Cap. #1 "Continuación"

297 17 17
                                    

Cielos... ¿Cómo empezar con ésta parte de la historia?

Después de que acabamos con el Kraang, todo fué muy agradable. Rose y yo hemos pasado más tiempo juntos, lejos de los problemas. Todo el Clan estaba tranquilo y aunque aún prevalecía el Clan del pie, por alguna razón peculiar no estaban tan activos como antes. Se decía que Destructor tenía un algo que guardaba para el final.

  En ese entonces, sólo se trataba de Rose y de mí, también de Cabeza Metálica y el Clan hamato. Sin el Kraang, nuestros inventos cesaron, pero nos dio la oportunidad de enfocarnos en el robot que tanto queríamos ambos. También era nuestra oportunidad de tener más citas, era importante para mi sorprenderla día a día.

Mis hermanos y yo perfeccionamos nuestro estilo de pelea. Se le ofreció entrenamiento a Shinigami, pero nunca lo aceptó. Rose, Karai y April, como las Kunoichys del Clan, entrenaban juntas a veces. Pero Rose y yo siempre preferimos hacerlo juntos.
Rafael seguía siendo el maestro secundario de Rose. Por esa razón, en ocasiones entrenaban juntos y solos. Algo que no me molestaba para nada.
Bueno, un poco... Está bien, me ponía celoso muchas veces. Pero, ella siempre me daba razones para no estarlo.

Rose y su madre comenzaron a tener mucha más comunicación. Ella tomó la decisión de ir a visitar Londres una vez cada 2 meses. Era importante para ayudarse entre ambas. Y yo tomé la decisión de acompañarla siempre, después de todo, era mi trabajo como novio protegerla. Además, me encantaba verla sonreír. Ambas eran más unidas que antes, cosa que Rose apreciaba mucho.

A veces, después de todo un día de trabajo para ella, me encargaba de animarla con los patrullajes y citas por la ciudad. Recorríamos las calles oscuras durante la noche, bajo la luna y las estrellas. Otras veces, nos quedábamos en el territorio Harrison blake a hacer muchas cosas cómo; recorrer los jardines, limpiar la mansión, entrenar en el tejado, nadar en la piscina privada, asar malvaviscos en su fogata, leer libros en la habitación de huéspedes, ver las estrellas en el tejado, plantar flores e incluso hacernos pasar por chefs. Una vez, cocinamos en su casa juntos, debo decir que fué un desastre, pero, aún así la pasábamos bien. Todo el tiempo con ella, era muy valioso. No me aburría para nada. Ella era... lo que le daba emoción a mi vida. Podía apostar que era lo mismo para ella, por que cada día, era mucho más sonriente. En ese entonces, hubiese hecho lo que fuera por mantener esa perfecta dentadura y pequeños colmillos en descubierto.

Nadie hubiera imaginado, que todo ese tiempo de alegría y paz, llegaría a su fin tan pronto.
Ese fin, sería el comienzo de la peor temporada de la que pude ser testigo, el clímax de su vida, una etapa que no quisiera recordar, pero, aún así... nunca podré olvidar.

  Me incomoda y me duele el pecho de pensar que ahora tengo que contar ese tiempo. Pero, me temo que tendré que hacerlo para que ustedes lo sepan y para que, tanto Rose como yo, podamos sanar.

Y... Aún recuerdo nuestra frase.
"Todo estará bien"

Rose Harrison Blake: ClímaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora