Cap. #4 "Complicaciones mutantes"

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Sé que les dije que me dolía hablar sobre la etapa anterior. Pero, en esta ocasión, me enfurece, avergüenza y... Entristece lo que les hablaré hoy.

Pasaron dos meses después de la segunda muerte de Connor Harrison. Al principio, estuve 100% dispuesto a ayudar a mi novia para superar su dolor. La visitaba de mañana, le hacía el desayuno, hacía citas de estudio, le invitaba a hacer nuevos inventos y jugaba con Linx para animarla. Pero, nada, absolutamente nada la hacia reaccionar. Ni un gesto, ni una mirada. A comparación de la primera vez, ella tenía una mínima reacción, pero esta segunda, no.

Y al igual que la primera vez, comenzó a privarse de todo. Dejó de estudiar, de entrenar, de patrullar, de inventar. Parecía que una parte de ella se había ido junto con su padre. Parecía estar inconsciente en ciertas ocasiones, siempre me preocupaba y me hacía sentir que yo ya no podía lograr nada.

Conforme pasó el tiempo, mi interés por "curarla" comenzó a disminuir al igual que mi amor por ella. Ya no era la chica de la que estaba tan enamorado, ahora era... Un vegetal. Un cuerpo que yo estaba obligado a cuidar.
Y al igual que mi indiferencia, nuestras peleas comenzaban a surgir. Casa vez eran más. Eran terribles. La mayoría comenzaba por mis quejas de que ella no respondía, ella insistía siempre en que ella sabía cuándo dejar de serlo. Incluso un día, casi me golpea, por que me atreví a decir que su padre estaba muerto. Ella se negaba a aceptarlo y justo después de cada discusión, se encerraba a llorar.

Debo decir que nuestra relación ya no tenía sentido. Ahora la visitaba no por amor, si no, por rutina.
Era un completo caos, que yo no sabía manejar.

Esa era mi vida junto a Rose durante ese tiempo, y en las alcantarillas, era parecido. Mis hermanos siempre me preguntaban por ella, yo me negaba a responder la mayoría de las veces gracias a nuestras discusiones. Y para los patrullajes, siempre la mencionaban e incluso decían a mis espaldas que necesitaban de su fuerza, era irritante.
Otra cosa, era el hecho de que nuestra búsqueda de Viciozo no se detenía. Se supone que Rose quería participar solo en eso para atraparlo, pero, yo siempre le mentía. Cómo nunca había pistas del enorme hombre, le dije a ella que estaba en viajes por el mundo que no podíamos monitorear. Eso, solamente para que no insistiera.

Por otro lado, sólo había alguien que no me recordaba mi vida diaria. Creo que saben a quien me refiero. April.
Ella era la única que me trataba como siempre, como si nada hubiese pasado. Y ahora que me doy cuenta, mi indiferencia por Rose comenzaba a volverse un enamoramiento por April. La miraba pocas veces gracias a mi tarea, pero valía la pena esperar.

Era de mañana y estaba en el apartamento de Rose. Desayunábamos como siempre, sin vernos, ni hablar. Linx estaba dormida en el sofá.

Rose: Justin me llamó hace unas horas. -Dijo de pronto sin dejar de ver la nada. La miré. -Dijo... que tenía boletos para ir a patinar. -Fruncí un poco el ceño. -Que si nos interesa, le avisemos. -Alcé las cejas.

Donnie: ¿Vas a ir? -Pregunté indiferente, sabía que Justin se refería a ambos, pero definitivamente yo no hiba a ir.

Rose: No lo creo. -Dijo tan fría como siempre. Pensé que tal vez debería salir con Justin y así... Tener la noche libre.

Donnie: ¿No crees que deberías ir? -Me miró muy poco. -Puede que sea agradable, Justin es un amigo.

Rose: La invitación es para ambos. -Dijo de pronto. Hice una ligera mueca.

Donnie: Eso del patinaje es durante el día, sabes que no puedo. -Excusé. Ella respondió.

Rose: No creo que tontamente te haya invitado también. Es Justin. -Dijo refiriéndose a que él tendría el control de quién me vería, pero, no quería ir, debía encontrar otra excusa.

Rose Harrison Blake: ClímaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora