Capitulo 4

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Ambos se encontraban detrás de un callejón, guardados en la sombra, retomando su aliento. Los cuernos aun sonaban por la ciudad, llegando apenas sus ecos a eso lugares. Habían corrido y corrido tratando de perder a los guardias. Alunas veces habían escuchado pasos cerca de sus espalda, pero hasta ahora nadie había podido dar con ellos. El joven respiraba fuertemente por su armadura. El peso de esta más el de la mochila lo había dejado sin aliento. La muchacha a su vez intentaba volver a respirar, tanto tiempo en la jaula le había hecho olvidar lo cansado que era correr.

-Debemos escapar lo antes posible. -Dijo el muchacho entre respiraciones.

-No conozco la ciudad, nunca la he visto, ¿puedes llevarnos a la entrada más cercana?

-Si sonaron las alarmas, seguro nos estarán esperando. ¿No puedes utilizar magia? ¡Usa fuego para abrir un hoyo en la pared!

-No puedo hacer ese tipo de magia, apenas y pude invocar fuego para prender a esos hombres. ¿No hay algo más que podamos hacer?

-No lo sé, apenas he estado acá un día. ¿Qué tal si congelas un poco la pared para que yo choque con ella con mi escudo?

-Eso quizá si podría funcionar... -Dado que estaban cerca de un muro exterior, ambos se dirigieron ahí, esperando que nadie los observara. Tal como dijo el joven, la muchacha congelo el muro, volviendo una gran parte de él fría. Una vez que ella se apartó, el joven tomo su escudo, y tomando impulso, corrió y choco contra el con todo su peso. El estruendo fue grande un se quebró parte del muro. Cuando voltearon ver, el muro era demasiado grueso para que un pequeño hoyo los liberada. Y gracias al estruendo podían escuchar pasos acercarse. Tuvieron que correr otro rato hasta que dejaron de escucharlos y tomar aire de nuevo.- O quizá no...

-¿No hay algo más que podamos hacer? -Dijo la joven, volteando a ver a un lado 'por si nadie se acercaba.- Quizá podamos pelear con los guardias y salir, como con los hombre.

-Es muy difícil hacerlo, incluso con los hombres nos costo y ellos no tenían tantas armas, apenas una hachas. ¿Enserio no hay algún otro truco que puedas hacer?

-Apenas puedo hacer esos dos, aparte del fuego y el agua no hay nada más que pueda hacer

-¿Agua? Pero lo que le paso al candado y al muro no era agua

-Eso es hielo, le pasa al agua cuando se pone muy fría. ¿Qué nunca has visto hielo en tu vida? -La muchacha miraba al joven con una mirada confusa

-Si puedes controlar el agua... -Dijo el joven ignorando lo del hielo.- ¿Por qué no traes una inundación o algo así?

-¡Eso es demasiado, ni siquiera sé si hay ríos por acá! No puedo creer el agua así por así -La muchacha miraba al joven con una cara exasperada, moviendo las manos de un lado a otro mientras de gritaba de una manera callada para que no los encontrasen. De pronto, su mirada se perdió en el cielo y una sonrisa se formó en su rostro- Pero quizá, si pueda usar el agua para algo más. Deja que me suba en tus hombros.

-¡¿Espera, el que?!

-¡Apúrate! Mira, tengo que subirme si es que quieres escapar. Así que al menos que quieras quedarte aquí para que nos maten, te sugiero que seas rápido. -Suspirando, el joven se puso de rodillas para que la muchacha pudiese subirse. Una vez arriba el joven se paró y apoyada en la mochila y en escudo, tomándolo del casco, la muchacha busco el equilibrio.- Ahora ve hacia las casas que te diga, tenemos que prenderles fuego.

Siguiendo los planes de la muchacha, el joven fue de calle en calle con ella encima. Con su fuego, varias casa empezaron a arder. De pronto, el fuego ser expandió y los cuernos sonaron de nuevo. Las personas empezaron a movilizarse, intentando apagar las llamas, estaban yendo por todos lados sin que pudieran detenerlas.

-Deberíamos aprovechar ahora que están distraídos, creo que una de las salidas debe estar por acá.

-¡Espera! -Dijo la muchacha antes de que el joven diese tan siquiera un paso.- Lo mejor apenas está por comenzar, ve a la plaza mientras todos están distraídos.

-¡Ir a la plaza es demasiado arriesgado! Incluso con las llamas nos notarían

-¡Los guardias deben de estar ayudando a apagar las llamas, pero aun así debe de haber algunos en las salidas! Aparte tengo que apagar esto. -Antes de que el joven pudiese protestar, la muchacha le dio golpes leves en el asco para que se moviese. Una vez que llegaron a la plaza, ningún guardia estaba ahí para verlos, a pesar de que se notaran tanto al estar ella sobre él. Ya que no había nadie para molestar45, la muchacha empezó a mover las manos y a recitar cierto pasaje en una lengua que le muchacho no comprendía. Al principio fue solo una gato, luego algunas más hasta formar un aguacero torrencial. Era imposible ver apenas un poco adelante por la cantidad de agua que caía.- Ahora sí, vamos tenemos que salir de aquí, deja que me baje.

Con cuidado el muchacho logro arrodillarse, y una vez que estaban los dos en el suelo empezó a buscar el camino de salida. Su memoria a veces fallaba, y en vez de voltear donde era terminaban en un callejón sin salida. Por suerte, ninguna guardia los encontraba ni ellos a los guardias. Después de varias vueltas que no eran, lograron salir corriendo del castillo, adentrándose cuanto podían dentro del bosque, buscando esconderse de las personas y que los arboles les protegiesen al menos un poco de la lluvia. Una vez sentados, esperaron a que alguien viniese. A pesar que estaban escondido entre unos arbustos, se mantuvieron alerta por su escuchaban pasos cerca. Al final, cuando dio la noche y nadie los buscaba, suspiraron relajándose.

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⏰ Last updated: Nov 03, 2018 ⏰

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La BrujaWhere stories live. Discover now