Capítulo 3

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- ¿Qué estaban pensando?

En cuanto el último de nosotros hubo entrado a su oficina, se aseguró que no hubiera nadie en el corredor antes de cerrar la puerta. Ed había sido abogado antes de la Pandemia, así que nunca encontré extraño que mantuviera un perfil tan recto y serio que solo le había visto romper en unas pocas ocasiones. Y en ese momento, esperaba se enfadará y nos hablará duro tal como lo haría en un juicio. Pero no, simplemente soltó un suspiró y descargó sus hombros. Pude ver a un hombre cansado y vulnerable, y al vernos, decepcionado de nosotros.

Me esforcé por no mirarlo a los ojos, no soportaba que nos viera de esa forma. Me hacía sentir culpable, después de todo lo que había hecho por nosotros. Y luego de oír la conversación y lo que pensaban el resto de nosotros...me sentí mal. Decidí prestar más atención al ambiente.

Su oficina era cuadrada, en todos los sentidos. Las paredes eran grises y aburridas. En el muro izquierdo tenía un enorme mapa del estado enmarcado, con algunas tachuelas que indicaban dónde se encontraban los otros campamentos conocidos, lugares donde podría haber recursos, etc. Al fondo tenía una pizarra siempre vacía. Sus únicos muebles eran un viejo escritorio de metal con algunos papeles encima; un par de incómodas sillas que hacían juego con el primero; y un viejo y bajo sillón color vino, justo en el que nos sentamos.

- Lo sentimos, no pretendíamos...-empezó Rawvanna.

- Saben que me he esforzado mucho por tenerlos aquí, saben a cuanta gente he tenido que convencer...espiar conversaciones privadas con secretos de estado no me ayuda a ayudarles.

- No escuchamos nada...llegamos ya al final –le expliqué.

- Jason, Laura y Anderson no lo saben. Sobretodo Anderson, dios...usará esto a su favor. Saben que quiere destruirme desde hace tiempo, estamos por empezar nuestras primeras elecciones para presidente y ustedes le dan herramientas para acabarme. "El presidente interino Cisneros no pone límites entre su vida privada y laboral, da beneficios a sus amigos que ponen en riesgo la seguridad de nuestra comunidad" ...

Soltó un suspiro.

- Lo sentimos –logré decir.

- Si como sea...fue un accidente, ¿no?

-Definitivamente –respondimos Rawvanna y yo al mismo tiempo.

Arrastró una silla y se sentó frente a nosotros.

- ¿Si es su enemigo político, porque lo mantiene cerca? – preguntó Jafet- Jason es el jefe de seguridad, lo entiendo. Laura es jefa del Tesoro, lo entiendo...pero a ¿Anderson?

- Es, junto conmigo, uno de los fundadores de este lugar –se encogió de hombros- No lo sé, supongo que confío en él (y no soy el único, tiene muchos seguidores). Lo respeto, y quiero pensar que él me respeta. Tenemos visiones diferentes sobre cómo salvaguardar La Soledad, pero compartimos ese deseo. El no divulgaría nada que pusiera en peligro La Soledad, sabe guardar esos secretos. Y además...tener a alguien que me cuestione y me enfrente cuando podría estar mal...me parece sano. Aunque debo admitir que desde que se postuló como presidente...ha estado un tanto hostil.

- Extraña relación – Rawvanna frunció el ceño.

- Interesante forma de verlo – respondió Jafet.

- ¿Por qué todo el alboroto? –pregunté.

Ed me miró ofendido.

- Es Cranston, ¿no?  –pregunté.

- ¿No acabo de decir algo sobre los secretos, las libertades que les he dado y como eso me hace quedar como un pésimo líder?

- Algo así...pero creo que, si es sobre Cranston tenemos derecho a saberlo –le dije.

Pandemia Parte IIWhere stories live. Discover now