Corrí como loco por las calles llenas de tráfico; tanto de gente como de automóviles. Tropecé con varias personas, con las que apenas y pude disculparme por el apuro.
Vi al fondo la estructura de la universidad, y con cansancio, aceleré el paso. Esta mañana me levanté tarde, así que pago las consecuencias corriendo como loco por el distrito 20. Cuando veo la puerta de clases sonrió y paro por fin de correr, abro la puerta solo para encontrarme con el salón vacío.
¿Hay une escrito en la pizarra? ¿Qué?
—Las clases del aula 2-A están por hoy en el 1-B. ¡Ah, por favor! —exclamo con fastidio e inicio de nuevo una carrera hasta la planta baja. Mientras bajaba las escaleras de dos en dos veo la hora en mi celular y juraría que mi piel se volvió blanca como papel. El reloj marcaba las 7:40, y las clases iniciaron a las 7 AM.
¡Es demasiado tarde!
Justo cuando me encuentro con el salón donde se encuentran ahora, suspiro y tomo aire, tranquilizando me tras el maratón hecho. Abrí la puerta para ver todos los asientos vacíos, pero con los bolsos.
—¡YA ME VALE TODO! —grité a los cuatro vientos en el aula vacía.
Cuando buscaba donde sentarme, me percaté de que Kaneki; lo sé porque conozco sus cosas, dejó su bolso colgando en un puesto al lado de la pared, y a su vez, dejó su cartuchera en el asiento de al lado. Curioso levanté la cartuchera y me encontré con un trozo de papel que era aplastado por esta. Lo abrí y me encontré con una nota:
"Intenta llegar más temprano la próxima vez. Estamos en la biblioteca haciendo la evaluación.
—Atte: Kaneki Ken."
Mierda. Eso fue lo único que pensé tras leer la nota.
Por lo visto Ken me guardó el puesto, lo cual le agradezco un millón de veces; atrás no se escucha ni ve casi nada.
Se me había olvidado de esta evaluación, lo bueno es que solo vale 10% y no es tan importante. Aún así, no puedo llegar de la nada a la biblioteca ya a las 8 AM, tendré que después irle a rogar de rodillas al profesor para que me deje hacerlo.
Suspiré cansino.
Salí del salón junto a mis audífonos cascos y celular en mano. Ya saben lo que dice Hakuna Matata del Rey León: "Sin preocuparse es como hay que vivir". Escuché la música americana que tanto disfruto en el trayecto en el que me dirigía hacia la cafetería escolar; en especial las canciones de Imagine Dragons. Mi canción preferida de ellos es "Believer", pero también disfruto mucho de "Natural" y "Bad Liar". Tengo que admitir que tuve que buscar en YouTube un vídeo con la traducción de las canciones para saber si no estaba haciendo un ritual satánico al cantarlas.
Al llegar a la barra que separa a los vendedores de los estudiantes hambrientos, leí qué cosas ofrecen y sus precios. No quiero quedar en banca rota. En primera pensaba en comprar un frappe, pero al ver sus precios me arrepentí; así que decidí comprar una limonada.
—Una limonada, por favor —pedí. Saqué un par de monedas del bolsillo de mi pantalón al ya saber el precio.
—Serían diez yenes.
Dejé el dinero en la barra y la señora me dio un ticket que decía limonada. Fui hacia la parte izquierda de la barra; ya que en la parte derecha es donde se paga, mientras que del lado izquierdo es donde das el ticket y te dan lo que compraste, y como la mayoría estaba en clases no tuve que hacer cola. ¡Genial!
Una vez que me dan el vaso de limonada me dan ganas de demandar la cafetería. ¡Ah, es muy pequeña! Me siento estafado... Pero bueno, ya que.
Me senté en una de las miles de mesas vacías del lugar y reanudé la canción en la que me había quedado. Algo de lo que me alegro es que aunque sea poco, la limonada está rica.
La mesa donde me siento está cerca de la entrada, así que puedo ver claramente al azabache introvertido entrar a la cafetería escolar. Por lo poco que era la limonada ya me la había tomado, así que dejé el vaso plástico en la mesa y fui corriendo hacia donde estaba Ken. Al instante, lo abracé y sentí como se tensaba por el contacto.
—¿H-Hide?
—¡Gracias por guardarme el puesto! —expreso con agradecimiento. Al no escuchar respuesta suya me alejo un poco, pensando que tal vez lo estaba asfixiando—. ¿Kaneki, pasa algo?
El azabache dio un respingo y volteó su rostro.
—N-no...
Sé que miente, pero lo dejaré pasar.
*
Cuando llegamos al salón, Ken se sentó en su puesto al lado de la pared y sacó los cuadernos de la siguiente materia. Mientras yo jugaba en mi teléfono cualquier cosa.
—Hide ¿hiciste la tarea de castellano?
Podía jurar que el color de mi cara se volvió blanco como el de un papel.
—¿Había tarea?
—Sí, se trataba de escribir una mini historia de unos personajes tuyos sobre cualquier cosa.
Miércoles por la tarde.
Saqué el cuaderno y me quedé mirándole sin saber qué hacer en la tarea.
—Si quieres te puedo ayudar —cuando terminó de decir eso lo miré directamente a los ojos—, ¡s-si quieres! Claro...
—Bueno, como tú sabes soy algo malo con la creatividad... Así que, ¿de qué se podría tratar la historia?
Kaneki ojeó su tarea, pensativo en qué podríamos hacer.
—Yo me inspiré en los libros de Sen Takatsuki, y ese estilo de escritura no va contigo. ¿Y si te inspiras de un manga que te guste?
—¿Dragon Ball? —reí nervioso, mientras que Ken estampó su mano contra su frente.
—Ay Dios...
Okey, está completamente confirmado de que voy a reprobar castellano y voy a reprobar el semestre y lo repetiré.
Hideyoshi Nagachika, tranquilízate y recuerda las tantas historias que haz leído ya sea de mangakas o de internet cuando no te gustaba el final de una serie. Recuerda.
—¡Voy a hacer la historia de un samurai! No espera, a eso no le veo futuro...
—¡Tus notas no tienen futuro! —gritó una chica más del salón que escuchó lo que dije. Suspiré.
Cerré mi cuaderno y dejé caer mi cara contra la mesa. Ya mi vida de estudiante había acabado.
—Hey, se me ocurrió algo. Podríamos poner que la vida de un chico o chica era triste hasta que, en el siguiente año escolar, conoció a alguien que le cambió completamente su vida para bien.
Me le quedé mirando boquiabierto.
—¿N-no te gusta, cierto? —el azabache bajó su mirada, jugando con sus manos nervioso por la respuesta que le daría.
Tomé su mentón con mi mano, haciendo que me mirara. Luego con mis manos formé una sonrisa en su rostro.
—Hey, ten más confianza de ti mismo. ¡Tu idea está genial! Aunque claro, la cosa ahora es si lo hago a tiempo.
Abrí nuevamente mi libreta y empecé a escribir mi hermosa historia, tratando de salvar la nota del trabajo.
Ken, eres un chico introvertido muy inteligente y amigable. Deberías tener más seguridad en ti y sobre lo que haces.

ESTÁS LEYENDO
【Granos de café】▫️❥Hideki. (CANCELADA)
FanfictionTras un libro y el aroma a café, un chico se esconde, el cual espía al amor que cree imposible. Unos simples granos de café, una simple taza de café, una simple cafetería cualquiera, pero no unos simples ojos avellanas que le miran atentamente.