— ¡Ayuda! —grité sin cesar, una y otra vez mientras lagrimas caían por mi rostro. Logro milagrosamente levantarme pero mi cuerpo se estrella contra el piso. Maldigo y vuelvo a levantarme, sentía como la adrenalina corría por todo mi cuerpo. Me acerco rápidamente a la puerta y la abro sin problemas. Asomo mi cabeza sigilosamente y observo el largo pasillo delante mí. Suspiro y miro hacia el otro lado, no había nadie. Comienzo a trotar y sorprendente mente no había nadie, el hospital así me hizo acordar a las películas de apocalipsis, deshabitado. Podía sentir las frías baldosas con mis pies descalzos, eso me generaba mucho más frío del que hacía en este gigantesco sitio.
Estaba cerca de la puerta de salida cuando alguien me jala del cabello y caigo abruptamente al suelo sorprendida y con el corazón galopando.
— No escaparas —oí que alguien murmuró y logro ver su rostro, ¿Aiden?
Despierto, muy aturdida y mareada pero no me muevo. Logro ver a Justin discutiendo con una mujer rubia y alta, ella lloraba, mucho, de manera desconsolada. Extrañamente me parecía muy familiar. Siento mis ojos pesados, intento permanecer despierta, pero todo se vuelve negro.
— Buenos días, Chloe, mi nombre es Gabriel Stowell, seré tu psicólogo —un hombre de alrededor 29 años me despertó y se sentó en un sillón pequeño a mi lado.
— Mi nombre es Avery —ya lo había repetido reiteradas veces, toda esta situación me tenía abrumada— ¿Mi psicóloga no iba a ser una señora llamada Martha?
— La señorita Martha tuvo conflictos personales, por lo que te derivaron a mi. Ahora dime, ¿Que te hace pensar que eres Avery Bieber?
— ¿Que tipo de pregunta es esa? —río amargamente y frunzo el ceño.
— ¿Sabes quien es Avery Olsen y Chloe Olsen? —lo miré de reojo, esperando que volviera a hablar— Avery Olsen murió hace 15 años.
— ¿Que? ¿Que estás diciendo? —pregunté desorientada.
— Tu hermana, Avery murió hace años en un accidente automovilístico —comencé a sentirme mareada, ¿De que estaba hablando?— tu eres Chloe Olsen.
— ¡Mentira! Mi nombre es Avery, ¡Están intentando volverme loca! —grité desesperada, tenía ganas de desaparecer. No me merecía esto, era una buena mujer. Justin tenía problemas mentales, a el tenían que tratar, no a mi. Me hice un ovillo sobre mí misma, escondí mi rostro en mis piernas y lloraba desconsoladamente. Siempre lo mismo, todo el mundo parecía ir en mi contra. Podía de nuevo oír al psicólogo hablar, pero sólo escuchaba un pitido desconcertante e interminable. Volví en si, al sentir el tacto de Gabriel sobre mi brazo.
El psicólogo suspiró, frustrado.
— Chloe, si no cooperas, tendrás que empezar a tomar medicamentos muy fuertes.
— No tomaré nada, déjenme ir de aquí —hablé todavía con mi cabeza escondida.
— Háblame de Aiden —lo miré confundida.
— ¿Aiden? —pregunté.
— El originó todo esto.
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Please, stop (Editando)
Fiksi PenggemarUn, dos, tres, cuatro, cinco golpes. Dos en la cara y tres en el abdomen. Sufría todos los días humillaciones, golpes y mucho más. Todo durante 4 años. Esta es la humillante vida de Avery Bieber.