Los seis chicos salieron de la comisaria. La detective Malva y el detective Ociel los miraban desde la ventana. El día nublado apenas dejaba ver el sol detrás de las nubes grises. Hacía demasiado frío como estar bien con solo un suéter.
Cerca de la estación de policía estaba un parque, el más grande la ciudad; el parque Metropolitano. Se vería sumamente hermoso con este clima nublado y helado, incluso como aquella vez donde todos ellos vinieron a un día de campo, junto con los demás chicos de la oficina, y una vieja amiga que llevaban tiempo sin ver, Miriam. Miriam era como la madre de todos ellos, en algún extraño sentido.
Pero no hoy, aunque todos se sentaron en una de las largas mesas de piedra, hechas para que las familias pudieran comer en una tarde agradable, se sentía una enorme tensión entre todos y cada uno de los chicos.
"Entonces... la detective Helena está muerta." Dijo Santiago, rompiendo el silencio mientras todos se acomodaban en un asiento. El viento soplaba cada vez más fuerte y el cielo amenazaba con soltar una fuerte lluvia en cualquier momento.
"Eso parece..." concordó Armando, sintiendo un escalofrío. "Pero ¿quién haría eso?"
"Alguien que no quería que ella revelara su información respecto al caso, es obvio." Dijo Karen.
Mateo soltó una risita. "Pues eso no funcionó, ¿o sí? Ya se sabe más. Y no sólo eso, sino que esta nueva detective, Malva, parece en verdad estar dispuesta a descubrir todo este misterio."
"¿Qué haremos ahora?" Preguntó de la nada Nancy. Sus ojos estaban vidriosos. Había llorado de nuevo, quizás durante todo el interrogatorio.
"¿A qué te refieres, Nancy?" La voz de Mateo sonó punzante, casi amenazadora. No sólo Nancy pareció notar esto. Armando le echó una mirada fulminante, la cual Mateo ignoró por completo."Ya saben de la..." Comenzó la chica.
"De la fiesta de la alberca," Concluyó Yael, cruzándose de brazos. Estaba más pálido de lo habitual. "Ya saben todo de eso. Y nosotros que creíamos que al ser en otro estado, la policía de aquí no lo sabría."
"Bueno, eso pasa hasta que hay un asesinato de por medio." Razonó Santiago. "Y tiene sentido, chicos. Esa noche alguien amarró a Roberto y lo encerraron en una capilla para que muriera en llamas... o asfixiado, si eso lo mejora."
"También a mí me amarraron, y miren, aquí sigo." Dijo Mateo, su voz no aumentaba de volumen, pero seguía filosa. Todos los demás sabían que cuando Mateo se enojaba no había mucho que hacer, lo mejor era dejar que se enfriara...
Armando alzó su voz y se detuvo de golpe. "Pero tiene sentido, ¿no creen? No digan que nadie de ustedes pensó que esa noche estaba relacionada con la muerte de Roberto desde el primero momento." Nadie dijo nada, así que esa era respuesta suficiente. Todos pensaban que, efectivamente, las dos cosas tenían conexión. Pero, quién, era la pregunta ahora.
"Pero nunca descubrieron quién más se metió a la casa de la alberca esa noche." Dijo Karen. "Sólo estábamos nosotros."
"Y," añadió de nuevo Armando con voz seria. "Magnolia, Diego y Zara."
"Oh, genial, ¿ahora meterás también a Diego en todo esto?" Dijo Santiago, copiando el tono de voz de Armando.
"¿A qué te refieres con 'también'?" Preguntó Armando.
"Es obvio Armando," Dijo Yael, fijando su mirada en Santiago, quien apenas la podía sostener. Sabía lo que venía. "Porque también se refiere a Fernando. No somos tontos, Santiago. Sabemos que ocultas algo con ese... tipo. Y además, Armando ni nadie lo está metiendo, tú eres quien ha metido a esos dos hombre en todo esto, ¿no es así?"
Santiago quería decir algo, pero algo se lo impedía. Sentía un horrible nudo en la garganta y ganas de llorar. Pero no se rompería. No aquí al menos.
Fue Nancy quien habló, lo cual sorprendió a todos. "Bueno, si estamos ahora hablando de meter gente, tú fuiste quien metió a Roberto en nuestro círculo, Armando."
"¡Diste en el blanco, Nan!" Concordó Karen alegremente. Armando se puso algo morado del rostro. Esa era una verdad que nadie se la había dicho... hasta ahora. Pero era algo que el chico sólo estaba esperando a que llegase. "Si no hubiera estado en nuestras vidas... no habría problemas, resentimientos... y mejor, quizás no hubiese un jodido asesinato. O al menos no en uno que nos involucrara a nosotros."
Santiago miró a Armando, tenía el rostro como paralizado. Supuso que sintió lo que Santiago también acababa de experimentar; el querer decir algo, defenderse. Pero no podía. No había palabras para defenderse de lo innegable. De la verdad.
"Oh, claro. Ahora tú crees saber lo que es mejor." Dijo al fin Armando, cambiando el color de su rostro de morado a rojo. Si había alguien aparte de Mateo que era mejor no hacer enojar, ese era Armando. "Así como supongo pensaste que lo mejor por hacer en un maldito funeral era sacar tus comentarios honestos Marca-Karen-Ulloa y decir que es mejor que Roberto nos causó problemas a todos..."
Karen se encogió de hombros. "Al menos fui honesta, no como todos ustedes."
"¡Yo también dije lo que en verdad sentía!" Espetó Mateo, levantándose de golpe de su asiento.
"Oh, vamos Mateo, nadie te creyó ese teatro de María Magdalena." Escupió Armando.
No sólo Mateo se puso rojo como un tomate, sino también Nancy. "¡Yo sí lo quería! A mí no me hizo nada. No como a todos ustedes." Argumentó Mateo.
"¿Cómo que lo querías?" Preguntó Nancy. Su tono de voz no estaba tan elevado como el de los demás, pero todos la escucharon. Mateo se puso serio e inexpresivo. Armando forzó una sonrisa maliciosa.
"Pues... sí, lo quería. Como amigos." Dijo el chico. "Pero nos estamos descarrilando del tema. Esto es porque todos nosotros somos sospechosos en ese maldito asesinato. Y me parece injusto que yo sea incluido con todos ustedes. Y sí, eso te incluye a ti, Nancy."
"¡¿DISCULPA?!" Los chicos nunca habían visto explotar así a Nancy. No de enojo, al menos. Sí al llorar, o de alegría de estar bailando y haber tomado el alcohol suficiente, pero no molesta. Era sumamente raro ver molesta a Nancy, mucho más si hablamos que lo está con Mateo, su mejor amigo. El duo inseparable.
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Maniaque
Mystery / ThrillerImagina esto: Eres una persona buena, tienes una pareja atenta, tienes el mejor grupo de amigos que comparten secretos y aventuras, trabajan alegremente en la misma oficina... todo está yendo perfecto, y eso es justo lo que siempre has querido en tu...