Ángel de la Muerte || מלאך המוות

Capítulo 4

El espía

Junto a Louis, Niall cantaba una melodía extraña. Los lunes eran el peor día de la semana, más aun cuando debía compartir más de tres clases con Billy. Como ingrediente a la mezcla, se añadía el hecho de todas las patéticas personas que de seguro estarían rodeando a su rubio amigo, fingiendo aflicción, sólo para sacar la información necesaria sobre la muerte de Jamie.

Pero aquél lunes era distinto a los demás. Era como si los estudiantes no fuesen los mismos, como si algún interruptor hubiese sido cambiando en su cerebro provocando que actuaran de manera distinta. Billy ni siquiera se molestó en mirar a Louis en sus clases en común, y el resto de los estudiantes, sólo le brindaban una mirada de apoyo a Niall.

—Algo no está bien. —Louis se acercó a su amigo. Niall alzó la mirada y ambos pares de ojos se encontraron en una fugaz mirada—. Los estudiantes, actúan de manera extraña. —Estaban en el patio de la escuela. Niall recorrió con la mirada cada una de las mesas y comprendió a lo que se refería su castaño amigo.

—Tienes razón. Pero supongo que es mucho mejor que actúen de esta manera. —Niall le dio un bocado a su sándwich—. Esta noche Zayn me invitó a pasar la noche en su casa. Me comentó que estarán toda la noche trabajando con lo del artículo. Así que quizá pueda ayudarlos en algo, y de igual manera podré despejar un poco mi mente.

—Me parece una excelente...

—Hola. —Un empujón brusco estuvo a punto de derribarlo del asiento de la mesa. Billy se había un corte extraño y se había teñido el cabello a un extraño color escarlata. Se veía como todo un payaso.

—A ver, Billy. Te recuerdo que eres parte de la Asociación de Periodistas, y estás muy consciente que ese tipo de look no está permitido en sus miembros. No es nada profesional, y es considerado como una burla a nuestro...

—Puedes cerrar el pico de una vez —lo interrumpió Billy, irritado—. Justo ahora no estoy para discusiones. Necesito tener una charla urgente contigo. —Le echó una mirada despectiva a Niall.

—Está bien, está bien, me voy. —Le dio un último mordisco a su sándwich... antes de ponerse en pie y llevárselo consigo—. Quizá me dé hambre más tarde. —Le guiñó un ojo a Louis.

—¿Qué quieres? —le preguntó Louis a Billy cuando estuvieron a solas. Trató de hablar bajo, pues estaba casi seguro que más del cincuenta por ciento de los estudiantes que se hallaban en el patio en ese momento, estaban poniendo atención a la conversación que estaba a punto de comenzar.

—Hay algo que me está sucediendo, Louis.

El castaño frunció el ceño, consternado.

—Lo sé. Sé que estarás pensado: ¿por qué no le pedí ayuda a Liam? —Sacudió la cabeza—. No le pedí ayuda porque el único que puede ayudarme eres tú.

—Sin rodeos —espetó Louis.

Billy tragó con brusquedad. Parecía que aquella charla le incomodaba tanto o más que a él. Alzó la manga derecha de su camiseta y lo que Louis percibió le dejó atónito. Sobre el brazo de Billy, justo sobre el hombro, había una marca. Tan similar, rojiza y abultada como la que ceñía sobre su propio hombro.

—Sé que también tienes una, exactamente igual.

—Es cierto.

Billy se cubrió el brazo con la manga nuevamente.