Parte 1.
-No sé si abrazarte o lanzarte mi zapatilla en este momento— Aaron rio mientras negaba con su cabeza.
Ella no había cambiado nada, bueno, tampoco es que haya pasado mucho tiempo desde la última vez que se vieron.
Y no es que le gustará recordar pero la primera vez que coincidieron en el mismo lugar fue cuando Ivanov se fugó.
-¿Estás consiente que tú madre ni de chiste te dejará ir? — Claro que lo sabía, su madre podría llegar a ser la persona más dramática que haya conocido jamás y verlo allí después de.... ¿siete años? Obviamente que Martha no desaprovecharía ese momento.
-¿Y qué, aún sigo sin merecer tu abrazo de bienvenida? —cruzo sus brazos por encima de sus pectorales provocando que sus brazos se marcarán aún más en su camiseta negra.
-Solo porque te he extrañado horrores. — y sin más ella acortó la distancia para rodear con sus manos la cintura de Aarón. — No puedo creer que por fin estás aquí, tu familia le encantará saber que regresaste. — Aaron se tensó, y corto el abrazo.
Gin extrañada por esa actitud frunció su ceño —porque volviste para quedarte, ¿cierto?
Aaron estaba a punto de responder cuando un grito llamó la atención de ambos.
Martha, su madre, no dejaba de ver de uno a otro, como si no creyera que su bebé estaba parado en medio de su sala.
Martha, le entrego las cosas a su esposo quien estaba igual o más emocionado y perplejo que ella, aun así se mantuvo firme en su lugar.
-Hijo mío estas aquí. —sus ojos se cristalizaron por las lágrimas contenidas. Aaron, la atrajo a su pecho y abrazo a su madre como si se tratara de una balsa en medio del mar. — Mi niño regresaste— susurraba emocionada de saber que su niño por fin había regresado después de siete largos años.
Ya Ma deja de llorar. — dijo él a pesar que también estaba a punto de hacerlo.
-No, déjame, merezco estar así el tiempo que quiera. — eso hizo que Aaron sonriera al igual que Gin.
-Vamos mujer no lo agobies de seguro quiere descansar. — dijo su padre, quien había cerrado la puerta y dejado las bolsas de compras a un costado.
Martha negó con su cabeza no quería que ese momento se pasara rápido, solo falta Connor, y su familia volvería a estar completa.
-Dime ¿ya te instalaste?—pregunto su madre.
Sabía que Martha se enojaría al saber que en vez de quedarse con ellos había alquilado una casa, y lo peor de todo era que no iba a quedarse más tiempo del que creía.
Su plan era sencillo, volver a San Antonio con el único propósito de atrapar a Ivanov que de seguro iría tras de su hija quien por desgracia o capricho del destino estaba allí en su pueblo natal con Annie la chica que fue y seguía siendo su peor pesadilla.
-No me voy a quedar por mucho tiempo.—dijo Aaron con las manos metidas dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón.—Y antes que nada, alquile una casa cerca de la entrada del pueblo mamá y es un lugar cómodo, preferí no incomodar.— miro a su padre.— incomodarlos a ambos.
-¿Pero, qué dices?—Martha miro a su marido para que dijera algo, pero Patrick no podía, no porque no quisiera, sino porque aún estaba sorprendido de ver que por fin su hijo mayor había regresado. No quería decir algo que arruinará las cosas. Así que opto por quedarse callado, y si, quizás era el momento perfecto para ofrecerle quedarse, pero sabía que Aaron ya había tomado una decisión y no la cambiaría.
ESTÁS LEYENDO
Un encuentro con el pasado
Dragoste- ¡Te odio!.- le grito con todas sus fuerzas apretando sus puños a cada lado de su cuerpo. - Deberías agradecerme.- hizo un gesto con sus manos como restandole importancia al asunto.- al menos hago que tengas otro sentimientos que no sea ese tonto...