
No necesitó palabras decirle a su esposo como se estaba sintiendo, no necesitó gritar para expresarse, YoonGi lo entendió y se ha dedicado a darle sonrisas, poniendo sus composiciones en las mañanas, llamándolo en el momento justo, abrazándolo y besando su frente, YoonGi estaba ahuyentando a cada uno de los fantasmas que le habían quitado la felicidad. Estaba borrando todos esos pensamientos que lo torturaban día tras día...

Se envolvieron en una nebulosa de amor, con los labios de YoonGi repartiendo besos por su rostro, con sus traviesas manos recorriendo el cuerpo debajo suyo, teniendo un especial tacto en aquellas cicatrices que lo hicieron llorar, esas que marcaron una etapa muy dolorosa para ambos, una etapa que ninguno quería volver a vivir. JiMin tenía sus brazos envolviendo el cuello del mayor, con su respiración entrecortada por cada caricia que su esposo le proporcionaba.

Esa noche YoonGi se encargó de que en sus pensamientos solo existiera espacio para el amor desorbitante que tenía por su pequeño esposo, el padre de su hijo...

- Yoon... ah...

- JiMinie....te amo...

- Te... amo....

Ambas respiraciones se cortaron en el momento que la liberación ocurrió, YoonGi cayó sobre el cuerpo de su esposo, quien de inmediato lo envolvió...

- Gracias YoonGi...- dijo JiMin en susurros

- ¿Por qué bebé?

- No necesité decirte lo que estaba pasando para que tú comenzaras a repararme...

- Cariño, no necesitamos palabras para entendernos...

- ¿No?

- Tus ojos te delataban amor...

Y esa melodía que había extrañado apareció. La suave y dulce risa de su JiMinie...

Escuchame... [Editada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora