014.

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Navidad.

Jimin sintió cómo unos brazos le abrazaban protectora y posesivamente por la espalda, seguido de algo cálido presionar varias veces su cuello. Se removió en la cama, esbozando una estúpida sonrisa pero aún sin despertarse, el sueño aún le ganaba.

—Jimin... despierta... —susurraron a su oído provocando que se estremeciera enteramente.

Los besos y caricias volvieron, esta vez más insistentes. Jimin supo que ya no podría evitarlos por más tiempo así que giró su cuerpo en dirección al cuerpo más grande sobre las cálidas sábanas y abrió sus ojos.

El rostro de Jungkook se encontraba al puro frente de él en todo y su esplendor, el cabello castaño desordenado y su expresión soñolienta acompañada de una bella sonrisa.

—Feliz navidad, amor —saludó con voz ronca.

Jimin sonrió y limpió sus ojos con sus puños para después bostezar.

—Feliz navidad, bebé —respondió de la misma manera.

Jungkook le abrazó y unió cortamente sus labios, en un típico beso madrugador. La mejor forma de recibir un día y de despertar.

—¿Porqué te levantaste tan temprano? Eso no es usual en ti —dijo Jimin.

—Tampoco lo sé, sólo lo hice... —rió.

Jimin le siguió y prosiguió a mirarle con cariño, a los segundos aquella mirada se transformó en una triste.

—¿Qué hora es? —preguntó.

—Son casi las ocho de la mañana.

Jimin abrió mucho sus ojos y se alejó sentándose de golpe en la cama, buscando su teléfono.

—¡Mierda, mi avión sale a las nueve!

Hizo ademán de levantarse de la cama pero Jungkook le detuvo tomándole de la mano, se volteó al instante encontrándolo haciéndole ojitos.

—Quédate en la cama un poco más...
—hizo un puchero, viéndose increíblemente adorable como sexy.
(Y más lo último porque no traía camisa)

Jimin mordió su labio dedicándole una mirada de pena a su novio. Odiando a cada persona responsable de hacerle salir de la cómoda y caliente cama, en una fría mañana al lado de su hermoso y perfecto novio.

Puta vida.

—Me encantaría seguir contigo, bebé.
Pero... —miró el reloj de su teléfono preocupado y estresado.

Jungkook dejó escapar un bufido y soltó la mano de Jimin.

—De acuerdo, ve —sentenció haciendo una mueca y dándole la espalda al pelirosa.

Este no pudo evitar sentirse mal por toda la situación al respecto, pero debía de ir a bañarse pues ya se le hacía muy tarde. Hizo ademán de salir pero se detuvo ante un gran impulso que le gritó que se quedara un poco más al lado del castaño. Volteó su cabeza hacia él, observando la piel bronceada de su marcada espalda y suspiró.

Unos minutos más no harán mal.

Gateó con dificultad hasta Jungkook y le rodeó con sus brazos, repartiendo besos en su hombro, sorprendiendo a este.

—Perdóname, bebé... —susurró Jimin en su oído, seguidamente besó con sensualidad detrás de él— Déjame recompensarte mi partida.

Observó cómo la respiración de Jungkook había comenzando a tornarse pesada desde los besos en su hombro, al escuchar sus palabras se volteó lentamente. Aquellos bellos ojos oscuros adentrándose en su interior y comiéndole vivo, eran realmente mágicos. Vió a Jeon relamerse sus labios antes de preguntar:

Mondays ❀ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora