c u a t r o

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—¿Entonces...?

—Efectivamente, usted, sufre anemia actualmente; a partir de ahora—observa severamente al alto joven, que se encuentra en su camilla—debe alimentarse correctamente. La verdad es sorprendente que no se haya descompensado con anterioridad, suerte supongo.

—Comprendo, últimamente mi mente no ha estado pensando mucho en la comida—se defiende—, los trabajos en la universidad...

—Park, seré directo con usted, ¿acaso podrá seguir estudiando enfermo? Dudo mucho que pueda mantener su buen promedio si termina desmayándose en un examen.

Chanyeol no está acostumbrado a las llamadas de atención, desde pequeño siempre aborrecía ver el rostro de decepción de las personas que creían en su persona; con el paso del tiempo se volvió bastante meticuloso y perfeccionista con cualquier labor asignada. Por lo que, ahora, se siente terrible al ver el rostro, tal vez no de decepción para la suerte de salud mental, de preocupación de sus padres.

—No se preocupe doctor, nos encargaremos personalmente de su cuidado.

Chanyeol al escuchar  su madre hablar, al entrar a la sala junto a su padre, sabe que está jodido; no es que odiase a sus padres, pero su relación nunca fue la mejor.

Siempre ha tenido su propia manera de ver el mundo, dejando de lado su inseguridad y constante temor al fracaso, nunca permitió que alguien más cambiara sus decisiones; era terco desde la cabeza a los pies, pero con fundamentos, y al no escoger de carrera, y futuro, lo que sus padres habían escogido para él... Digamos que la inestable relación de familia, si se le puede llamar así, terminó por quebrantarse completamente.

Por eso vivía solo, en su departamento, con su sueldo, con sus cosas. Si tenía problemas él mismo los solucionaba, nunca se vio en la necesidad de recurrir a sus padres y planeaba seguir así lo que le quedaba de vida; no está dispuesto a mantener más discusiones, solo quiere paz.

—No era necesario que vinieran hasta aquí—se siente débil, la boca la tiene seca pero hace un esfuerzo para continuar luego de ver al doctor salir de su habitación—. No tenían que dejar su trabajo.

—Sí, bueno, ¿qué podía decirle a la enfermera que llamó?—El temple de su padre es tenebroso, pero Chanyeol ni de inmuta—. Ahora resulta que ni alimentarte bien puedes.

—¡No le hables así!—Escucha a su madre protestar en su defensa, sin embargo, sabe que es solo por querer hacer quedar mal a su padre—, mira que padre responsable resultaste ser, ¿y así quieres mantener a esa mujer con su hija? Suerte con ello.

—¡No estás en posición de hablar, mujer!—Contraataca, para este momento Chanyeol siente que su cabeza explotará—, ¿planeas en serio conquistar a ese niñato? ¡Doblegas su edad! Y ahora imagínate como saldrá corriendo cuando se entere que tienes un hijo.

Chanyeol recordó tristemente como pasó toda su secundaria de ese modo, peleas y más peleas, aquellas noches donde solo veía a sus padres discutir cuando cada uno regresaba del trabajo; recuerda que cuando empezaban a insultarse corría hasta su habitación y permanecía encerrado ahí hasta al día siguiente. Noches solitarias eran las que pasaba cuando cada quien estaba por su lado, recuerda que solía quedarse mirando las estrellas, admirandolas desde lejos, por que... A pesar de estar cada una a millones de kilómetros de distancia permanecían juntas brillando y formando constelaciones.

Recordó que siempre odió los gritos, que detesta solo ser el centro de su peleas y... Que en realidad a ninguno de sus padres le importa su bienestar.

—¡Basta ya!—Grita irancundo—. ¡Largo de aquí! No pienso seguir escuchando sus estúpidas peleas, es cosa suya no mía—escupe, le importa poco faltarles al respeto—, tengo veintiún años y puedo cuidar perfectamente de mi mismo; no necesito de su inexistente hospitalidad. Ustedes tienen su vida y yo la mía, así que les pido encarecidamente que se retiren de este cuarto y no me vuelvan a ver.

Ilusión › ᴄʜᴀɴʜᴜɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora