Sushitumare

16 1 0
                                    

Una vez pasadas las vacaciones –de manera rápida, más rápida que abrazo de suegro- Nos dedicamos a tomar ramos, nos habíamos puesto de acuerdo para que después de tomar ramos, fuéramos a comer sushi, así que decidí invitar a mi amiguito Andy para que nos tocara juntos en todas las clases, era el que más echaba de menos de todos mis panas. Así una vez tomado los ramos, emprendimos rumbo hacia nuestro sushi favorito en la pobla. El sushitumare. A LO CHORO, A LO VÍO.

Como de costumbre, nos pedimos la promoción de 200 piezas de sushi para 6. Auspicio de la bendita protectora de todos los cabros hambrientos y buenos para bajonear como nosotras. LA JUNA.

-Me estás hubiando que van a comer todo eso –Habló el Andy impatrágicamente con la boca abierta y los ojos como platos-

-Ay, ni Picasso le dio tanto color como voh, si es nuestro pedido usual de aquí, ya nos conocen.

-Pero weón, son como 33 piezas para cada uno, ¿En serio?

-Si hermane, en serio, voh come y calla. Igual si querí te paso una llave inglesa para que te atornillís esa pera que te tirita –me comí dos sushis de una-

-Tshoa, un poco de señoritismo al menos –me miró con cara de asco, mientras me veía tragar y tragar-

- ¿Te das cuenta de lo weón que sonó eso? Seré mujer, pero mi animal espiritual es la Rosa, que se come una olla, así que por favor no me juzgues, si no, me voy a comer lo de vóh también-

Comió calladito y como señorito, mientras que yo era un barril sin fondo, lo bueno de un metabolismo acelerado es que podís chantarte hasta 6 empanás de una y lo vas a bajar al wáter después, mi trono.

-Ya no puedo más –sobaba su estómago el Andy-

-Ah, que pussy, pasa para acá –le respondí llevándome su plato hasta el mío que estaba vacío-

-Amiga, hazte ver, no es normal comer como chancho.

-Soy Peppa Pig, debo hacerle honor a mi apodo, cállate.

-Cállame –se rió-

-No te doy un sillazo en la cara por respeto a la silla, pero sígueme provocando, cotorra de mierda.

-Oye, que agresivaaaa! –se cagó de la risa, una vez más- Oye, pasando a otro tema, para ver si se te quita lo mojojojo. Para mi cumpleaños haré un carrete piolita y espero que vayas.

-¡Weeena! ¿Es este fin de semana?

-Sip, día sábado. En serio, tienes que ir si no, ¡me enojaré!

-Por su pollo, cuenta con ello –le hice un gesto con la mano de asertividad y continué con mi devorarción de sushitos-

Comimos demasiado, las cabras siempre apañando obvio, porque juntas éramos las calilah, mojojojo y calochas bajoneras. Una vez terminado, nos fuimos rodando y rebotando hacia el metro y cuando llegué a mi habitación me lancé a mi cama, mi fiel amiga que jamás me abandona, bueno, aparte de rexona. 

¿Esta hueá es el amor en la universidad? PT 2Where stories live. Discover now