Ilusión › ᴄʜᴀɴʜᴜɴ

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Chanyeol a pesar de ser un chico bastante grande, y algo intimidante cuando se lo proponía, no lograba ganarle una discusión a su amiga; Irene lo conocía tan bien que no hacía falta hablar para que la pequeña mujer ya supiese lo que tenía en mente. 

Así que cuando la saludó esta mañana no tardó en ser arratrado hasta los últimos asientos de la clase, supo que estaba perdido cuando Irene le lanzó la mirada, esa que da escalofríos, y no le quedó nada más que resignarse a contarle que la mayor parte de su fin de semana se la pasó pensando en su chico misterioso.

—Muy bien—empieza—, habla. Y ni se te ocurre decirme que no es nada por que ese nada claramente es algo—su mirada se afila—. ¿A quién se debe esa sonrisa de estúpido que te cargas?

—¿No hay manera de qué me salve?—Suspiró al ver la negativa por parte de su amiga—bien. ¿Te acuerdas que hice el trabajo en grupo con Sehun?

—Sí, Choi los felicitó. Su trabajo fue estupendo...—Es escéptica al hablar, de un momento a otro sus pequeños ojos se abren ampliamente—. ¡No puedes estar hablando en serio!

—Creo que me gusta.

—Chanyeol, a penas lo conoces. Ni siquiera sabías su nombre—el aludido solo se encoge en su lugar al ser regañado por la fémina —. ¿Qué habíamos acordado? ¡Nada de líos innecesarios!

—¡Pero está vez es diferente, noona!

—Dijiste lo mismo con Baekhyun, con Kyungsoo y ni hablar de Sandara—la frustración en su tono de voz es palpable—. ¿Qué lo hace diferente?

—Solo lo sé, ¿esta bien?—Sus grandes manos van a parar en su rostro cubriéndolo —. Ni siquiera me percaté de su físico, eso no quiere decir que no sea atractivo... Yo me quedé tonto, su forma de pensar es tan diferente.

—Estas diciendo que solo te gusta su manera de pensar—la pequeña mujer jalonea una de sus sensibles orejas haciéndolo chillar—, lo estás malinterpretando, gigante tonto.

En algún punto también se planteó eso, que solo estaba malinterpretando todo. Solo habían hablado un hora, o menos, y ya estaba más que intrigado por el chico; había algo en Sehun que lo llamaba a hablarle, no está seguro de qué es exactamente... Y la verdad es que le preocupa.

Por que por primera vez no le llamó la atención alguien por su físico, fue esa manera tan peculiar de pensar junto a esos muros a su alrededor que lo traían perdido.

—No he parado de pensar en él, todo este fin de semana lo he tenido en mi cabeza y es frustrante—su ceño se frunce, retira el agarre sobre su oreja y no hace más que observar apenado a su amiga—. No quiero esto, no quiero sentir. Ya tuve suficiente con los malos ratos que pasé, no quiero sentir nada romántico por alguien pero... ¿Qué hago si no puedo evitarlo?

Y no era para menos, a lo largo de su secundaria y preparatoria se la pasó ilusionandose con varios chicos. En ningún caso se le declaró a alguien, al menos hasta la preparatoria. En su primer año conoció a Byun Baekhyun, un chico divertido y atractivo; le gustaba bastante debido a que sus gustos y aficiones eran similares y se compenetraban de alguna manera, en algún momento llegó a pensar que era mutuo el sentimiento y por esa razón decidió declararse...

Grave, inmenso, error. No era mutuo, a Byun le gustaba alguien más y, para rematar, solo lo veía como amigo así que tuvo que fingir que todo estaba bien cuando no lo estaba; solo estuvo algo deprrimido por unos días hasta que Irene hizo acto de presencia y lo hizo recapacitar de sus acciones. Era solo un gusto de la preparatoria, no era el fin del mundo.

Por otra parte estaba Do Kyungsoo, estuvo prendido de Do por unos tres meses hasta que se dio cuenta que Kyungsoo solo lo veía como un amigo más de su pequeño círculo social; le molestó un poco, sí, el menor lo había tratado de manera diferente y gracias a su loca imaginación malinterpretó la bonita amistad que el más bajito le ofrecía.