Capitulo VI

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Caminé hasta la cocina para tomar una taza de café --¿Dónde está mamá?--  Pregunté.

--Esta en su recámara-- Contestó Tobías.

--Ok. ¿Qué será lo que quiere decirme?-- me serví la taza de café con dos cucharadas de miel.

--Yo se de lo que hablaran-- brincó de alegría. Rápidamente se sentó en el comedor.

--A ver, ¿y de que es? Apuesto a que solo me estas molestando--  Dije a medio reír, mis labios estaban levemente partidos por el frío.

--Si me das diez billetes con gusto te digo.--

--Tratas de chantajearme?-- pregunté rápidamente.

--Jamás hermana, yo nunca trataría de chantajear a mi linda hermana. Sin embargo, mamá dijo que guardara silencio--

--Prosigue-- propuse que continuará con su pequeño discurso.

--mis palabras valen dinero--

--Esta bien, te daré cinco--  propuse una suma razonable, mamá se veía preocupada y mas que todo enojada, quería saber de antemano que me diría pues nunca está de más ser precavida, así que aquello parecía razonable.

--Dámelos primero-- se levantó y estiró la mano.

Me levanté y me acerqué a la refrigeradora tomé el monedero que tenía sobre ella y saque los cinco billetes que le daría.

--Dime--  Le dije y estiré la mano ofreciéndole el dinero, sus ojos se iluminaron al instante como faroles de media noche y como gacela buscando la presa se lanzó sobre los billetes.

--Arrebata dijo la gata--  Los arrebató de mi mano como quien le quita el biberón a un tierno, corrió dando zancadas grandes y largas como guepardo.

--He.. Tobías--  Di un gran golpe al aire queriendo sujetar la camisilla del rayo mcqueen.

Me estiré hacia el frente para tratar de agarrarlo pero me fue inútil,  resbalé y me estampe en el suelo. Entre sonrisas y carcajadas Tobias subió las gradas y fue a encerrar a su habitación.

--Estafada por mi propio hermano--

Dije refunfuñando y volví a tomar asiento

La madera de caoba se hicieron sentir gracias al acelerado paso de unos tacones finos de 4,500. Una señora elegante y de labios rojo vino bajó por las escaleras al mismo tiempo que peinaba su cabello, llevaba sus medias negras y su traje negro con unas centellas rojas que se veían envidiables cuando se meneaban al son de las caderas,  Era mamá que se dirigía quien sabe donde.

--¿Dónde estabas?-- preguntó mamá con rebosante autoridad. --Te esperé por más de 20 minutos en tu cuarto, no llegaste, las señoritas como tu no deben andar solas en las calles y menos en estos tiempos--  Se enrollo su bufanda.

--ah, por cierto mamá ya que hablas de eso, necesito hablar contigo-- sostuve el mentón con mi mano apoyada en la mesa y con la otra movia la cuchara dentro de la taza para revolver el azucar.

--Es algo por demás incómodo y extraño tratar de decirlo, incluso aun siento en mis adentros un meneo de emociones como insuficiencia, además de ansiedad, agresión, melancolía y frustración--

--¿Se trata de un hombre?-- Preguntó.

Me recogí el cabello y puse mis manos en mi entrepierna para controlar el temor y ansiedad

--  He, se podria decir. Bueno era de noche él estaba debajo de mi y yo tenia mucho mied...

--Lo que nos faltaba, ¡YA NO ERES SEÑORITA!--  Dijo valbuceando.

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⏰ Última actualización: Jan 11, 2019 ⏰

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