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San Antonio año 2013.

Por fin había llegado el fin de semana y con ello la fiesta que daría esa noche Connor Walsh, la cual era la más esperada y ansiada por todos.

Las chicas viajaban a la cuidad para adquirir el vestuario perfecto, y aunque parezca poco creíble no solo ellas se sometían a esa estresante búsqueda, los muchachos también lo hacían y es que cualquier adolescente haría lo que fuera para no estar en el periódico escolar, pero había un pequeño detalle, el alcohol.

El maldito alcohol, eso amigo mío, causaba que perdieran la cabeza, olvidando que Kimi Taylor haría que se avergonzaran por su comportamiento inapropiado de aquella noche cuando las fotos estuvieran publicadas a primera hora de la mañana el día lunes.

Todo el pueblo estaba enterado de la gran fiesta, ¡quien no conocía a los Walsh y sus fiestas!

Los hijos del matrimonio, eran dinamita pura, muuuy conocido entre las chicas del pueblo y por los alrededores, simplemente eran unos aduladores de lo peor, con dos palabritas conseguian todo lo que deseaban. Todo.

A las diez de la noche la casa estaba llena de gente, y la mitad de ellos ya se encontraban ebrios.

Muy cerca de allí, en la residencia Brown, las chicas estaban histéricas, todas se paleaban por alguna falda, blusa o por un par de zapatos, todo en el closet de Theresa era tendencia cuando se trataba de moda, hasta tenia un par de tacones que aún no salían al mercado, pero que ya formaban parte de su colección. Eso definía a la mayor de los Brown.

Tess siempre sabía que usar, como usar, y en qué momentos usar, así como hacía con la ropa y demás, lo aplicaba con los hombres, sin embargo esa parte de su vida había cambiado.

Sentada en el pequeño taburete de su tocador, no puedo evitar mirar con añoranza la foto pegada en el espejo de su antigua habitación, sin decirle nada a sus amigas se puso de pie y camino fuera de la habitación, ella ya estaba lista para esa noche, llevaba puesto un vestido gris brillante que dejaba ver sus largas y perfectas piernas bronceadas, realmente estaba hermosa, su cabello rubio estaba amarrado en un moño desordenado.

Al final del corredor se hallaba la habitación de Annie, su hermana menor, con una sonrisa enorme abrió la puerta blanca; el olor a incienso inundó su nariz,  era normal que la habitación de Annie oliera tan bien.

La pequeña de los Brown se encontraba sentada sobre la cama con los pies extendidos, con el libro gordo de historia sobre ellos y con muchas hojas extendidas en la cama, pronto sería el examen, y debia prepararse, sin embargo, solo podía pensar en una sola cosa, bueno en dos, en la fiesta de Connor y por supuesto en Connor, parecia que no tenía cabeza para nada más y eso la irritaba muchísimo, dejo el libro en el piso y llevo las piernas hasta su pecho tirando casi todo lo que estaba sobre la cama, escondiendo su cabeza entre sus rodillas.

¿Por qué eran tan difícil dejar de pensar en él?

- ¿Mal día?- la voz de Tess hizo que levantara la cabeza y sonriera.

- ¡Wow! dios Tess, estas hermosa a mamá le encantará saber que llevas uno de sus diseños.

- Prácticamente me obligó a usarlo.- puso los ojos en blanco, Bárbara Brown, así era ella, te imponía las cosas quisieras o no, debías de hacerlas.- Por mi usaría unos simples pantalones y sudaderas.- Annie no puedo evitar reírse a carcajada.

- Odias las sudaderas más que usar zapatillas, no podrías vivir ni un día sin tu colección de Gigi Milau, tampoco es como si te afectara que mamá te "obligara a usarlos" amas sus diseños.- su hermana sonrió.

Un encuentro con el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora