Narradora
—Lo único que necesita es dormir, tal vez la tormenta la aturdio un poco.—comentó el doctor mientras guardaba sus materiales con los que había revisado a Gogo.
—Muchas gracias doctor, me había preocupado mucho al pensar que sería algo más grave.—suspiro con alivio su Madre.
—Te dije que estaba bien Mamá.—puso los ojos en blanco la chica.
—Ver dragones no es estar bien.—la contradijo su Madre.
—Si, aveces las tormentas emiten sonidos que alteran nuestro cerebro haciendonos ver cosas que no están ahí.—diagnóstico el Doctor preparando una de sus recetas—Le recomendaría unas pastillas para poder dormir o si prefiere el jarabe es igual de efectivo.
Termino de escribir arrancando la receta y entregándosela a la mujer mayor de entre las dos.
—Si no funciona el tratamiento nuevamente pueden regresar.—dedico una sonrisa el Doctor.
—De nuevo gracias Doctor.—Un gusto poder ayudar.
Ambas mujeres salieron del consultorio siendo acompañadas por él, se despidieron con la mano mientras seguían su camino.
—Ahora debo ir a trabajar, compras el medicamento y luego de regreso a casa, ya voy tarde.—ordeno su Madre entregándole la nota con la receta escrita.
—Mamá ya puedo ir yo sola al doctor.
—Aún no eres mayor de edad, así que seguiras yendo conmigo al doctor.
—Esta bien.—se cruzo de brazos Gogo sintiéndose como una niña de 5 años, su Madre la miro compasiva tomó su mejilla y beso su frente.
—Te amo.
—Yo también Mamá.
—Regresó más tarde, ve con cuidado.—se despidió antes de tomar la dirección contraria a la de su hija.
Gogo se encaminó hasta la farmacia más cercana, compró las pastillas ya que pensaba que comprar el jarabe era más infantil, volvió a encaminarse pero estaba vez hacia su casa, iba lo más lento posible no quería llegar tan de pronto a su casa puesto lo que había pasado la anoche anterior nadie estaría en casa salvo ella y eso era lo único que no quería asi que saco su celular de el bolsillo trasero, tecleando un número que sabía de memoria, marco esperando a que contestaran, pasaron 3 tonos antes ser contestada la llamada.
—¿Qué sucede amiga?—contestó animado en la otra línea Tadashi.
—¿Tienes el día libre?—preguntó esperando que la respuesta fuera un sí.
—¿Por qué, qué ocupas?—pregunto en un tono divertido, al fondo Gogo alcanzaba a escuchar risas de sus amigos.
—Oye Tadashi ¿piensas ayudarnos?—era Flynn que lo llamaba, Tadashi solo rió en respuesta, aun esperando a que Gogo le contestará.
—No, no es nada, solo curiosidad. —le contestó Gogo intentando no sonar decepcionada.
—¿Segura?—al parecer la conocía bien y sabía que no se trataba solo de curiosidad.
—Si, te llamo luego, adiós.
Corto la llamada antes de que su amigo insistiera por una respuesta más convincente, regreso el celular a su bolsillo trasero, de un segundo al otro ya se encontraba frente a su casa, se acerco al pórtico subiendo las pocas escaleras que conducían a la puerta principal, suspiro con pesadez antes de introducir las llaves, hacerlas girar y abrir la puerta, se adentro llegando a la cocina dejando la bolsa de la farmacia sobre la mesa del comedor, ahora se dirigía por un vaso de agua.