Víspera de una Propuesta

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Por más extraño que parezca, y a veces sin ninguna razón, las personas enamoradas sobreponen la cara del ser amado en otras, de modo que el hecho de amar a alguien te hace pensar que esa persona es perfecta, a tus ojos está en todos lados porque forma parte de ti... Y es que la amaba, Sebastián simplemente se enamoró de la persona que era cuándo Ambar estaba cerca.

Ambos estudiaron en la misma universidad en Londres, pero en carreras distintas, él comercio internacional y ella ingeniería en sistemas computacionales; por algo dicen que los opuestos se atraen, se podría decir que ellos eran la prueba de eso.

Después de 4 años de estudio y 3 de trabajo allá volvían a su país natal para pasar tiempo con sus familiares y amigos aprovechando las vacaciones navideñas de ambos. Esta era la primera vez que viajaban juntos a su patria como pareja.

De alguna manera, que aún no era capaz de explicar, las cosas no fueron tan difíciles para Sebastián en el extranjero, no era fiable confirmar que olvidó la muerte de su madre, porque no fue así. Tuvo la ayuda de sus amistades más cercanas, y en especial de Ambar, para no olvidar quién era y de dónde veía. Quienes les apreciaban no los dejaron solos a pesar de la distancia, los compromisos y obligaciones que la vida les exigía como adultos mantuvieron el contacto, algo que valoraban inmensamente. La verdadera amistad no se pierde por el tiempo y/o las circunstancias, se pierden por las personas.

Durante la víspera de año nuevo se tomaron el tiempo para apreciar su ciudad natal; lejos de las reuniones familiares y con amigos.

—Debo admitir que extrañaba este clima, aunque se sienta de verano.

—La vida en un país tropical —tarareó Ambar—, es bella aquí porque estamos en el mismo trayecto del sol...

—Oriundo de la noche.

—Colocado en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol —concluyeron a unísono.

—Te encanta ese poemario, por todas las veces que lo mencionabas en Inglaterra lo aprendí.

—Me encanta, ¿qué te puedo decir? Sus palabras fueron aliento en patria ajena.

El escenario detrás de ellos, un área de Santo Domingo donde el tiempo no ha pasado desde antes de 1844, la zona colonial. Los museos y monumentos históricos que establecían sus recintos para dar a conocer todo lo que le dio vida a esa ciudad eran esplendidos a los ojos de ambos. Dichas edificaciones no pasaron por alto el año nuevo con flores de pascua en sus imponentes ventanas y pequeños nacimientos en sus entradas.

Ambar tomaba fotos del lugar, a pesar de que todo era común para ella, aún veía la zona como cuando era niña, admirada por toda la historia en esas calles. La fuerte brisa marina que volaba su cabello y los dominantes rayos del sol espantaban a cualquiera nuevo allá, mas ellos disfrutaban de la majestuosa vista a través de sus lentos de sol. Luego de unas horas de recorrido tomaron asiento en uno de los pequeños bancos del Alcázar de Colón, justo frente el imponente árbol de navidad, sin embargo aquel instante de tranquilidad desapareció rápidamente.

—Esa música.

—Dios, hace tiempo que no...

—Yo tampoco.

—Espera, ¿a dónde vas?

—Será a dónde vamos.

—¿Cómo dic...?

Sebastián sujetó la mano derecha de Ambar, de ese modo dirigido por el sonido de la música caminaron hasta el lugar de origen de esos versos, justo detrás del Alcázar. Allí un auto con "Esta Navidad" de Jhonny Ventura en su estéreo animaba la tarde de 4 señores que jugaban dominó bajo la sombra de un árbol con quienes parecían ser sus nietos jugando a un lado.

Vidas a través de Tinta y PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora