Suaecito para abajo, para abajo.

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Comenzamos bailando algo suae', por qué no...su tiempo de vals, después empezamos a precalentar con algo de American sound, seguimos con Wisin y Yandel, prosiguiendo con Don Omar, Daddy yankee, Américo, unos ritmos medios raros del año del coco, funky y disco. Para la media noche ya no habíamos bailado todos los ritmos habidos y por haber...excepto el que supera a todos y que hace que todos muevan el esqueleto aunque sea un hombrito tiritón. AXÉ BAHÍA SEÑORES. ¿Me van a negar que no se pegan un pasito pa' delante y pa' atrás o se imaginan al menos la coreografía en sus cabezas cuando escuchan al Brunito (wachitorico, cosita bien hecha, manjar colún, delicia con patas) o a la Francini cantando <<Beso en la boca>> a todo volumen en un carrete? Di la verdá rosa.

Bailamos hasta que los pies suplicaban y lloraban por un break, pero, cuando a continuación del Axé bahía colocaron los Wachiturros no me pude resistir, fue una oleada de vibraciones que no podía manejar, mi cuerpo se movía sólo al ritmo de los wachos de Argentina, me entró lo poblacional al cuerpo una vez más.

Hice sus famosos pasos, los que destacaban por lo picantísimo y ordinario, pero me suscitaba a agacharme meneando el hombrito de derecha a izquierda, sosteniendo una pose similar a la que uno ejerce cuando va al baño a hacer del dos.

Una vez habiendo hecho el ridículo frente a mi profesor (que apañó caleta en los bailes también, obvio más digno) y frente a mis amigas y personas curiosas que estaban en su onda, procedieron a realizar el corte del pastel de novios. Mi parte feliz y favorita de cualquier evento...más comida.

Cuando mi paladar hizo contacto con el pastel que el profesor había creado en su laboratorio de Dexter, fue como estar en el mundo de Willy Wonka, chocolatosamente fantástico. Era un bizcocho esponjoso, con un toque de amargor del propio cacao, remojado en almíbar fusionado con licor y su relleno destacaba por su cremosidad y ausencia de lo empalagoso. Si fuera legal casarse con comida, el chocolate sería mi primera elección. Sin dudas.

-Pero ¿QUÉ ES ESTA MARAVILLA? Creo que voy a llorar –le comenté Al Profe Luismi mientras terminaba mi porción para comenzar con la siguiente-

-Es un pastel al estilo peruano. Lo aprendí en mi viaje, después les explico bien el procedimiento –nos aseguró, MENTIRA. Jamás nos la dijo-

Después de un día lleno de comida y chocolatosidad extrema, porque después de tres porciones de torta, me había ido a la cocina a comerme las sobras del pastel, lo cual, no había quedado demasiado porque son unos gordos lechones, enzambutidores de postres...aprendan de uno. Volví a mi casa a echarme y fermentar, mi especialidad.

¿Esta hueá es el amor en la universidad? PT 2Where stories live. Discover now