Capitulo 5- Start of something good

32 5 5
                                    

Mer

Me desperté por culpa de una pesadilla. No me había dado cuenta, pero me había despertado gritando, como si me fuera a quedar sin voz. Estaba completamente sudada, y me caían las lágrimas por las mejillas. De prontó, noté como Darrell me abrazaba.

-Shh, tranquila. Todo va a estar bien, no te pienso dejar. Son las 3:30, solo has dormido 2 horas. Intentemos dormir.- Enterré mi cabeza en su pecho.

-Darrell, una pregunta. ¿Por qué estas haciendo todo esto por mi?-Sentía su respiración y eso me calmaba, era serena. 

-Mer, hace algún tiempo, alguién le hizó lo mismo que te ha pasado a ti a una persona muy importante en mi vida. Y juré que ese hombre nunca lo conseguiría de nuevo. Ese es el motivo por el cual no quiero estar atado a una mujer, sufrí, sufrí mucho. Y no consentiría que me arrebataran a otra persona en mi vida, aunque esa persona no quiera saber nada sobre mi. Venga, ahora volvamos a dormir. 

Estaba envuelta en sus brazos, y debo decir que me sentía segura con él. Era como si supiera que nada malo me iba a pasar con su compañia., pero debía de bajar de mi ensoñación. Él estaba saliendo con Abigail, así que todo esto tendría que acabar pronto. Empecé a cerrar los ojos, y al cabo de unos minutos me dormí. 

-Bella durmiente ¿Piensas despertarte?- Cuando abrí los ojos, vi que Darrell estaba encima mía con una bandeja llena de comida.- No sabía lo que te gustaba desayunar, así que hicé un zumo de naranja, y te preparé tostadas. También fuí a la panadería y compré varios dulces. 

-Darrell, no tengo hambre.- Desde ayer por la noche, no sentía ganas de comer.

-Me da igual que no tengas hambre, vas a comer porque te lo digo yo. No puede ser que no comas nada, y si hace falta te lo pondré yo en tu boca. Así que decide.

Empezamos a desayunar los dos juntos, el optó por los pastelitos y yo opté por las tostadas. 

-Darrell, son las 9. ¿Por qué no estas en clase? 

-No pienso dejarte sola, y mucho menos hoy. Vendrá mi tío en menos de una hora, visteté.

-Pero ya bastante con que yo vaya a perder mi curso, no lo pierdas tú también. Me iré a dar una ducha.- Me fuí enfadada.

-Espera, Mer.- Me cogió del brazo.- No te enfades, por favor. Iré a clase después de que te miré un médico, pero entonces mi tío se quedará contigo. No quiero que te quedes sola. ¿Trato?

-Trato.

Encendí el grifo de la ducha para que se fuera a calentar. Se me hacía demasiado raro ducharme sin música, pero el ambiente no estaba para que yo estuviera escuchando música. Así que cogí dos toallas y las colgué en el toallero para no tener que salir después. 

Cuando terminé me pusé una toalla en el pelo y la otra la pasé alrededor de mi cuerpo para secarme. Me pusé otra ropa interior, y de lo que Jessica me había traído me pusé unos shorts vaqueros con medias negras, una camiseta y unas converse de bota negras. Arreglé mi cabello en una coleta alta. Y salí del baño.

-Ya estoy- Darrell se acercó a mi y me deshizo la coleta.-¿Que haces?

-Así estas mucho mejor- Noté como me sonrojaba, lo que me faltaba para quedar más en evidencia.

-¿Cuando vendrá tu tío?

-No lo sé, no debería tardar mucho.- Me empezó a tocar el cuello con delicadeza- ¿Te duele?

-Un poco.- Realmente le estaba mintiendo, me dolía bastante.

-Sé que estas mintiendo, así que eso es que te duele. 

Llamarón a la puerta y fuí detrás de Darrell, si estaba con él no tenía miedo. Era reconfortante eso. 

-Hey, tío. Esta es la chica de la que te hablé. Si quieres os dejo solos. 

-Perfecto, vayamos al salón. No te preocupes, no tendrás que contarme nada, ya me ha puesto al corriente mi sobrino.- Empezó a tocarme el cuello, la verdad es que jodidamente eso dolía.- Te daré una pomada que deberás aplicarte tres veces al día, también te recomiendo que te tomes unos calmantes, te empezará a doler más dentro de un rato, eso rebajará el hematoma y te irá doliendo menos. Bueno, iré a hablar con mi sobrino. Recupérate.

-Muchas gracias Sr. White.- Me quedé en el sofá mirando el techo.

Darrell

-Darrell, ¿Crees que puedes ocuparte tú de esta chica?

-Sí, tío, si creo y puedo. No tiene a donde ir, y yo siempre estoy solo en esta casa. Ella en estos momentos me recuerda a mi hermana, no quiero que a ella le suceda lo mismo, entiéndelo, por favor.

-Bueno, me tengo que ir. Sabes que debo trabajar, espero que estés invirtiendo bien el dinero de tus padres. No hagas ninguna gilipollez, si no nos podrían pillar. 

Lo despedí y me fuí a ver como estaba Mer. Estaba relajada en el sofá con la mirada perdida. 

-Mer, ya sé que me has dicho que tenía que ir al instituto, pero vamos a esperar a mañana ¿Vale? Llamaré a Jenna, ella me cuidaba de pequeño y aún mantengo la conexión con ella. Es como una abuela para mi. 

-Vale, una pregunta. ¿Que ha pasado con Abigail?

-No ha pasado nada, sigo con ella, pero no creo que por mucho tiempo. Ella quiere una pareja estable, pero yo no estoy preparado para ello. Así que cuando pueda lo dejaré, yo no puedo seguir con una persona a la que no quiero, tal vez se ha hecho demasiadas ilusiones.

Llamarón a la puerta, yo no esperaba a nadie. Así que me asomé por la ventana para ver quien había venido, era Abigail, probablemente no había acudido a las demás clases después de no verme allí. Fuí a abrirle la puerta.

-Darrell, ¿Se puede saber porque no me has avisado de que no irías a clase? He estado todo el día preocupadísima, ni siquiera has contestado ninguna de mis llamadas. Si no me quieres, deberíamos dejarlo.

-Abigail, no, no quiero estar contigo. Eres una manipuladora, siempre se tiene que hacer lo que tu quieras. Siempre crees que eres la más maravillosa de tu reino, pero no lo eres. Vas chafando a todas las personas que según tú, están por debajo de tí. Así que búscate a otro que aguante todas tus gilipolleces. - De repente, oí los pasos de Mer detrás de mi.

-Darrell, ¿Quien es? ¿Que pasa?- Oh mierda, ahora si que se iba a montar una buena.

-¿Que coño haces aquí zorra? ¿Se puede saber que haces en la casa de mi novio, Mer? Pensaba que eramos amigas.

-Ex-novio recalco- le espeté en su cara.

MannequinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora