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Lunes 5 de noviembre del 2018.
Busan, Corea del Sur.

La campana del colegio sonó fuertemente por los pasillos, indicando la salida de clases.
Jimin metió sus libros y cuadernos a su bulto rápidamente para después salir del aula del mismo modo.

Una gran sonrisa se asomó en sus labios, habían pasado seis días desde que la última vez que vió a Jungkook y ahora lo volvería a ver otra vez.
Aquello siempre le emocionaba, no importa cuántas veces se vieran. Siempre sentiría la misma sensación de alivio y felicidad cuando lo veía.

—Hey, Jimin, ¿vamos por un helado?
—Taehyung, su mejor amigo del alma, se acercó a él, abrazándole por el hombro.

—Hoy no, Taehyung —hizo una mueca y antes de decir la razón, el azabache la adivino.

—¡Ah, cierto lo olvidé! —negó con la cabeza— Jungkook, ¿no?

Jimin asintió frenéticamente con la cabeza enseñando una gran y radiante sonrisa.

—Ya veo, no hay problema —aseguró Taehyung— Bueno, te dejo entonces, me quedaría a saludar a Jungkookie pero creo que no le caigo muy bien
—rió.

Jimin rodó los ojos.

—Si le caes bien, Tae. Lo que pasa es...
bueno sí, no le caes muy bien
—admitió y el azabache soltó una exclamación.

—¡Sabía que no era idea mía! ¿Y porqué? —ladeó la cabeza.

—Pues... —pensó— Eres muy pegajoso conmigo y parece que él se pone celoso por eso.

Taehyung frunció el ceño con diversion.

—¿Es enserio?

—Sí, él es así —se encogió de hombros y Taehyung negó con la cabeza, entornando los ojos.

—Bueno, ya me voy —se despidió el azabache— ¡Nos vemos mañana!

Jimin lo hizo con la mano y caminó en dirección a los baños, sabía que Jungkook le estaba esperando afuera pero quería arreglarse un poco para él.

Entró y para suerte suya estaban vacíos. Colocó su bulto en el lavado y sacó su polvo y brocha comenzando a aplicarse en todo el rostro, seguidamente sacó un brillo labial y se lo aplicó en sus gruesos labios.
Por último peinó rápidamente su cabello rosa con un cepillo pequeño.
Cuándo se sintió listo, guardó todo y se puso el bulto en la espalda y caminó hacia la puerta.

Pero de repente fue abierta, deteniendo su caminar.

—Vaya, vaya Park Jimin —habló el recién llegado— ¿Qué hacías? ¿Retocabas tu cara de niña?

—Ja, Ja. Hazte a un lado, Changkyun, tengo prisa —habló Jimin de mala gana, intentando pasar.

Pero el pelinegro le impidió el paso, otra vez.

—¿A dónde vas? —preguntó—
¿Vas a ver a tu noviecito, acaso?
—levantó una ceja, cruzándose de brazos.

—Qué te importa, deja de joder y búscate una vida —soltó el pelirosa, rodeando al chico para ir hasta la salida.

Pero Changkyun se lo impidió tomando fuertemente su brazo y
apresionándole contra la pared, provocando que la espalda de Jimin se lastimase.

—¡Ah! —se quejó de dolor— ¿Qué mierda haces?

El pelinegro aprisionó las manos de Jimin, colocándolas a ambos lados de su cabeza, sin dejar que se moviera más.

—¿Cómo te atreves a hablarme así, pequeño idiota? —habló amenazante entredientes.

Mondays ❀ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora