Capitulo II / Acompañame

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-Buen día hija- dijo mi madre muy alegre.

-Umm. Buen dia mamá- contesté entre bostezos.

¿Que hora es?- pregunté muy desganada tapando mi cara del sol que se filtraba por las cortinas de mi ventana.

-Vamos, son las 7:30 y hace media hora tenías que ir a dejar a tobías a su práctica de baloncesto - Inquirió mamá.

-¿Que?- Negué con la cabeza lo que mamá decía, me deslice por la cama para tomar mi reloj de muñeca que estaba en mi mesa de trabajo.

Intenté tomarlo pero me enredé en mi Sábana -¡Demonios!- grité y caí.

-tranquila, hoy es domingo- susurró sonriente levantando la mano y tomando un sorbo de café.

-¡mamá!- grité desde el suelo.

Se dió la vuelta y mientras se retiraba dijo.

-el desayuno está listo-

Froté mis ojos, por un momento pensé en ir a desayunar así que me levanté tomé mi sabana di media vuelta y volví a mi cama, pues aunque mi estómago me pedía algo de comer, la cama me hacía una tentadora invitación que no podía rechazar.

Los murmullos de mis hermanos eran muy fuertes, Era imposible dormir con tanto escándalo.

-Wow. Increíble ni los domingos puedo dormir hasta tarde- pensé.

-¡George! ¡Cállate por favor!- grité.

-Cuando mueras podrás descansar todo lo que quieras-- Me contestó el muy chistoso... Y pensar que mamá queria gemelos.

Me tapé la cabeza con la almohada, dí vueltas de un lado a otro como perro en la alfombra y traté de experimentar en todas las posiciones posibles para lograr pegar los parpados y dormir un poco mas...

-¡Estupendo! Gracias George, ya estaras contento.-

Esta vez me decidí a bajar a desayunar. Bueno, no tenía otra opción. Ni en broma George y Tobias iban a dejarme dormir tranquila. Me levanté de mi cama y a paso de tortuga me dirigí a la ventana, la abrí y un ligero viento daba la bienvenida a la temporada fría del año.

Me acerqué aún más a la ventana y miré el patio trasero.

-Ojalá pudieras ver la belleza que es hoy el árbol que plantaste- Pensé. mientras una cálida lágrima se deslizaba por mi mejilla, me musitaba, recordandome que cada segundo sin tí es una eternidad sin sentido.

Caminé hasta el baño donde me sepillé los dientes unas dos o tres veces, pues siempre he sido muy aplicada a mi higiene personal.

Me miré al espejo y noté algo raro

--Dios, ¿mis pechos han crecido?-- Me pregunté con asombro.

--vaya, ya era hora. Eres la única de tu salón qus parece tabla de picar verduras--

--¡George!. ¡Maldita sea ten un poco de privacidad!.

Lo empujé y tiré la puerta con fuerza.

--¿Que? No te enohes hermanita, yo solo quiero entrar. Además es tu culpa por no cerrar la puerta con seguro--

Lo ignoré.

Bajé al comedor, donde Tobías y mamá aún desayunaban, mamá me miró y se levantó a servirme el desayuno.

Me dió un beso en la frente acompañado de su bendición.

--Tranquila mamá, yo me serviré--

-ah, está bien-- Contestó mamá quien se sirvió otra taza de café y se dirigió a la sala de estar, se acomodó en su sofá preferido y encendió el televisor para ver el noticiero mañanero.
...

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¡Hola a todos!
Gracias por llegar hasta este punto, mil gracias por regalarme un poco de tu tiempo al leer esta historia.

Su apoyo es muy importante en este comienzo. Espero sus opiniones y comentarios, de nuevo muchas gracias.

Nos vemos en el siguiente capitulo.

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