t r e s

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La casa rosa me habla.

Llevaban sólo tres meses de casados y el menor quería mudarse del pequeño departamento que compartían hace ya mucho tiempo, para ser más claros desde el inicio de la Universidad.

Si, la joven pareja había sido demasiado impaciente y como Hyunwoo nunca le dice que no a su pequeño, ambos trabajaron largas jornadas para poder mudarse juntos a ese pequeño cuarto con una pieza. El invierno era pesado pero con el calor de ambos y el amor que se tenían, los inviernos eran brillantes y floreadas primaveras para Kihyunnie.

Y bueno, ya de eso pasó un tiempo en donde Hyunwoo se graduó de negocios y economía y en donde Kihyun está en su último año de fotografía.

Hyunwoo llevaba ahorrando mucho tiempo para poder comprar una hermosa casa para ambos, pero por cosas del destino aún no podía. Poseía un trabajo decente pero nada sobresaliente.

Una mañana Kihyun se despertó más animado de lo normal pues hoy tenía clases tarde, se dio la vuelta entre los cálidos brazos de Hyunwoo y vio el reloj digital sobre el mueble, 6:28 sólo quedaban dos minutos para que la alarma de Hyunwoo sonara por lo que casi involuntariamente se abrazo al torso del moreno.

-Mhh, ¿estás despierto pequeño?-Hyunwoo se veía muy gracioso a los ojos de Kihyun, que nunca se aburría de verlo, su vista favorita era esta: Hyunwoo con el cabello alborotado y su cara adormilada.

- No te levantes aún.

Kihyun no quería soltarlo, era demasiado calentito y cómodo.

Sintió un suave beso en su cabeza y caricias en su espalda.

-Debo ir a trabajar bebé, ¿puedo?

Kihyun asintió suavemente y con un puchero lo soltó y se sentó en la cama.

-Sabes que si no llego a las 7:30 en punto a la parada del bus, el bus se ira sin mi así que no quiero distracciones-le dio un suave beso en los labios y se levantó en dirección al baño.

-¡Soy una distracción!-Kihyun exclamó demasiado fuerte.

- Si, una muy bella.

Kihyun se quedó pensando un rato sentado en la cama, quizá diez minutos pero cuando se dio cuenta Hyunwoo ya salía del baño con una toalla amarrada en la cintura.

-Dios, creo que jamás me cansaré de mirarte-Kihyun reía sonrojado-Me levantaré y te prepararé un desayuno delicioso.

A Kihyun le encantaba cocinar y más aún si era para su esposo.

- No es necesario Kihyunnie.

A Hyunwoo no le gustaba que su pequeño se levantara temprano por su culpa y menos para servirle, pero admitía que todo lo que preparaba era realmente delicioso por lo que cuando se trataba de comida no podía negarse.

Rápidamente Kihyun se puso sus pantuflas de conejo y salió en dirección a la cocina mientras Hyunwoo se terminaba de vestir.
Para cuando Hyunwoo salió, estaba todo listo y servido. Kihyun lo miraba de una manera dulce y tierna que a Hyunwoo le llamo la atención pues casi siempre el era el tierno de la relación y su pequeño era el gruñón.

The Garden |showki|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora