Yo te conocí... Hace mucho, como uno más de los nuestros. Por esa razón, nunca me di tiempo a conocerte, decías estar sólo a mando y disposición de nuestro señor Hades quien en ese entonces ocupaba de recipiente a un niño de nombre Alone... Tu solías llamarlo así y nunca te reprimió por ello.Aun así, debo admitir, siempre me gusto tu rebeldía a estar bajo mando de alguno de mis "hermanos" o mío. No, tu no eras sumiso como Chesire, u obediente como Lune... Mucho menos tan leal como Valentine... Y eso al inicio me molestaba, porque sabia que estabas aquí, buscando un mejor sitio de descanso para el alma de tu hermano. Y eso, sólo podía asegurartelo Hades...
Perdimos...
Como cada Guerra Santa, Athena salía victoriosa una vez mas... Fuimos sellados... Nuestra alma verdadera... Excepto la tuya, pues pensamos se había perdido.
Y lo recordé entonces... Mientras mi ego y mis ganas de defender a nuestro amo me hacía pelear con aquel niño de Leo... Recordé la primera vez que charlamos...
Estaba por morir y mi mente me regalo un momento feliz...
Vaya ironía...
"–Kagaho, es raro verte fuera de Cocytos o que no andes vigilando a Tauro
–Tsk, es solo un santo más de Athena, tengo prioridades
-Me senté junto a él mirando el río Aqueronte. Por primera vez, veía la tristeza en un espectro, me molesté por ello y tome algo de aire para empezar a llamarte la atención, pero me ganaste.
–¿En verdad este río desemboca en los Eliseos? Nuestro señor Hades me prometió que enviaría allí a mi hermano... Y aunque quiero que descanse en paz... Le prometí algo a Hades...
–La palabra de nuestro dios es firme, incluso puede que ya este allí, finalmente soy uno de los jueces, y poseía un buen corazón... Como tú
-Y lo vi, aquel hermoso carmín tiñiendo tus mejillas, y lo mejor de aquel día, una sonrisa tan sincera que estremecio mi ser entero.
Luego de eso, todo es oscuridad, maldigo al pequeño león pero no se ha ido limpio... Yo también lo maté... Igual que a su padre...
Tuvieron que pasar más de doscientos años para poder volverte a ver. Y me enfurecí cuando lo hice, porque tu habías reencarnado como un enemigo, un Santo de Athena. Ikki de Fénix, ese era ahora tu nombre y mi condena, porque ahora que te volvía a encontrar entendí muchas cosas, entre ellas que tu espíritu libre era algo que permanecía contigo sin importar nada, que la promesa fue permanecer al lado de mi señor.
Verte fue una condena, porque aunque perdimos los dioses fueron "compasivos" y nos permitieron una nueva vida, un tratado de paz que evitó que pudiera matarte de una buena vez. Que pudiera deshacerme de ti para evitar pensar en ti, porque eras lo único que rondaba por mi mente...
Y lo odiaba...
Kanon comenzó a mandarme cartas, todas bajo el sobrenombre de "Dragón Marino" pero mi corazón jamás podría pertenecerle a un hombre como él, no solo porque era un maldito embaucador, o porque como rumoraban en todo el Inframundo tenía algo con la bruja de Pandora, sino porque alguien ya me había cautivado hacia más de doscientos años.
Tú.
Me exaspere al notar cartas nuevas entre las de Kanon, porque habían al menos tres bajo la firma Leo ¿qué acaso era su turno de empezar a acosarme? ¿Porqué precisamente yo?
Cuando me citó no pude evitar ir, quería saber porque yo, porque acosarme si indirectamente a ambos les di un no definitivo. Me odiaba a mi mismo por rechazarlos por ti, era estúpido, porque tu amabas a alguien más eso era seguro.
Verte llegar al mismo café que yo me hizo sobresaltar, pensé que te verías con tu pareja o quizá con tu hermano, y mi corazón se agitó como loco al notar tu fría mirada sobre mi, y esa maldita sonrisa que tanto recordaba y me persiguió todo este tiempo.
–Pensé que no vendrías
–No pensé que fueras tú el de las cartas
Y reíste, no importaba la reencarnación, recordaba esa risa burlona a la perfección, fruncí el ceño inevitablemente y te reíste más.
–¿No es irónico?
–¿Eh?
–Tú te mofabas de ser quien más Santos de Leo has matado, y hace mas de doscientos años te enamoraste de uno, uno que no has podido olvidar ni ahogándote en whisky
–¿Y tú que....?
Mis palabras fueron silenciadas con tus propios labios, aquellos que anhele hace mas de doscientos años, mismo que correspondí porque aunque si se trataba de una maldita broma, quería al menos degustarlos una vez. Me sentí vacío al sentirte apartarte, por lo que te detuve, si no podía matarte, al menos iba a intentar enamorarte... Estaba por decirlo pero nuevamente me ganaste la palabra.
–Te quiero Rada... Cuando te vi recorde toda mi anterior vida, y a ti... Así que no pienses que te dejare ir tan fácil Wyvern... Ahora tengo un derecho similar al de Kanon para pertenecer al Inframundo o al Santuario, espero aún este intacta Bennu
La firmeza con que lo dijiste fue tal que me sorprendí, sin embargo sonreí, no pasaría demasiado antes de caer totalmente idiotizado por ese espíritu de fuego, al final... Creo que él también estuvo enamorado...
Desde el Inframundo...
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Este me lo pidieron el One-Shot pasado me inspire y salió un poquito largo pero espero sea de agrado :3
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