» Universidad y Libros.

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Al escuchar el molesto sonido de la alarma extiendo mi mano para apagar la. Al agarrar el teléfono veo que son las 5 AM, y, aunque las clases sean a las 7, prefiero levantarme más temprano y estar relajado.

Tomé una ducha, comí un sándwich de pollo, me vestí con un suéter azul rey con una camiseta color vainilla debajo; también con un jean negro y zapatos grises. Una vestimenta normal y clásica. Ya después de cumplir mi rutina matutina y esperar a que se hicieran las 6:30 AM, emprendí una caminata hasta la Universidad Kamii.

En todo el camino solo podía pensar en que Hide estaría ahí, nos veríamos todos los días. Y eso... en parte me alegraba, pero en otra me daba temor. La mayor parte del tiempo que lo veo me pongo nervioso, entonces ahora que lo voy a ver casi los siete días ¡no sé qué haré!

Bueno, mejor no me preocupo por ahora.

Fui con un bolso gris azulado colgando en mi hombro izquierdo. Las clases en la universidad comenzaban después de un par de meses de descanso tras finalizar secundaria. Me adentré en la institución de literatura y fui hasta el salón que tenía anotado en un pedazo de papel para no olvidar lo.

Dentro del aula de clases apenas se veían unos pocos chicos, ya que llego temprano. Me senté en el asiento de la primera fila al lado del ventanal, puse el bolso en la silla y saqué el mismo libro de portada oscura para proseguir con mi lectura. No sé cuánto tiempo pasó, pero escuché una voz de un hombre adulto en la sala, por lo que levanto mi mirada y cierro el libro "El Huevo de la Cabra Negra"; no sin antes dejar el marcalibro en la página donde se quedó.

—Muy bien jóvenes, yo soy el profesor Jefferson Torrales, licenciado en... —hubiera seguido con su presentación de no ser por el ruido de la puerta siendo abierta estrepitosamente y de la nada.

—¡Disculpe... la tardanza! —expresó algo agotado el chico recién llegado.

Es él.

—Mientras no se vuelva a repetir está bien. Tome asiento.

El salón ya se había llenado y sólo
quedaban asientos de la zona delantera, la mayoría se ubicó en los puestos de atrás. Él se sentó a un lado mío, y junté mis manos intentando tranquilizarme.

Sé que es Nagachika, pero no tengo porqué ponerme nervioso. Es solamente un compañero de clases.

El profesor anotó varias cosas en la blanquecina pizarra en el transcurso de su explicación, en la que apenas y pude anotar un par de cosas ya que de vez en cuando mi mirada iba hacia el rubio. La clase pasó muy rápido; para mi suerte, y ya el profesor había abandonado la sala.

—Bah, por poco y no llego —al escuchar su voz me pregunté si está hablando con alguien o sólo con él mismo. Mi mirada estaba absorta en las palabras escritas sobre el tema.

—¡Hey! ¿Qué tanto vez ese cuaderno? Ya la mayoría se fue del salón —volteo inseguro y encaro al chico de ojos avellanas; aún con los nervios carcomiendo dentro de mi ser.

—P-Pues... no tengo nada que hacer, en realidad.

—No me vengas con esas cosas de emo solitario y depresivo —rodeó mis hombros con su brazo derecho, y al apenas sentir su piel rozando la mía, sentí unas cosquillas en el pecho. Según historias y películas sientes mariposas en el estómago; pero no sé si sea lo mismo... —, ahora yo soy tu amigo, y vamos a pasar tiempo juntos —sonrió.

Ver cómo sonreía tan cálido hacia mí hizo que sintiera como mi corazón latía a miles.

—Claro, Hide.

Guardé la libreta donde anotaba la clase, también los lápices y ambos salimos del aula. Caminamos por los pasillos hasta que llegamos hasta una estructura cerca, pero algo apartada, de la gran universidad en sí. Cuando entramos vimos filas de estudiantes hambrientos comprando en la cafetería.

Apenas entramos Hide corrió hasta la cola, y haciendo un derrape al propio estilo Mario Kart, quedó justo de último en la fila de estudiantes; adelantándose a alguien que iba a colocarse ahí y que le estaba reprochado justo en estos instantes por eso. Reí al ver como Nagachika se hizo pasar por una planta y que no se movería del lugar en el que estaba, por lo que el otro sujeto no tuvo más que quedarse detrás del rubio.

—No puedo con este Hide —expreso divertido.

Me senté en una mesa que vi al fondo, esperando para cuando él estuviera listo y no tener que buscar una mesa como locos. Hay que ser los más rápidos para tener mesas, hay pocas comparado con el número de personas que hay en la universidad.

Justo cuando dejé mi bolso en la mesa, esta se fue de lado. La tabla que se supone que es firme y donde apoyo lo que sea que ponga ahí estaba defectuosa, así que se inclinó en el lado en que puse el morral. Simplemente genial. Me da fastidio quedarme parado por tanto tiempo, y aprovechando que tomé este puesto y que sus asiento sí sirven, me quedaré acá esperando a Hide.

Ese pan de pollo en la mañana me llenó, lo cual agradezco. Tal vez cuando Hide salga de esa cola ya sea muy tarde...

*

Después de unas largas horas de clases, salimos de ese salón en el que pasamos tantas horas sentados. En eso que estamos caminando ya casi afuera de la estructura, estoy terminando de leer el penúltimo capítulo de 'el Huevo de la Cabra negra'. Su trama está muy interesante ahora, simplemente no puedo parar de leer o moriré de la intriga. El rubio a un lado mío clava su mirar en mí, lo sé por esa clásica sensación que tienes cuando te sientes observado; y tampoco es que está siendo muy disimulado que digamos.

Al levantar la mirada río por la expresión facial del rubio, digna de situaciones chistosas.

Dios mío, Hide es un chico tan amistoso, y aunque lo haga espontáneamente, es imposible estar amargado al lado de él. Es como un sol que ilumina tus días malos.

—¿Qué tanto lees? —cuestionó el rubio con raíces negras, curioso de la lectura que hago cada vez que puedo.

—Ah, este es un libro de una de mis escritoras favoritas, Takatsuki Sen. Es 'el Huevo de la Cabra Negra' —dejé un marca libro en la página donde me quedé, cerré el libro y le mostré su oscura portada—. ¿Y eso que preguntas? ¿Te interesa? —un brillo de emoción apareció en mis ojos.

—No, no es eso. Sólo que te he visto muchas veces con ese libro y me dio curiosidad —Hide apenado al ver mi emoción se rascó el cachete con el dedo índice, mientras yo solo suspiré.

—Cualquier caso, creo que tú eres más de libros alegres... Y mangas, claro.

Guardé el libro en mi morral. Salimos de las instalaciones universitarias y llegó el momento en que Hideyoshi y yo nos despedimos; luego continuamos con nuestros propios caminos.

Esto que siento en mi interior, ¿es real o tan solo es una confusión?

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HOLAAAAA

Espero que la historia les esté gustando, y espero que no me maten por tardar en actualizar :(

En cualquier caso, mejor huyo ahora ;v

Les deseo un lindo día. Nos vemos en un próximo capítulo! ❤️

 【Granos de café】▫️❥Hideki. (CANCELADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora