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Otro día en un hospital, y Lee ya se cansaba de ver siempre las mismas caras.

¡Hasta algunas personas lo saludaron! Literalmente, él vivía ahí.

Raramente no vino por él, por algún accidente o incidente. Sino que por Jisung.

La noche anterior quiso ver cómo se sentía tener 20 años de verdad, como todos dicen.

Vio a muchas chicos teniendo sexo, bebiendo, drogándose, golpeándose hasta incluso matándose.

Nope, eso no es vida.

Cuando vio a Jisung tirado en el suelo, desangrándose, pensó que era su fin, y el de Jisung, claro. Se preocupó tanto que no supo qué hacer en ese momento, hasta que reaccionó y llamó a una ambulancia, la cual vino 2 minutos después.

-

Cuando Jisung despertó, era todo blanco. Le parecía familiar ese olor... asqueroso. Hasta que se dió cuenta que estaba en una camilla de hospital.

Raro... ¿no? Él solía estar ahí, pero por Minho.

Como si tuviese poderes mágicos, Lee entró sigilosamente por la puerta, tratando de no hacer ruido alguno para no despertar a Jisung, pero se dió cuenta que él no estaba durmiendo.

– Oh, h-hola...– comenzó Lee.

– ¿Qué estoy haciendo aquí?– Fue lo único que preguntó.

– Uh-em...– suspiró.– Es extraño, ¿verdad? Siempre estaba yo en esa camilla y ahora es tu turno– soltó una leve risa.

– Pregunté-qué-hago-aquí.– Hablando entrecortado, se levantó.

– No, no, no, no.– Se apresuró para tomar al rubio y acostarlo otra vez.– Anoche estuviste en un bar peligroso, un grupo de maleantes te golpearon e incrustaron varias veces una navaja...– tomó una pausa– po-podrías haber muerto.

– Ojalá lo hubiese hecho.– Respondió balbuceando

– ¿Qué?– Preguntó Minho, algo confundido.

– N-nada

– Bien, tengo cosas qué hacer. Espero que te sientas mejor, quería disculparme por lo de el otro día pero no es el momento. ¡Nos vemos!– Sonrió y se estaba por ir.

Pero sintió una cálida mano sobre la suya.

Raramente, quiso entrelazar sus dedos, ¿pero por qué? No lo sabe, aún así, no lo hizo.

– Q-quedate, Minho.

– Todo el tiempo que desees, Jisung.

-

Al fin, el día martes le dieron el alta a Han.

No pudo ir a su casa debido a que no se sentía cómodo estando sólo.

– Minho, no iré a mi casa.– Dijo apenas subió al auto del nombrado.

– ¿Por qué?

– No quiero quedarme solo...– Se miraron por unos segundos.– N-no pienses mal, voy a ir a casa de mi tía.

– No.

– ¿Eh?

– Vamos a mi casa, te quedarás ahí el tiempo que sea necesario, pero Jisung, hay algo que no te conté...

¿Qué será? Se preguntó Han.

Estaban aparcando el auto enfrente de la casa del mayor.

Era grande, como si viviesen 5 personas ahí.

Entraron y sintió un pequeño grito desde el patio hasta la puerta de entrada.

Un niño.

– ¡Papá!– Saltó el pequeño hacia su padre.– ¡Te extrañé!

– Yo también, hijo.

Hijo.

Minho, al pronunciar esas palabras, vio a Jisung.

Una mirada diciéndole "Entiéndeme"

– Papi, ¿quién es él?– Preguntó el nene de aproximadamente 3 años, poniéndose atrás de Minho.

– Tranquilo, Lele– Le acarició la cabeza– Él es Jisung, mi amigo.

Amigo.

¡Auch, Lee Minho! ¡Auch!

– Minho, ¿no estudiabas?

– Fue todo extremadamente rápido– Comenzó a explicar– Estuve con una chica unos meses, cuando yo tenía 17 años. Esa chica apareció en la puerta de mi casa cuando Chenle tenía 1 año y medio. Me dijo que no podía hacerse cargo ya que no le gustaban los niños, lo intento, pero no pudo. Así que me lo dejó, sin más.– Tomó un largo suspiro– Pero esta es la primera vez que lo veo después de unas semanas, lo dejé con su nana, ya que yo... uhm... no estaba bien, sentimentalmente.

¿No estaba bien sentimentalmente? ¿A qué se refería?

Just For You [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora