Cap. #9 "Fin del mundo"

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De acuerdo, sé que se acostumbraron a una etapa algo incómoda por los dolores que Rose pasó hasta ahora. Déjenme decirles que eso no es nada, pues era sólo el comienzo.

Pasaron dos meses después de lo último que les platiqué. Como saben, Rose y yo éramos novios de nuevo, lo que me ponía muy feliz. Pero, como saben, ella, aunque estuviera feliz también conmigo, aún tenía cosas por detrás.

Así como en ese transcurso que nuestro amor se hizo más fuerte, también hubo situaciones fuertes. El padre de Rose aún no despertaba del coma. Muchos afirmaban que ya estaba muerto, pero ni ella ni Madeline querían que se le desconectara. Imaginen eso... 7 meses en coma.

Igualmente, algo le sucedió a la madre de Rose. Gracias a su depresión, entró en una enfermedad que la obligaba estar en cama. Rose quedó devastada cuando lo supo, lo peor, fue que Madeline le pidió que se quedara en Nueva York por que estaban en crisis económica y no podía estar de ida y vuelta como siempre. Además de que la compañía estaría de traslado a otro país por un rato. Rose le preguntó por la compañía, pues, si ella estaba enferma y la hija en Nueva York, entonces ¿Quién se encargaría del legado de su padre? A lo que Madeline respondió que la familia Griffin Scott. Sí, es lo que están pensando... Justin se mudó a otro país junto a su familia y Justin mutante. ¿Por qué Justin mutante? Bueno, al parecer tienen un vínculo cerebral que no les permite estar demasiado lejos uno del otro, apenas pudieron soportar a uno en Nueva York y otro en Londres.

Bryanna escapó de la cárcel, pero, estuvo peor que nunca. Su esposo desapareció, dejó su empleo y los seguidores de Viciozo la traicionaron al quitarle su fortuna y casas. Ahora, era una pordiosera, adicta a bebidas y sustancias, totalmente dependiente. Rose intentaba buscarla, pero, nunca lo lograba. Al parecer, estaba de viaje en viaje a lugares que Rose no podía imaginarse.

Como verán, perdió mucho en poco tiempo. Perdió a sus padres, su casi hermano, su mejor amigo y a su prima. Pero, sorprendentemente, no tuvo ninguna reacción de decadencia. Bueno, no la aparentó. Pero, la conozco y sé que, a escondidas, en su apartamento, se liberaba de toda esa presión... Llorando. A veces la visitaba a escondidas cuando no se diera cuenta y la podía ver llorar. Así que... Por eso lo sé.

Un día, ella desapareció. Curiosamente, ese día estaba lluvioso, así que era lógico que estuviera fuera. La busqué y la encontré en la cima de un edificio. Shinigami y Karai también estaban fuera ese día, de hecho, la buscaron antes que yo. Ese mismo día, las tres contrajeron un resfriado. A los dos días, Shinigami y Karai ya estaban sanas, pero, Rose no. Necesitaba mucho descanso, yo me encargué de cuidarla en las alcantarillas, yo me encargué de cuidarla en las alcantarillas, en una habitación que ella ya había habitado antes. Yo constantemente la visitaba y cuidaba de ella por las noches, pues, a veces le subía la fiebre.

Una de esas noches, ocurrió algo que nunca le había pasado. Tuvo una pesadilla. Una que pude notar, pues se movía constantemente. Les contaré lo que estaba viendo ella, en su punto de vista.

"Estaba de pie en un abismo, dentro de la nada. Todo estaba completamente oscuro. Hasta que, escuché gritos de dolor y risas. Al voltear a donde creí que provenía, ví las sombras de todo el clan peleando a muerte contra las sombras del Clan del pie y del Kraang, la sombra de Viciozo reía a mi espalda. Pude ver cómo morían todos, no los villanos, sino, el clan Hamato. Pude ver todo desvanecerse y ser reemplazado por la imagen de mi padre a quien desconectaban y la imagen de mi madre, quien ya no respondía. Luego, comenzó a llover, ví dos tumbas a lo lejos. En la cara de las mismas, había una palabra, nombres en realidad. Negué con la cabeza al ver que eran las de mis padres, miré a otro lado intentando evitar ver eso y miré los cuerpos del Clan Hamato todo. Intenté retroceder, choqué con un cuerpo de pie. Al verle, era Justin. Su rostro era el de un enfermo, estaba mal. Ví las tumbas de sus padres al lado. No podía creerlo. "Ella pudo salvarlos" Repetía en voz baja.

Rose Harrison Blake: ClímaxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora