Mi querido hermano (James Maslow y tú)

Capitulo 30

-¿Ya me dirás como te fue ayer?-

-Después de regresar del colegio te lo cuento, ya es tarde y tenemos un proyecto que exponer a primera hora-

-Empiezo a creer que no quieres decirme-

-Te lo diré cuando regrese ¿vale?-

-De acuerdo-

Tomé las llaves de mi auto y la deje en la escuela. En el camino regreso a casa vi a lo lejos, en un cruce peatonal a un chico rubio con un gorro de lana en su cabeza y de inmediato supe que se trataba de Kendall y lo invite a que subiera al automóvil.

-Gracias por llevarme, de otra manera hubiera tenido que pagar el elevado precio del pasaje de autobús-dijo cerrando la puerta y abrochándose el cinturón de seguridad.

-Seguramente-

-Aprovechando que te veo ¿quieres hacer las compras de la fiesta?-

-¿Cuanto tiempo nos tomará?-

-No más de dos horas, quede de verme en el centro comercial con Carlos en 20 minutos-

-¿Y crees que no tengo cosas que hacer?-

-Bueno... Sólo era una sugerencia que nos acompañaras-

-Esta bien, los ayudaré-

-No te preocupes por lo demás, nosotros tenemos todo controlado y nos encargaremos de que todo salga bien-

-Eso espero-

En el centro comercial ya estaba Carlos impaciente a que llegáramos.

-Kendall creí que me habías dejado plantado-se quejó.

-Tuve un ligero contratiempo, de no ser por James hubiera llegado más tarde-

-Me alegro de que nos acompañes para que veas que nosotros si sabemos organizar fiestas-siguió hablando Carlos.

-Si, alguna vez me hiciste creer que tu y yo éramos los "reyes hollywoodenses de las fiestas de Hollywood"-le recalqué.

-Eso fue cuando no eras tan amargado como ahora-contesto Kendall.

-Tal vez no lo era porque no usaban mi casa en contra de mi voluntad para hacer y deshacer-me excusé.

-En eso tienes razón James, pero aveces es bueno ser el anfitrión de la fiesta-repitió él.

-Si,creo que dejaste de ser tan fiestero después del asunto con...-

-No digas más-interrumpí a Carlos antes de que terminara su frase.

-No has vuelto a ser el mismo desde ese entonces-agregó por último.

-Chicos, sé que me comporte horrible con ustedes mientras yo estaba cometiendo un error y como mis mejores amigos intentaron detenerme y no les hice caso porque me tomaron por el pelo-

-¿Enserio? Tu nunca dejas que toquen tu bien cuidado cabello-dijo Kendall tratando de evadir el tema.

-Dejemos de hablar de mi y hagamos lo que íbamos a hacer, para eso vinimos hasta aquí-

Debo admitir que ellos se organizaron bastante bien y compraron algunas cosas que a mi no se me hubieran ocurrido y serían de gran utilidad.

-Caballeros, antes de irnos quiero ir a un último lugar-les dije.

-¿A dónde James?-preguntaron los dos al unísono.

Los guíe al pasillo de bebés en el supermercado.

-¿Que hacemos aquí?-

-Quiero leche en polvo-

-Absolutamente ya perdiste la cordura-

-Cuando la prueben se arrepentirán de haberme tomado por loco-

-Algún día lo haremos ¿verdad Carlos?-

-Por supuesto, pero es hora de irnos, estar aquí te está afectando mi buen amigo-

Cada quien se fue por su lado al terminar. Yo fui a recoger a mi hermana.

-¿Hay algo que quieras contarme de ayer?-

-Siento que seguirás por siempre con esto y te diré de una buena vas que sólo hicimos un trabajo y ya. Si valió la pena porque todos obtuvimos una excepcional calificación en el proyecto ¿es lo que querías escuchar?-

-Estoy más que feliz al oír eso-

-¿Y tu que hiciste hoy?-

-No mucho, Kendall, Carlos y yo compramos algunas cosas para la fiesta-

-Lo había olvidado ¿Cuándo será?-

-El próximo viernes-

-Justo una semana antes de que nuestros padres lleguen-

-Efectivamente-

-Que astuto-

-No fui yo quien tuvo la idea-

-Eso quiere decir que tus amigos son muy inteligentes-

-Algo así-

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-¿Enserio podrías hacerme ese gran favor _____?-

-Si, pero yo no voy a tener nada que hacer-

-No me esperaba que un viejo compañero como Matt aún conservara mi número de celular, que tuviera una emergencia y que fui yo al primero al que pudo recurrir-

-Bien, te entiendo-

-Gracias por entender, regresaré en cuanto pueda a casa, sólo no quiero que salgas-

-¿Y por qué no me llevas?-

-Te he dicho que no sé cuánto tiempo tardaré y no quiero ponerte en peligro-

-Okay-

Era noche y Matt había dicho que había tenido un pequeño accidente.

Me temía no regresar a casa temprano.