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Respiré hondo aguantando las ganas de llorar. Nunca me había encontrado en un situación así. Nunca me había quedado tirada con el coche, en medio de la nada y completamente sola. Me dolía la cabeza por haber bebido tanto en tan poco tiempo y entonces recordé que había un objeto al cual siempre dicen que era para casos de emergencia, el móvil.

La pantalla se iluminó, dejando a la vista una fotografía donde salíamos Lara y yo poniendo caras graciosas. Pero hubo algo que me llamó mucho más la atención; no había cobertura. Caminé con el teléfono el la mano y levantándolo de vez en cuando, pero las rallas seguían sin aparecer.

Caminé y caminé con desesperación, sin saber a donde me dirigía. Miré atrás, el coche ya no estaba. Seguí caminando. Miraba el móvil como si fuera mi único salvavidas en medio del océano y entonces oí voces en medio de la oscuridad. Provenían de la fábrica abandonada, un lugar que me daba miedo de solo mirarlo. 

Con la niebla y la oscuridad no se veía ni la carretera. El ruido de las voces se fue intensificando, no parecía que hubiesen dos personas hablando, parecía más bien una especie de fiesta dentro del recinto, así que decidí entrar. 

Cuando abrí la puerta, la gente gritaba y nadie se giró para mirar quien acababa de entrar. Había más gente de lo que pensaba, todo el mundo animaba a algo o a alguien que no lograba ver. Gritaban y abucheaban como si no hubiera un mañana. Me acerqué más, esquivando a las personas que no me dejaban pasar. Pensarían que estaba loca, todos ellos iban vestidos como si acaban de salir de la película de Grease. Las cazadoras negras, los peinados engominados y otros despeinados y las chicas iban con pantalones tan cortos que no dejaban mucho a la imaginación. Yo no pintaba nada allí, pero tenía la intriga de averiguar quien era la persona que tenía tan animado al público. Tampoco era que tuviera nada mejor que hacer, era quedarme allí o seguir caminando a ningún sitio.

Me acercaba cada vez más, pero por mi estatura no lograba ver nada y seguí avanzando. Un mensaje sonó en mi teléfono, haciendo que me detuviese y vi que ya tenía cobertura. Decidí llamar a emergencias, mi coche estaba en medio de la nada y seguramente ellos me podrían ayudar. Me contestó una mujer con la voz áspera, le describí el lugar y ella solo dijo "sí", "aja" y "vamos para allí". 

Alguien por la espalda me empujó hacia delante y caí al suelo. Pero ya no estaba acorralada de gente, aún peor, acababa de enterarme porque todo el mundo estaba tan distraído; estaban viendo una pelea en directo y yo estaba en medio del escenario. Antes de poder levantarme y salir lo antes posible de allí, un hombre se cayó encima mío. Al momento fue levantado, pero yo misma sabía que no se había levantado solo, lo había levantado alguien. 

Miré a la persona que había apartado al chico, era una silueta de un chico fuerte, aunque no parecía para nada un adulto. Como no había mucha luz no le podía ver bien la cara. Me extendió la mano y yo sentí como me empezaba a marear. Estaba más mareada que nunca y allí, en medio de todo el mundo me desmayé. 


Tyler Coleman

El sonido de las sirenas, avisaban que la policía acababa de llegar y Summer había sido la persona que los había avisado, o eso decía la pantalla de su teléfono, encendido y con el numero de emergencias marcado.

Ese simple sonido provocó el pánico de la gente. Todo el mundo se empujaban entre ellos queriendo salir de allí, aunque estábamos es una ratonera a punto de ser cazados.

Miré a la chica que tenía delante, ella nos había delatado, había sido la persona que había llamado a la policía y haría que perdiera todo el dinero que me había costado tanto conseguir pero no podía dejarla allí tirada, así que la cogí poniendo un brazo en la parte de atrás de sus rodillas y la otra aguantando su espalda.

—¡Tyler!—me avisó Samuel, haciéndome una señal con la mano para que me acercara a él—tenemos una salida secreta por si pasaba algo de esto.

Le seguí a él y a dos chicos más por un túnel que llegaba al centro del bosque, suficientemente alejados como para poder escapar sin que la policía nos viese. Les di las gracias.

—¿Que vas a hacer con ella?—miraron expectantes a la chica desmayada que llevaba en mis brazos. 

La observé durante unos segundos y respondí a su pregunta.

—Llevarla a casa.







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⏰ Última actualización: Nov 09, 2018 ⏰

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