Regreso, final alternativo

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Los cálidos rayos del sol llegaron hasta su rostro, despertándola aquella mañana, después de su maravillosa noche junto a su amado Darien. Hasta ese momento, siempre había abrigado la esperanza de que algo increíble sucedería y él podría regresar a su lado junto a su pequeña hija. Después de aquel último encuentro, sabía que ese milagro sucedería, pues una pequeña luz de esperanza se apareció ante sus ojos.

Acarició la suave mejilla de su hija, el fruto de su amor junto a su amado, sabiendo que ella era la clave para llevar a cabo su deseo. Pero, primero debía resolver un asunto muy importante, no podía seguir alargando las expectativas de su mejor y más grande amigo, pues eso significaría engañarlo, algo que estaba muy lejos de su personalidad. Se levantó y miró el calendario... faltaban tres días para la luna llena y para llevar a cabo su plan.

Salió con Rini entre sus brazos medio dormida aún y la dejó en la guardería. Caminó con una mezcla de emociones en dirección a aquella esquina donde la esperaba Seiya, aquella brillante y cálida estrella que siempre iluminaba su vida. Con la decisión tomada, se acercó a él y lo saludó con un pequeño beso en los labios, sonriéndole con todo el cariño que sentía hacia él, su querido amigo.

—¡Bombón! ¿Me darás una oportunidad? —le preguntó ansioso ante su actitud tan cercana.
—¿Tomamos un café, primero? —le respondió ella, sin dejar de sonreír.

Ambos entraron a la cafetería y tomaron asiento en el lugar menos concurrido para comenzar aquella plática que tanto necesitaban, mientras sus pedidos llegaban a la mesa.

—Te ves distinta, Bombón. ¿Qué sucedió? —preguntó ya inquieto su amigo. Toda esa atmósfera le generaba un poco de ansiedad, ya que no sabía si su respuesta sería positiva o no.
—Creo que ya tengo la respuesta —reveló, tomando un poco de su café. Cuando alzó sus ojos, estos se conectaron con los suyos de una forma tan intensa para él, que debió inspirar con fuerza para dejar salir un suspiro al final.
—¿Me dirás cuál es o debo seguir esperando? —consultó con temor. Algo le había sucedido a ella y no sabía bien a dónde se dirigía.
—Tranquilo, Seiya. Déjame ordenar mis pensamientos —respondió entre pequeñas risas. En realidad, estaba tan nerviosa que su primera reacción fue esa, en cambio él estaba con el alma en un hilo—. ¿Sabes? Todo este tiempo guardé la pequeña esperanza de que algún día algo sucedería y Darien volvería a mi lado, junto a nuestra hija... anoche supe que eso podría ser real. Creo que encontré la forma de traerlo de vuelta y lo intentaré. Lo siento Seiya, nunca quise darte falsas esperanzas, pero aunque no pudiera traerlo de regreso, amo a Darien con todo mi corazón y eso jamás cambiará —explicó lo más sincera que pudo. No quería herirlo, pero tampoco quería que siguiera guardando expectativas que nunca serían reales.

Por su parte, el joven sintió como su corazón era atravezado por una aguda daga, dolorosa y lentamente, a pesar de que ya se había preparado para ese escenario. Siempre había tenido en cuenta la posibilidad de que ella no le diera una oportunidad, pero vivirlo era mucho peor que cualquier dolor imaginario. Sin embargo, la entendía... la entendía tanto, porque ella haría hasta lo imposible por estar con quien amaba, igual que él y por eso, no podía juzgarla.

—Está bien, Bombón. Comprendo lo que dices —aceptó con la cabeza gacha, pues no era capaz de mirarla a los ojos—. Después de todo, yo haría lo mismo en tu situación.
—Gracias, Seiya, eres el mejor amigo que tengo y que siempre tendré —le dijo, tomando una de sus manos en busca de que alzara la vista y así poder despedirse de la manera apropiada.
—Me costará acostumbrarme a no verte de nuevo, Bombón —reconoció, mirándola a los ojos al fin. Su mirada era triste, pero con cierto brillo de comprensión.
—¿Te gustaría volver a tu planeta? —preguntó con sinceridad, en un tono resuelto, como si ella pudiera cumplir ese deseo.
—Sí, me gustaría... pero eso es imposible —aseguró.

Dame una oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora