4

2K 200 77
                                    

Los recuerdos no siempre se tiñen de un color alegre, a veces son de colores tan opacos que llegan a ser perturbadores. Pero, a veces, nosotros mismos decidimos de qué color teñir cada una de nuestras memorias.

Las manos de Marinette temblaban y sudaban, mientras ella se encontraba en shock, pasmada en sus memorias.

I wanted you to know...— escuchó la voz ronca de Luka, cantando con una perfecta entonación.

—[...] 'cause I'm broken...— al llegar la parte del coro, al fin logró cantar, al unisono del chico que en ese momento, parecía el más bello del. mundo entero.

Durante cada palabra que salía de su boca, no dejó de mirar la perfecta silueta de Luka. Había algo en su manera de cantar que la volvía completamente loca.
Al finalizar la canción, se sentaron en sus lugares anteriores. Comieron, bebieron, bailaron y cantaron hasta la media noche, cuando partieron a la casa de Luka.

— ¿A qué se debe el pánico?— preguntó el peliazul.

— Me da miedo arruinarlo, como aquella vez— agachó la cabeza.

— Mi profesor de música me dió un consejo— se paró frente a ella y detuvo su caminar— si tienes miedo, hazlo con miedo, pero hazlo; sólo de esa manera sabrás el resultado.

— No pierdo nada con intentarlo ¿No?— esbozó una sonrisilla que tranquilizó al mayor.

— Exactamente— le guiñó el ojo— Luka Couffaine nunca da malos consejos.

Continuaron su caminata, hasta dar a un edificio. Subieron hasta el último piso del pequeño edificio, entraron en la única puerta negra del pasillo.

— Disculpa el desorden, aún no me acostumbro a estar solo— revolvió su cabello con vergüenza.

— ¿Vives sólo?— preguntó la azabache, mientras sentía la textura del sofá color frambuesa que se ubicaba al centro de la pequeña sala.

— Sí, desde los 19— dejó su suéter en un costado del sillón.

— ¿Cuántos años tienes?— volteó a verlo.

— 19— sonrió, mostrando sus blancos y parejos dientes— ¿Quieres un poco de agua o algo?

— Sólo... ¿Dónde está tu baño?

— Es esa puerta— señaló una pequeña puerta al fondo del departamento.

— Iré a cambiarme— tomó su mochila y entró al baño.

Luka colocó una colchoneta y una manta en la habitación que tenía desocupada. Obviamente, él dormiría allí; por primera vez desde que llegó allí, permitiría que una chica durmiese en su cama, ya que Luka solía ser muy especial para esas cosas.
Cuando la azabache salió, en pijama y sin maquillaje, definitivamente, el peliazul sufrió una especie de flechazo. Había un para nada pequeño y muy molesto problema abajo.

— Yo dormiré en aquella habitación, así que puedes usar la mía— abrió la puerta y prendió las luces.

— ¿Amarillo? ¿Es en serio?— Marinette se burló del tono que desentonaba con la personalidad del peliazul.

— No me juzgues, yo no escogí la pintura— cubrió su rostro avergonzado.

— Hasta tienes una pared blanca, con rayas negras y brillos en ellas— se vio tentada a sentir la textura de aquella pared tan peculiar.

— En mi defensa, puedo decir que yo escogí los brillos— se rió de sus propias palabras.

— Pues era mejor poner un fondo amarillo para los brillos dorados en vez del fondo blanco— continuó con sus burlas.

Rompiendo el hielo [LukaNette] MLBDonde viven las historias. Descúbrelo ahora