El carrete de la Ely #Noalmanoseofobia.

14 0 0
                                    

Los días avanzaron más lento que maratón de guatones. Podría asegurar que era el semestre más pajero de los cuatro y con las materias más fomes que orgasmo de muda. Todo eso cambió cuando de repente mi ángel carretero decidió armar el cachondeo ya que se venía su cumpleaños número 22 e invitó a media sección para celebrar. GRACIAS POWER RANGERS POR SALVARNOS DE LA MISERIA Y LIMPIARNOS LA CACA. PURA VENDISUONE. DIOS TE GUARDE EN SU REINO AMIWA.

-¡Yapo! MOTIVAO –empecé a ensayar mis pasitos de baile cumbieros-

-Qué picantísimo, súbete el quintil niña –me susurró la Fabi que estaba cagá de la risa por mis súper bailen sensualones para matar a los gatitos en los carretes. MEOW-

-Ya chiquillas, desempolven sus trajes más maracos que tengan, nos vamos a acicalar para mi cumpleaños lo más perrísimas posibles –nos comentó una muy emocionada la Ely-

-No tengo nada así que iré como pueda nomás, con la pura perso –respondió la Pili, asustada-

-Weón, pero tu perso no te tapa ni las nalgas –se rió la Jacque-

-Ay weóna, que sucia –contribuyó la Fabi-

-No soy yo, es el diablo –se secó lágrimas falsas-

-Weno, la weá es que voy a hacer el vacile el día viernes después de clases y pobre que alguna no vaya, porque se va a ganar un puesto de su nombre escrito en mi confort del baño y me lo pasaré por la raja cada vez que pueda –nos amenazó agresiva pasiva-

-Ay quedé tiesa –respondí yo -

Llegó el día viernes y todas ya arregladas perrísimas, divazas y potras nos dirigimos a la casa de la Ely a patota para menear los panes. Llegó más gente de la que pensé, la casa estaba repleta de wachiturros versión 2018, picaos a Anuel AA y en lo único que se parecían a él, era en las tetas.

Pasamos del reggaetoon antiguo a cumbia, después salsa, siguiendo con merengue y terminamos bailando todo los nombres de comida existente. La cumpleañera se quiso emborrachar y tuvimos que ir a comprar litros de copete como regalo de cumpleaños.

Cuando llegamos a la botillería, el parse colombiano nos atendió con toda la sabrosura.

-Damas, ¿Qué van a querer, aparte de mi sabrosura colombiana?

-Queremos un pack de 12 cervezas, un pisco, una coca cola, 2 vodka con dos jugos de frutos del bosque, además de 2 cajas de vino y una kem –fui al grano, porque desesperaba por volver al carrete a menear lo que Dios me dio-

-Yo quiero su número –me susurró la Jacque- que se le corría la baba hasta de las orejas, analizándolo de arriba hacia abajo- Quién fuera coneja, pa' comerse esa zanahoria.

-Ay, quedé tiesa con tu piropo. Anda a pedírselo po.

-Nah weón, después mi pololo me azota –se rió nerviosa-

-Aaaah, pero si esa weá te gusta, que te hacís la larry–le respondió la Ely, quién ya estaba media arriba de la pelota-

-Ya oh, vámonos antes que le entre lo chucky sexual y ataque –la tomé del brazo, arrastrándola-

Cuando llegamos a la casa, estaban todo bailando, haciendo el meneíto, el meneíto. Había un grupo de wachiturros que estaban métale bailando entre ellos y toqueteándose. Yo no tengo nada contra los manoseos, no soy manoseofóbica pero entre tanta gente...me daban ganas de colocarme ahí para que me amasaran como los gatos.

¿Esta hueá es el amor en la universidad? PT 2Where stories live. Discover now