SENTIMIENTOS

ONE SHOT: LLÁMAME SI ME NECESITAS

(Basado en una futura historia que llevara por nombre: "Rompiendo Cadenas")

Las gotas de lluvia golpeaban sobre el tejado de una modesta casa generando un ruido que se mezclaban con los fuertes latidos del corazón de una hermosa joven pelinegra que se encontraba con la mirada aturdida mirando a través de una ventana hacia el exterior mientras las cortinas de la ventana se movían por el viento al igual que su cabello al tiempo que ella pensaba y algunos recuerdos venían a su mente: Otra noche más que no llegas, cumpliste tú promesa de no volver hasta que te pida perdón como me dijiste, sabiendo que tengo miedo a la soledad me dejaste sola, sola.

-.Recuerdo.-

Una hermosa jovencita pelinegra que tenía el rostro cubierto por lágrimas se encontraba discutiendo con un apuesto joven de cabello alborotado y mirada fría en una habitación.

Ya te he dicho que no es cierto mujer......y ya deja de llorar que haces que me duela la cabeza, decía furioso el apuesto joven de mirada oscura.

Pero Bulma me dijo......, decía la pelinegra con voz entrecortada siendo interrumpida por el joven de mirada fría.

Bulma, Bulma, Bulma, ya me tienen harto tus amiguitas, si no es la psicoloca es la cienfastidiosa, se la pasan metiéndote ideas en la cabeza, vez, por ello no quiero que las sigas tratando, en la maldita hora que se conocieron en la universidad siendo de carreras distintas y ciclos distintos, respondió furioso el joven.

Black, no digas eso, además Bulma solo me dijo que...., decía la pelinegra siendo interrumpida por el joven.

No me importa lo que te haya dicho esa cienfastidiosa, es que no te das cuenta mujer, esa te llena la cabeza de mentiras pues se quedo con las ganas pues yo te preferí a ti en vez de ella, dijo Black mientras la joven pelinegra miraba confundida al joven.

Eso no es cierto, Bulma nunca tuvo interés en ti, ella siempre ha amado a su pareja, dijo Milk con cierto temor.

Siempre tildándome de mentiroso, la verdad ya me canse que no confíes en mi Milk, que siempre prefieras creerle a tus amigas,....., creo que lo mejor es que me vaya, dijo de repente Black.

¿Qué?, respondió aturdida Milk.

Me voy, me voy ahora mismo, no tiene caso seguir junto a alguien que no me tiene confianza,..., dijo Black mientras se dirigía a un pequeño armario.

No, no estás hablando en serio, ¿verdad?, respondió con temblorosa Milk.

Si, si estoy hablando en serio, hasta que no me digas que acabaste con tu amistad con esas y me pides perdón de rodillas no volveré, dijo Black mientras empezaba ha empacar en una pequeña maleta.

Pero ellas son mis amigas, mis únicas amigas, respondió Milk.

Pues, ¿qué vale más tus amigas o yo?, te dejare sola para que mediste tú respuesta, cuando la tengas y hagas lo correcto, llámame, ya sabes lo que tienes que hacer, dijo Black con firmeza mientras cerraba su pequeña maleta, una vez cerrada la tomo en su mano y salió de la habitación dejando a una atónita pelinegra.

-.Fin del recuerdo: Tiempo actual.-

Olvidaste tus promesas, olvidaste que alguna vez te dije que tenía miedo a la soledad, lo olvidaste y lo peor de todo es que no puedo ir con papá, para él morí como hija el día que decidí seguirte a ti sin importarme sus enseñanzas, sus principios, pero por amor a ti se me olvido todo, todo y ahora, ahora las cosas cambiaron tanto, si estás tan cambiado, tan cambiado, parece que ya ni me quisieras, que solo te estorbo, no quisiera creer lo que dicen pero últimamente con tu comportamiento tú me empujas a creer ello y lo peor de todo es que ni me permitiste aclarar las cosas, solo decidiste irte, según tú para que piense, pero en vez de pensar las cosas para mí estos días han sido terribles siento que me asfixio en este lugar sola, y aparte a pesar de llevar algún tiempo aquí, ni conozco bien la ciudad, demás no puedo hablar con nadie pues si hablo con Dieciocho o Bulma ellas me dirán: "Te lo dijimos, aléjate de él" aprovecha este momento, y yo no quiero alejarme de él, pues lo quiero, lo quiero mucho además quien va a quererme ahora, le entregue mi pureza a él, pensaba la jovencita pelinegra mientras miraba su rostro ojeroso en la ventana al tiempo que sintió el sonido de unas llaves.