Capitulo 36

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Hoy, Sam y yo estuvimos ayudando a Victoria a volver a adaptarse al ambiente. Nos explicaron que es difícil esta etapa y que se necesita el mayor apoyo posible. Después de dejar a su madre en una terapia privada, Sam quiso estar el resto del día en mi casa.

-¿Segura que quieres estar aquí?-le pregunté mientras yo abría la puerta.

-Sip, más que segura-

Entramos a la casa y me extraño no ver a James ahí.

-James,¿estas en casa?-grité a modo que se escuchará lo suficientemente fuerte.

-Tal vez él siga en su entrenamiento de hockey-

-No lo creo, hace media hora que término-

Sam y yo empezamos a recorrer la casa para buscar rastro alguno de James.

Por último abrí la puerta de la recámara de él.

Tal cómo lo pensé, ahí estaba. Probablemente acababa de salir de la ducha porque su cabello se veía mojado y únicamente traía puesta una toalla que le cubría la parte inferior de su cuerpo.

Sam fijó su mirada en James y él estaba sonrojándose, mirándome suplicante.

Inmediatamente cerré la puerta.

-¡Tu hermano es toda una escultura!-dio saltos de felicidad.

-Fue un error mío abrir esa puerta-

-____, lo que acabo de ver es lo que siempre he esperado-

-¡Pervertida!-

Sin salir de la habitación, James me indicó que entrara.

-¿En qué estabas pensando cuando abriste la puerta?,No es bonito que te vean así-se señaló.

-Fue por accidente, además ya estoy acostumbrada a verte así porque vivimos bajo el mismo techo y...eres mi hermano-

-Es por eso, ella no es mi hermana, es una acosadora-dijo resignado.

-¡Cálmate! Yo lo voy arreglar, lo único que te pido es que te calmes-

-Bien-

-Ahora ponte algo encima-le ordené-Esto no se tiene que repetir-

-¿No te gustan mis abdominales bien trabajados?-

-Déjate de tonterías Maslow-

-Debido al éxito no obtenido, me pondré algo de ropa-

-Mejor me voy-

Lo deje solo y regresé a donde Sam se había quedado.

-Sam, James está muy avergonzado por lo que pasó y quiere que ya no se diga más del tema así que...-

-Entiendo-me interrumpió.

-¿Así de sencillo?-

-No requiere mucha ciencia explicar una cosa así ¿verdad ____?-

-En ese caso, olvidemos todo lo ocurrido y hagamos otra cosa-

-Por supuesto-

Pasaron las horas y sólo hablábamos de tonterías y de cosas sin sentido, por lo aburridas que estábamos, aún así reíamos a carcajadas de lo que decía la otra. Amaba ese sentido del humor de Sam, era la persona más voluble que conocía.

-____, ¿Crees que pueda quedarme a dormir aquí?-

-Claro, sólo con el permiso de alguien-

-Ya mismo llamo a Gina-

Después de su llamada telefónica, dijo que le habían dejado quedarse por esta noche en casa.

Le pregunté a James si Sam podía estar aquí y me sorprendió que dijera que si a pesar del incidente de hace un rato. James desde luego que también era voluble.

Le pedimos ayuda a James para ordenar los sleepings en los que nos quedaríamos. Parecíamos niñas de 6 años haciendo una pijamada. Y así lo fue, toda la noche nos quedamos viendo películas y contando historias.

Algunas historias que Sam contaba sinceramente me asustaban.

-Desde entonces no se volvió a saber más de aquellos chicos, todo apuntaba que había sido obra de los espectros paranormales que habían asechado al pueblo últimamente-dijo con una voz terrorífica después de terminar la séptima historia que me había contado.

-Ya no quiero escuchar más-dije cubriéndome con una de las almohadas de plumas de ganso que teníamos.

-¿Asustada?-

-Mucho-

-Eres muy miedosa-

-Para este tipo de cosas lo soy-

-Vamos por la octava historia-

Sólo me estremecí del horror y antes de que dijera la primera palabra golpeé tan fuerte la almohada, que hice que todas las plumas flotaran por el aire.

Sam hizo exactamente lo mismo con su almohada, al ver que sucedió exactamente lo mismo con la suya, empezamos a hacerlo con las demás hasta que parecía que estábamos en un gallinero.

-A James no le gustará limpiar este desorden-dije.

-Lo haremos nosotras, pero será mañana-

Caímos rendidas del cansancio por no haber dormido temprano. Si mamá descubría que destruimos sus mejores almohadas, seguro que Sam no vuelve a poner un pie en esta casa.

Mi querido hermano (James Maslow y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora